Salud mental
Navidad y alzhéimer: guía para disfrutar al máximo las fiestas
Intentar mantener al máximo la rutina y liberar a la persona cuidadora, dos aspectos claves, según la Fundación Pasqual Maragall
El Periódico
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La Navidad es una época especial que a menudo acarrea un esfuerzo emocional para muchas personas. Supone, además, una alteración de nuestras rutinas cotidianas. En el caso de los enfermos de alzhéimer, que necesitan mantener actividades rutinarias como elemento clave para su confort, las fiestas son un momento complicado, difícil de gestionar a veces. La Fundación Pasqual Maragall ha querido dar a las familias una serie de pautas para disfrutar al máximo esta época, respetando el bienestar de los pacientes. Atención especial también en estas fechas para los cuidadores, que son claves para el bienestar del enfermo, muchas veces a costa de un desgaste personal. Estos son 8 consejos básicos.
Conservar cierta rutina
Aunque la Navidad casi obliga a salir de la rutina, es importante para los enfermos de alzhéimer mantener una mínima actividad que reconozcan como cotidiana. "Una rutina cotidiana repetitiva y organizada ayuda tanto a la persona con alzhéimer, como a la persona que lo cuida. En estas fechas, esta rutina se ve interrumpida y puede llegar a presentar dudas sobre cómo se debería afrontar la situación, por ello es importante mantener actividades que evoquen a su vida diaria", subraya Glòria Mas, neuropsicóloga y terapeuta de la Fundación Pasqual Maragall.
En caso de viajes
En estas fechas, es habitual que las familias viajen a otros lugares, lo que puede comportar una situación de estrés para la persona con alzhéimer, especialmente si se encuentra en una fase moderada de la enfermedad. En este sentido, Glòria Mas recomienda que "ante una excepcionalidad como es viajar, es importante pensar en algunos recursos que evoquen a su rutina diaria, como alguna actividad que la mantenga tranquila y que esté acostumbrada a hacer. De la misma manera, debemos entender que en algún momento se sienta agobiada, por eso, es adecuado tener preparado un espacio especial por si necesita descansar y desconectar".
Mantener las tradiciones
En línea con la idea de mantener cierta rutina, es aconsejable recurrir a las rutinas navideñas de la familia de años anteriores. Así, si existen tradiciones que se repiten cada Navidad, como cantar villancicos o recitar poemas navideños, es importante mantenerlas. Incluso si el círculo familiar es muy reducido o no es posible juntarse con los allegados o amigos. "No hay que eliminar las celebraciones o quitarles importancia. En dichas circunstancias, es aún si cabe más positivo mantener los rituales significativos, como decorar la casa, conmemorar las tradiciones y festejar las fechas especiales", señala la Fundación.
Normalizar un comportamiento extraño
Si la persona con alzhéimer tiene un comportamiento extraño o inapropiado, nadie debe sentirse responsable. "Si la seguridad y bienestar no están en riesgo, lo más recomendable es redirigir su atención a otras actividades, conversaciones o estímulos, distrayéndole con otra cosa. Apelar a la normalidad y quitarle importancia facilitaran volver al estado más habitual", aconsejan los expertos.
Ojo con los atracones
Es importante vigilar las cantidades de comida y bebida que pueda ingerir el paciente, ya que así se evitará un malestar posterior o una mala combinación con la medicación. En las personas con alzhéimer pueden darse dificultades para controlarse en cuanto a lo que comen o beben y la percepción de la sensación de saciedad puede verse reducida.
Descanso para la persona cuidadora
Estas fechas, en las que la familia se reúne y tiene tiempo libre, son la ocasión ideal para dar un respiro a la persona cuidadora y que otros familiares asuman parte de esa responsabilidad. Con una advertencia: siempre hay que tener presente que el/la cuidador/a principal es quién mejor sabe cómo actuar delante de cualquier situación y, por tanto, se debe seguir su criterio.
Implicación familiar
Vinculado al descanso de la cuidadora o cuidador, es importante la interacción de la familia con el enfermo de alzhéimer. Es un buen momento para trasladarles la situación y el estado de la enfermedad. "Es enriquecedor implicar a los familiares en las tareas que normalmente desarrolla la persona cuidadora para que todos los miembros tengan la oportunidad de relacionarse con la persona con alzhéimer", subrayan desde la Fundación Maragall. Esa interacción permite tomar conciencia de las capacidades y necesidades de quien convive con una demencia. Todo ello se debe hacer de forma tranquila: no deben actuar todos los familiares a la vez, ya que un exceso de estímulos puede no ser positivo y provocar un aislamiento en el enfermo.
El incentivo infantil
Los niños son un incentivo positivo para la persona con alzhéimer y es buen momento para fomentar esa relación. Sin embargo, es conveniente regular esa interacción, ya que la energía de los pequeños suele ser incansable e intensa, y hay que evitar llegar a saturar o cansar en exceso al paciente.
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