Juicio en la Audiencia de Barcelona

Así se descubrió la sangre de Janet Jumillas que quiso borrar el presunto asesino

Los Mossos explican que hallaron sangre de la víctima en casa del sospechoso dos meses después del crimen

Juicio por el caso de Janet Jumillas en la Audiencia de Barcelona

Juicio por el caso de Janet Jumillas en la Audiencia de Barcelona / CAPTURA VÍDEO EFE

Guillem Sánchez

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El hombre juzgado por asesinar a Janet Jumillas limpió a fondo el escenario del crimen, según los Mossos d’Esquadra. Este miércoles, los agentes de la policía científica del cuerpo catalán han declarado en el juicio que se celebra contra Aitor G. en la Audiencia de Barcelona y han explicado que en el domicilio donde sucedieron supuestamente los hechos, el de Aitor en Cornellà (Baix Llobregat), hallaron sangre de Janet, a pesar de los esfuerzos del reo, que se encuentra en prisión preventiva por esta causa desde mayo de 2019. 

Los Mossos creen que Aitor mató a esta vecina de Viladecans de 39 años en el comedor de la casa, el 13 de marzo de 2019 sobre las once del mediodía, y que usó un cuchillo con el que apuñaló a Janet en seis ocasiones: cinco en el cuello y una en la mano, una herida sufrida por la mujer al tratar de defenderse del ataque. La autopsia reveló, según detallaron en la sesión del martes los médicos forenses, que Janet sufrió también un golpe que le rompió el pómulo y que falleció desangrada.

Tras el brutal ataque, los Mossos consideran que el sospechoso envolvió el cuerpo en una cortina y lo introdujo en el maletero de su coche para abandonarlo –involucrando en la coartada sin que ellos lo supieran a su pareja y a su amigo Christian– en el solar de El Prat del Llobregat en el que fue encontrado casualmente por operarios dos meses y medio más tarde. Después, trató de borrar el rastro del homicidio. 

Gotas reveladoras

Los agentes han explicado que Aitor limpió a fondo el charco de sangre que provocó la agresión a Janet y que, posiblemente, usó para ello un producto como la lejía. Después, colocó sobre el punto exacto de la sala en el que se produjo el apuñalamiento el mueble del televisor. Cuando los investigadores entraron en la casa, tras su detención, dos meses después del crimen, se percataron de que con esa distribución no resultaba posible ver la televisión frontalmente desde el sofá, sino que la nueva ubicación del televisor obligaba a girar el cuello noventa grados a la derecha. Retirar ese mueble y rociaron el suelo y la pared que ocultaba el televisor con el espray que detecta sangre "latente", es decir, que no resulta visible. Compuesto de un producto químico que reacciona al entrar en contacto con sangre, el espray iluminó esa zona de la pared y las juntas de las baldosas de debajo del mueble. Las manchas que iluminó el espray, además, se correspondían con las que quedan cuando alguien ha tratado de eliminar la sangre frotando esforzadamente. 

Los investigadores averiguaron así que allí se había producido un crimen y que ese homicidio se había tratado de ocultar. Pero no todavía de quién era la sangre. Para resolver esto segundo hizo falta dar con gotas de sangre minúsculas que Aitor no había percibido al limpiar y que, dos meses más tarde, seguían en una parte superior de la pared y también de la puerta del comedor, a la misma altura. Eran salpicaduras que manchaban en sentido descendente y que posiblemente se estrellaron contra la superficie al salir proyectadas desde el cuchillo durante el ataque. De esas gotas sí resultó posible extraer un perfil genético. Al cotejar ese perfil con el de Janet, el resultado fue positivo en un 99%. 

El contenedor

Los Mossos interrogaron a Aitor una semana y media después del crimen de Janet. Su declaración fue poco creíble y los investigadores comenzaron a vigilarlo. A las pocas horas, posiblemente espantado por aquella cita policial, Aitor tiró en el contenedor dos bolsas. Los Mossos lo vieron, las recogieron y analizaron su contenido en el laboratorio. En una de las dos bolsas había tres fregonas con rastros de sangre –usadas para limpiar la escena del crimen–. Los biólogos policiales comprobaron que también era sangre de Janet. 

Lo que no pudieron aclarar los investigadores fue de quién era la sangre que se halló también en el maletero del coche de Aitor. Cuando los Mossos arrestaron a Aitor a principio de mayo, dos meses después del asesinato, además de registrar el domicilio, también inspeccionaron el Seat Ibiza del sospechoso y hallaron rastros de sangre. Sin embargo, de aquellas muestras no resultó posible extraer un perfil genético y averiguar si también pertenecía a Janet. La única muestra observable resultó ser del propio Aitor pero la procedencia del resto de manchas sigue siendo un enigma. Hubiera resultado de gran ayuda para los policías porque así habrían podido confirmar si, como sospechan, Aitor se deshizo del cuerpo aquella misma tarde del 13 de marzo transportándolo en el maletero. 

Este jueves finaliza el juicio en la Audiencia de Barcelona con la declaración de Aitor, que de nuevo se ha mostrado impasible mientras los investigadores detallaban al jurado que debe absolverlo o condenarla las evidencias científicas que lo acorralan.  

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