Educación en Catalunya

Las familias del colegio Paco Candel de L'Hospitalet dicen basta tras 12 años en barracones

Las familias redoblan la presión al Departament para que firme el convenio que permitirá hacer realidad la escuela

El Ayuntamiento de L'Hospitalet, dispuesto a avanzar la inversión de este innovador proyecto aprobado y consensuado por toda la comunidad educativa

Helena López

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La escuela Paco Candel de L'Hospitalet es uno de los 411 centros públicos en barracones que actualmente hay en Catalunya. En su caso, llevan en ellos 12 años, desde la creación de la escuela en 2010. Hay niños que ya han finalizado toda su etapa educativa infantil y primaria, y han dejado la escuela sin haber pisado otra cosa que no sea un barracón. Pintados de llamativos colores por fuera y decorados con un estilo y criterio envidiables por dentro gracias a la dedicación y esfuerzo de sus maestras y su comunidad educativa, pero barracones al fin y al cabo, con todo lo que eso supone. Una estructura en precario que contrasta -y de qué manera- con los espectaculares bloques que se levantan tras él, en el barrio Gran Via Sud.

En la gran valla que rodea el patio, una gran pancarta resume su reivindicación: "Edifici, ja!". Las combativas familias del centro han reiniciado con fuerza sus protestas. No entienden que teniendo ya un proyecto y un ayuntamiento -el de L'Hospitalet, la ciudad en la que se encuentra- dispuesto a avanzar a la Generalitat el dinero para realizar la obra, las grúas no estén trabajando ya en levantar el gran colegio de madera y cristal en el que sueñan, que tiene que ser el referente de la nueva manera de construir escuelas en Catalunya (y que recuerda a las escuelas del norte de Europa).

Adiós al 'futbolcentrismo'

Al presidente del Afa, Cristian Gil, se le ilumina la mirada cuando explica cómo será el futuro colegio, cuyo 'render' cuelga en una de las paredes del despacho de la asociación de familias, siempre abierto. "No tendrá un patio, tendrá un bosque, algo muy, muy necesario, aquí, en L´Hospitalet, y la pista de fútbol será media pista, no una entera, y estará en un rincón, se acabó el futbolcentrismo", relata el padre, a quien también le hacen especial ilusión el pabellón de actos -en lugar de un gimnasio- y los jardines verticales. Son una escuela hiperactiva y necesitan una sala grande en la que programar actividades, y están en una de las ciudades más densas de Europa, con lo que el verde era también imprescindible.

"Para nosotros eran muy importantes también los espacios entre clases, porque, por nuestra forma de trabajar y de llevar a cabo la innovación pedagógica, en el Paco Candel se aprovecha cualquier rincón para hacer clase. Los alumnos se mueven mucho por todo el centro y el edificio tenía que facilitar ese movimiento", prosigue Gil, quien recuerda que la Paco Candel fue una de las escuelas piloto del proyecto Escola Nova 21, utilizada para experimentar y dar impulso al modelo de aprendizaje por competencias.

Tras un primer convenio entre el Departament y L'Hospitalet para que fuera el ayuntamiento el que liderara el concurso y la redacción del proyecto, tocaba -toca, todavía- firmar un segundo convenio para que sea el ente local el que adelante el dinero para levantar la escuela, con el compromiso de que la Generalitat -institución competente en el asunto- se lo devuelva. La cuestión se quedó aquí encallada. Las características del proyecto -que Gil insiste en que quiere ser referente para toda Catalunya- hacen que su precio se algo más elevado que los estándares con los que trabaja Educació para construir escuelas de primaria.

"Buena predisposición"

Convencidos de que no iban a renunciar al edificio de consenso en el que tanto habían trabajado, las familias iniciaron el curso organizadas y redoblando la presión al Departament con acciones reivindicativas constantes. Una movilización que ha dado sus frutos. El concejal de Educació de L'Hospitalet, David Quirós, asegura que, en una reunión mantenida con los Servicios Territoriales hace escasos días, estos se mostraron "muy predispuestos" a firmar el esperado acuerdo de colaboración en breve.

Hasta que el convenio esté firmado y las máquinas empiecen a levantar la escuela de sus hijos, las familias seguirán con las movilizaciones previstas.

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