Cosméticos

Aviso de la OCU: estas son las marcas de máscaras de pestañas que contienen sustancias peligrosas

La organización de consumidores alerta de la presencia de níquel y formaldehído en varios de estos cosméticos

Closeup of eye makeup. Applying maskara on lushes Young woman getting make up with brush. Eyes visage woman.

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Un análisis de 14 máscaras de pestañas realizado por un equipo de profesionales sanitarios de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha revelado que hay varios de estos productos que no ofrecen suficientes garantías de seguridad, ya que incluyen en su composición trazas de sustancias expresamente prohibidas en este tipo de cosméticos, como el formaldehído o el níquel.

Tres de estos cosméticos se consideran que superan los límites admisibles para la salud de los consumidores.

Presencia de níquel

Según ha explicado la OCU, "el níquel es un metal pesado, prohibido en cosmética, que en contacto con la piel puede inducir problemas de sensibilización y desencadenar alergias. El límite admisible es de 5 ppm (partes por millón)". Las marcas que, según el análisis, sobrepasan ese límite son:

  • Maxfactor Divine Lashes, que contiene 8 ppm de níquel.
  • Deliplus Maxi Volumen, de Mercadona, que contiene 6 ppm de níquel.

Presencia de formaldehído

Sobre el formaldehído, ha explicado la OCU que es "un posible cancerígeno que además puede inducir problemas de sensibilización en la piel, está prohibido en cosméticos, por lo que no debería estar presente en estos productos". Aun así, la entidad de consumidores ha indicado que "las últimas opiniones científicas establecemos un límite admisible de 10 ppm". En este caso es una marca la que supera esta barrera.

  • Le Volume, de Chanel, que contiene una cantidad de 12 ppm formaldehído.

La OCU ha querido denunciar lo laxo que es el Reglamento de Cosméticos de la Unión Europea, que aunque incluye una lista de sustancias prohibidas en cosméticos, admite su presencia como trazas si no se han añadido deliberadamente, no hay medios técnicos para eliminarlas y si los fabricantes no tienen indicios de que su producto ocasione daños.

Según la organización de defensa del consumidor, "esta laxa normativa prioriza los intereses de las empresas cosméticas por encima de la seguridad de los usuarios" y ha reclamado que la Comisión Europea fije unos límites máximos admisibles para esas sustancias tóxicas.