Inquietud en el cuerpo

Otro equipo de respiración defectuoso deja sin aire a un bombero en un incendio de Girona

El fallo sorprendió al funcionario de emergencias mientras trataba de entrar en un piso en llamas con dos personas en su interior

Los 1.720 Equipos de Respiración Asistida (ERA) fueron revisados tras detectarse una problemática generalizada a principios de 2022 pero tres unidades han vuelto a fallar comprometiendo gravemente la integridad de dos trabajadores

Bomberos en una imagen de archivo.

Bomberos en una imagen de archivo.

Guillem Sánchez

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Crece el malestar entre los funcionarios de los Bombers de la Generalitat tras un nuevo fallo de un Equipo de Respiración Asistida (ERA) en una intervención este jueves por la noche en el incendio de una vivienda de Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà). Es el tercer equipo de aire que falla en dos semanas. Tres averías que se han producido después de que la Conselleria de Interior revisara los 1.720 equipos a raíz de la problemática generalizada que destapó EL PERIÓDICO a principios de año. Los tres equipos defectuosos pertenecen a la región de Girona: en dos de las tres ocasiones los bomberos se han quedado sin aire cuando estaban dentro de un incendio, rodeados de humo. El bombero de Olot resultó herido leve y el bombero de Sant Feliu pudo salir por su propio pie al exterior.

 El bombero que trabajaba en el fuego de Sant Feliu de Guíxols se encontraba forzando la puerta de un segundo piso de un bloque del que fueron rescatadas dos personas. Respiraba con botellas de aire debido al humo. En ese instante, según las fuentes consultadas, el suministro de aire del equipo se interrumpió porque las botellas se vaciaron sin previo aviso. El manómetro indicaba erróneamente una presión de 150 bares, lo cual significaba que las botellas seguían llenas, pero en realidad estaban vacías. El bombero tuvo que huir, cayendo por las escaleras, para no intoxicarse. Los dos vecinos de Sant Feliu de Guíxols resultaron heridos leves por inhalación de humo.

En el incendio del aparcamiento de Olot hace dos semanas ocurrió lo mismo. El manómetro indicaba erróneamente al bombero que seguía disponiendo de aire pero no era verdad: el funcionario, sorprendido por el fin de la reserva de oxígeno, tuvo que sacarse la máscara rodeado de una atmósfera cargada de humo y respirar a pulmón. Logró salir al exterior, donde fue atendido por una ambulancia del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) y dado de alta a las pocas horas.

Tres incidentes en Girona

A estas dos averías cabe añadirle una tercera registrada en la misma región, la de Girona. Los tres equipos de aire defectuosos se han producido en la misma demarcación y sus máximos responsables se han reunido este viernes para tratar un asunto que inquieta a los bomberos, que sienten que su integridad está en juego porque quedarse sin aire en según qué siniestro puede resultar fatal. La propia Dirección General de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos, Joan Delort, emitirá un comunicado interno a lo largo del día para tranquilizar a los trabajadores de emergencias.

El tercer equipo que ha fallado en Girona fue el de un bombero del parque de La Pera (Baix Empordà) que se encontraba trabajando en el incendio de una vivienda en el centro de Celrà. Cuando las llamas habían sido extinguidas y estaba comprobando las condiciones del aire con un detector de gases, el manómetro de su equipo también falló. Indicaba distintas presiones y confundía al bombero, que tuvo que dejar la tarea y salir al exterior. Tanto el equipo de Olot, como el de Celrà y el de Sant Feliu de Guíxols han sido precintados y serán revisados. Los equipos utilizados en los incidentes de Olot y Sant Feliu de Guíxols pertenecen a la empresa MSA.

De momento, y para empezar a tomar medidas, la semana que viene se peritará el equipo defectuoso. Asimismo, se están planificando ensayos a través de la empresa MSA.

Desde que comenzó la crisis de los ERA destapada por EL PERIÓDICO a principios de año, según Interior, entre julio de 2021 y marzo de 2022 se detectaron fallos en 16 equipos, tanto en entrenamientos como en servicios de guardia, pero no constaban heridos, hasta el intoxicado en Olot, que pudo sufrir un desenlace peor dada la toxicidad de los incendios en los que arden vehículos: la última muerte de un bombero de la Generalitat, Joan Liébana, se produjo el 17 de junio de 2021, en un incendio declarado en un garaje de coches.

La crisis de los ERA

La grave anomalía que se detectó hace medio año y que obligó al Govern a comprar 400 nuevos ERA consistía en que se congelaba el manómetro. La principal hipótesis para explicar por qué se congelaba fue que algunos compresores –las máquinas que rellenan de aire las botellas– estaban introduciendo humedad y que esta, debido al frío que produce la liberación de oxígeno comprimido, se solidificaba. Los Bombers investigan ahora si este manómetro del bombero de Olot y el de esta noche en Sant Feliu de Guíxols también se han congelado o han fallado por otras causas.

Uno de los principales obstáculos con los que topó Interior para afrontar esta problemática, de la que algunos mandos de la cúpula del cuerpo no informaron al principio a sindicatos ni a la propia Conselleria, fue que no se había respetado la trazabilidad de los equipos y no resultaba posible saber en qué compresor se había recargado cada unidad. Esto ahora es distinto, subrayan fuentes de los Bombers. Tras la crisis de los ERA, lnterior externalizó el mantenimiento de los equipos y también la recarga de las botellas a la empresa Airbox.

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