Juicio por homicidio

Google acorrala al hombre juzgado por asesinar a Janet Jumillas

Los investigadores accedieron a una cuenta asociada al teléfono de la mujer pese a que nunca se encontró el aparato

El presunto asesino llevó consigo el móvil de la vecina de Viladecans 24 horas después de su muerte

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fcasals47743354 sociedad concentraci n en viladecans por la desapararecida j190413130714 / Guillem Sànchez

Guillem Sánchez

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Aitor García, el hombre juzgado en la Audiencia de Barcelona por el asesinato de Janet Jumillas, se quedó con el teléfono móvil de la víctima tras el crimen, según los Mossos d’Esquadra. Lo guardó en su coche, sin apagarlo, y dejó así un rastro que ha permitido a la Unidad Central de Personas Desaparecidas de la policía catalana reconstruir las 24 horas posteriores al crimen de esta vecina de Viladecans de 39 años y madre de dos hijos. Estaba previsto que Aitor declarara este jueves pero la explicación de estos investigadores ha durado tanto, casi tres horas, que la jueza, pendiente durante toda la semana de que la atención del jurado no acuse las sesiones demasiado largas, ha optado por cancelarla y llevarla a cabo este viernes. 

Los investigadores policiales han extraído datos de los teléfonos móviles de Janet, de Aitor y de otras dos personas: un amigo de Aitor y la novia de Aitor. Después han contrastado esa información con las cámaras de seguridad municipales y de establecimientos comerciales de Cornellà y de El Prat de Llobregat

Los Mossos nunca encontraron el teléfono de Janet pero pudieron acceder a una cuenta de Google vinculada a ese teléfono que contenía el histórico de su terminal. Es decir, han explicado los policías dejando boquiabiertos a los presentes en esta sala, Google facilitó a los policías la información de dónde se ubicaba el teléfono de Janet cada pocos minutos y de qué operaciones se llevaron a cabo con ese teléfono. 

Movimientos detallados

Así, los agentes supieron que el 13 de marzo de 2019 Janet llegó a Cornellà antes de las once de la mañana, que se metió con su Renault Megane en un aparcamiento público cercano al domicilio de Aitor, que llamó a Aitor y que mantuvo con él una conversación breve, que Aitor tras la llamada acudió al aparcamiento donde estaba Janet y sacó su Seat Ibiza de una de las plazas para que pudiera aparcar Janet y que después él condujo hasta su plaza de aparcamiento y Janet caminó hasta el domicilio de Aitor y esperó a que este regresara del garaje tomando un café en el bar El Paso. En ese instante, Janet usó la calculadora de su teléfono. Tal vez fuera porque, dado que vendía marihuana a Aitor, según los Mossos, quiso calcular cuánto le debía Aitor. 

Sobre las once, Aitor y Janet entraron juntos en el domicilio de Aitor y los Mossos creen que fue entonces cuando Aitor acabó apuñalando a Janet. A las once y cuarto Janet envió un audio a su sobrino: es la última prueba de vida de la mujer. Después, desde el teléfono se efectuó una llamada que los policías desconocen si fue efectuada por Janet y, a partir de ahí, el terminal recibió numerosas llamadas que no atendió. Se apagó, al consumirse su batería, durante la tarde del día siguiente, 14 de marzo, sobre las cinco de la tarde. 

Cuatro teléfonos juntos

El informe de los Mossos cuenta con la tarificación de los teléfonos de Aitor, su amigo y su pareja que, sin tener la precisión de Google, cuadra con el recorrido que sigue el dispositivo de Janet a partir de entonces. Los investigadores están seguros de que ese mediodía, dado que el domicilio estaba vacío, Aitor enrolló el cuerpo de Janet, lo metió en el maletero de su Seat Ibiza y dejó el teléfono de Janet dentro del vehículo. Después, cargó a sus dos perros y se fue a recoger a su novia al trabajo y a su amigo. 

En el informe se aprecia que los cuatro teléfonos están juntos esa tarde: el de Janet, el de Aitor, el de su novia y el de su amigo. Estos dos últimos ignoraban, según los Mossos, que en el maletero Aitor había escondido el cuerpo de Janet. Y los policías afirman que Aitor dejó a los perros en un espacio habilitado para perros de El Prat de Llobregat junto a su amigo y su novia y él se dirigió a continuación a un solar ubicado muy cerca del ‘correcán’ en el que se deshizo del cuerpo de Janet, que fue hallado por un operario de limpieza el 21 de mayo de 2019, dos meses y medio después. 

Ningún trastorno grave

En la sesión de este jueves se han dirigido también al jurado tres psiquiatras que han evaluado a Aitor, de quien han detallado que se trata de un hombre de 35 años que no presenta ningún trastorno grave, que consume marihuana y que es hijo de una familia normalizada a pesar de que se crió sobre todo con su abuela y que no conoció a su padre hasta tiempo después de haber nacido. 

Aitor, han explicado, tiende a magnificar los aspectos más positivos de su personalidad, no presenta ningún rasgo ansioso o depresivo y habla de forma coherente aunque en lo relativo al crimen de Janet siempre se mostró evasivo en las charlas médicas asegurando que lo hacía por consejo de su abogado. Aitor nació en Barcelona, se trasladó de adolescente a Mataró, para cursar la ESO. Regresó a Barcelona, después se marchó a vivir a El Prat de Llobregat –donde frecuentaba mucho el ‘correcán’ ubicado junto al solar en el que se halló el cuerpo de Janet– y en 2018 alquiló junto a su novia el apartamento de Cornellà en el que fue asesinada Janet. 

Las peritos han explicado que había trabajado de repartidor de Amazon –un puesto del que fue despedido por ausencias injustificadas–, de soldador, de operario en una fábrica y en el aeropuerto de Barcelona. 

Este jueves, a diferencia de los días anteriores en los que se mantuvo cabizbajo, Aitor ha mirado al policía de los Mossos que ha reconstruido los pasos que dio durante las 24 horas posteriores al crimen de Janet, en un gesto que casi ha parecido de curiosidad. Este viernes declarará finalmente y, en principio, seguirá defendiendo su inocencia, aunque tras escuchar a los Mossos necesitará aclarar también ante el jurado qué hacía con el teléfono de Janet. 

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