Audiencia de Barcelona

Juicio a un entrenador de fútbol femenino: "Te considero un violador"

El procesado, que se enfrenta a 17 años de cárcel, ha negado que hubiera tenido relaciones sexuales con la jugadora marroquí, con la que coincidió en el Molins de Rei y el Fontsanta

El entrenador acusado de la presunta violación de una de sus futbolistas, a la izquierda, con chándal, al lado de su abogada.

El entrenador acusado de la presunta violación de una de sus futbolistas, a la izquierda, con chándal, al lado de su abogada. / TSJC

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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Era una joven promesa del fútbol femenino. Su trayectoria en los equipos infantiles y cadetes en distintos clubes catalanes, como el Molins de Rei o el Fontsanta, de Cornellà de Llobregat, la llevó a acariciar su participación en la selección de su país de origen, Marruecos, desde donde viajó a España en el 2008, instalándose en Sant Joan Despí. Su ascendencia como goleadora se truncó de golpe cuando dio un paso adelante y denunció las presuntas violaciones continuas a la que le sometía su entrenador, Francisco R. T. Abandonó el fútbol y se alejó de los estadios.

Los mensajes de móvil y los informes de los psicólogos han puesto contra las cuerdas al procesado. "Te considero un violador", le escribió ella. El acusado le contestó: "Entiendo que me odies". Según el acusado, estos whatsapps son una venganza por haber explicado él a la familia de ella, tras un intento de suicidio de la joven, que esta tenía novio.

Los peritos psicólogo han sostenido que la sintomatología de la víctima, que era menor, era "compatible" con los hechos denunciados, la "experiencia vivida" y la "exposición prolongada en el tiempo de agresión sexual". El procesado, para el que el fiscal reclama 17 años de cárcel (por violación y apropiación de dinero de una cuenta), ha negado que hubiera tenido relaciones sexuales con la muchacha.

Amenazas y coacciones

Al entender de estos especialistas, la forma de actuar del acusado sigue un patrón habitual: una persona mayor de edad, de confianza (los padres de ella no hablaban castellano y él se erigió en su tutor) y la utilización de amenazas y coacciones para perpetuar sus presuntos ataques sexuales, que se produjeron de forma continua entre 2013 y 2014. La muchacha intentó luego, en 2015, suicidarse en dos ocasiones.

Sentimientos contradictorios hacia su presunto agresor, como la creencia de que le estaba traicionando, así como la adaptación a la situación que padecía por mera "supervivencia", provocó que la víctima no denunciara al que era su entrenador de fútbol hasta meses después de los sucesos, en 2016. Otro dato relevante, según los psicólogos, es que la muchacha "no tenía el acompañamiento de su familia", que no hablaba español y se "quedaba al margen". El acusado, incidieron los peritos, era inicialmente "el referente y una persona de confianza", razón por la que a la víctima le "costó dar el paso de denunciar".

"Solo le acompañaba a los entrenamientos"

El procesado, Francisco R., ha rechazado totalmente que hubiera mantenido relaciones sexuales con la víctima y que se hubiera quedado solo en algún momento con ella, a pesar de que el fiscal argumenta en su escrito de acusación que las presunta violaciones se cometieron en la casa de él, la de ella y en el coche. "Yo no era el tutor legal y solo la acompañaba en los entrenamientos", ha alegado. Ha explicado que a la joven marroquí en su casa "no la querían" y que le contaba que "la pegaban". "Llevarla a casa era un suplicio; no quería ir. Siempre he intentado ayudarla", ha dicho.

Sobre unas conversaciones de móvil intervenidas de supuesta índole sexual, el acusado las ha justificado afirmando que intentaba siempre calmar a la joven y que al día siguiente hablaba en persona con ella. Ha explicado que "todo estalló" cuando un día que ella acudió al hospital por un intento de suicidio, él explicó a la familia de la joven que esta tenía un novio. "Yo no podía mentir más", ha recordado. A partir de ahí, la relación se cortó. Según Francisco R., la víctima, que se peleó con su hermana en ese momento, le dijo: "Me acabas de joder la vida y yo te la voy a joder a ti". "Me enviaba 10 o 12 mensajes al día", ha precisado el imputado.

El fiscal ha insistido en su informe final que el relato de la muchacha es "coherente" y ofrece una "riqueza de detalles y precisiones que lo hacen totalmente creíble, siendo la prueba "nuclear" de la investigación.  "Es una barbaridad inventarse una denuncia así", ha concluido. A juicio de la acusación pública, el procesado atacó a la joven en una "situación de dominio y de confianza".

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