Pobreza infantil

Números que tocan

Números que tocan

Números que tocan / Save the Children

Mireia Recasens Lamuà. Save the Children

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2.379.000. Este no es un número cualquiera; es el número de niños y niñas que viven en situación de pobreza y vulnerabilidad en España. Niños que no pueden ir al dentista si tienen un problema, ni llevar una dieta variada y equilibrada porque sus padres no pueden permitírselo. Tampoco pueden ponerse gafas si no ven bien la pizarra o pasan frío en casa porque la factura de la energía resulta inasumible.

Con la campaña ‘Números que tocan’ ponemos rostro a la pobreza infantil, un mal estructural en nuestra sociedad que cuesta de ver porque pasa de puertas adentro. Pero son números que nos deberían tocar a todos porque la pobreza afecta al desarrollo y bienestar de los niños y les deja una huella tan grande que les puede acompañar toda su vida. De hecho, si no hacemos nada, el 80% de los menores que ahora son pobres lo seguirán siendo en el futuro y dejarán la pobreza como herencia a sus hijos e hijas.

Para romper este círculo hace falta inversión y soluciones contundentes. Ahora tenemos una oportunidad con los fondos europeos, la llamada Garantía Infantil Europea. Este mecanismo fue adoptado en la UE en 2021 con el objetivo de asegurar que los niños, niñas y adolescentes en riesgo de pobreza accedan a servicios básicos para su bienestar de forma gratuita o muy asequible.

Las familias a las que atendemos en nuestros programas son un claro ejemplo de la necesidad de apoyar a la crianza. El 64% de los niños y niñas residen en familias que sobreviven con unos ingresos medios mensuales inferiores a 1.000 euros. Y a pesar de que menos de la mitad de los progenitores trabajan, más del 70% de las familias no recibe ningún tipo de prestación. Es decir, que las ayudas no llegan a todos los hogares que lo necesitan, ni siquiera a los que sufren pobreza extrema. Un tercio de las familias encuestadas, sus miembros sobreviven con menos de 100 euros al mes -3 euros al día por persona-. Esto afecta, por ejemplo, a la alimentación que llevan los más pequeños. El 58% de los niños y niñas de las familias que atendemos no toma la fruta y verdura necesaria y el 37% no alcanza el consumo recomendado de proteínas. En cuanto a la atención sanitaria, el 54% de las familias ha tenido dificultades para llevar a sus hijos al dentista y el 40% no ha podido ponerles gafas o prótesis, aunque lo necesitaran.

Para muchas de estas familias sufragar el coste de una vivienda digna supone un sobreesfuerzo económico que actúa como factor de exclusión social. De media, las familias dedican más de la mitad de su renta pagar la vivienda. Entre las más empobrecidas, el esfuerzo llega al 63%. Además, se trata de viviendas precarias que perjudican su salud: 1 de cada 3 niños y niñas habita en hogares sin apenas luz, con humedades o ruido constante. Casi la mitad vive en familias que nunca o casi nunca pueden mantener una temperatura adecuada en sus viviendas.

Son situaciones intolerables que viven demasiados niños y niñas. Con esta campaña, esperamos despertar conciencias y movilizar a la sociedad para que exija soluciones ante uno de los problemas más graves que vivimos actualmente. Desde Save the Children proponemos, entre otras medidas, una ayuda estatal a la crianza de 100 euros mensuales desde los 0 a los 17 años y asegurar dentista gratuito al menos hasta los 6 años y un bono de 100€ por niño/a en pobreza para gafas y lentillas.

Tener una vivienda digna es un derecho fundamental por eso es necesario aumentar el parque de vivienda social en alquiler y considerar la presencia de niños en la familia como elemento prioritario para conceder el acceso a estos pisos. Además, proponemos unificar al bono social de manera que incluya electricidad y gas y prohibir los cortes de suministro a todas las familias que viven en situación precaria.

La lucha contra la pobreza infantil tiene que ser una prioridad política y soluciones como estas no son solo una cuestión de justicia social sino de eficiencia que ayudarían a miles de familias a seguir adelante. Porque detrás de estos números hay niños y niñas que merecen un presente y un futuro mejor.