Inmigración

Uno de los migrantes fugados en la pista de El Prat tramita su asilo en España

A otros tres peticionarios se les ha denegado. Ninguno de los fugados ha sido aceptado en Turquía

Pasajeros a la espera en el aeropuerto de El Prat Foto Ferrán Nadeu

Pasajeros a la espera en el aeropuerto de El Prat Foto Ferrán Nadeu / Ferran Nadeu

Juan José Fernández

Juan José Fernández

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Es marroquí, varón y teme por su integridad si regresa a Casablanca. También es uno de los 28 migrantes que el pasado miércoles 7 trataron de entrar en España huyendo por las pistas del aeropuerto de El Prat.

Solo este hombre, de aquellos 28, está este martes incurso en una petición individual de protección internacional, y espera la decisión del Ministerio del Interior en la zona de tránsito internacional del aeropuerto. Como mucho, informan fuentes policiales, su espera se puede prolongar hasta el próximo viernes.

En el caso de que se le conceda, podrá residir y circular por el país. En caso contrario, se le iniciará un proceso de inadmisión, pues se considera que no ha pisado aún territorio español.

Denegados

Del grupo de migrantes que intentaron su fuga por las pistas de El Prat, cuatro pidieron asilo el mismo día 7 cuando las fuerzas de seguridad los interceptaron. A tres de ellos, tras estudiar sus alegaciones, se les ha denegado el inicio de la tramitación. Fueron por tanto sometidos al proceso de inadmisión.

La compañía aérea Pegasus -tal como especifica el protocolo internacional para estos casos- tuvo que hacerse cargo de los tres denegados, y llevarlos a Estambul en otro vuelo esta semana.

La capital turca era, en principio, el origen del vuelo que había salido de la ciudad marroquí de Casablanca el miércoles a la una y diez de la madrugada y cuya travesía fue interrumpida cuando una pasajera, también marroquí, simuló estar embarazada y romper aguas en ese momento, provocando un aterrizaje de urgencia.

Detenida

Esa mujer fue detenida el mismo miércoles tras ser trasladada de urgencia a la maternidad del Hospital Sant Joan de Déu, donde se acreditó que su embarazo era falso y fue detenida. El juez la puso en libertad al día siguiente retirándole el pasaporte y con la obligación de comparecer cada día en el juzgado. Permanece en Barcelona mientras se le instruye una posible acusación por desórdenes públicos e incitación al delito de inmigración ilegal.

El día de la fuga, 13 de los 28 pasajeros habían sido interceptados por la Guardia Civil en las pistas del aeropuerto. Cinco aceptaron volver al avión en ese mismo momento. Los otros ocho fueron sometidos al proceso legal de inadmisión. Cuando les preguntó la Policía Nacional, cuatro de esos ocho se decidieron por pedir asilo. Los otros cuatro que no lo solicitaron también fueron inadmitidos y Pegasus se hizo cargo de su vuelo. Lo mismo pasó con dos de los detenidos en la tarde del miércoles. Quedan 12 sin localizar.

De los nueve fugados que han llegado a Estambul, ninguno de ellos ha podido quedarse en Turquía. Las autoridades policiales turcas también les han instado su propio proceso de inadmisión. La aerolínea Pegasus los ha llevado de nuevo al punto de origen, Casablanca.

No hay sedición

Al contrario que en el caso de los 25 migrantes que intentaron una fuga de un vuelo y entrada en España por el aeropuerto de Palma de Mallorca, a ninguno de los de El Prat se les instruye un delito grave. En el caso de Palma, 21 de los 25 cumplen ya un año bajo la acusación de sedición.

La diferencia, explican fuentes aeroportuarias, es que en el caso de Palma resultó afectado el tráfico aéreo, que tuvo que ser interrumpido. En Barcelona no ha sido así.

No obstante, los responsables de la seguridad del aeropuerto barcelonés estudian qué falló para que se produjera una fuga en las pistas tras la experiencia de Mallorca. Las fuentes del sector aéreo indican que se estudian posibles fallos de protocolo, y si el avión tuvo que ser conducido a otra parte.

"El protocolo policial se observó", dicen las mencionadas fuentes de la seguridad del Estado. "Se colocaron dos patrullas de la Guardia Civil y una de la Policía Nacional en las cercanías del avión".

En la seguridad aeroportuaria están implicadas, además de las fuerzas policiales, los técnicos de AENA y de la Agencia de Seguridad Aérea.