Educación en Catalunya

La Fundación Bofill pide que educadores y cuidadores se incorporen a los claustros escolares

El informe 'Los retos de la educación en Catalunya' insiste en que toda reforma educativa ha de contar con recursos y con la voz de los docentes, algo que aseguran no sucede actualmente

El anuario urge al Departament de Educació a reducir la burocracia para que los docentes tengan más tiempo para sus alumnos

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A1-161017124.jpg / Laura Guerrero

Helena López

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Los profesionales no docentes -educadores sociales, cuidadoras, orientadoras, etcétera- que trabajan en los centros escolares deberían incorporarse como miembros de pleno derecho en los claustros. Así lo recomienda la Fundació Bofill en su anuario 'Los retos de la educación en Catalunya', presentado este jueves, en el que insisten en cosas que deberían ser obvias pero que, remitiéndose a los hechos, no lo son tanto, como que toda reforma educativa, para que sea "viable y sostenible", tiene que contar con la voz de los docentes y con la financiación adecuada; y en la urgencia de acabar con la segregación escolar.

Es este un anuario con una mirada 100% femenina: lo han elaborado 15 investigadoras con la colaboración de 100 expertas. Y es que aunque el sector educativo sea mayoritariamente femenino, las mujeres suelen ser minoría en los espacios de reflexión y experiencia. "Para romper con esta anomalía, todos los capítulos de este anuario han sido elaborados por mujeres: maestras, directoras, educadoras, psicopedagogas y profesoras universitarias", han reivindicado desde la Bofill.

Entrando en materia, los recursos son el punto débil del sistema: "Todos los decretos y planes del Departament deberían incluir los recursos económicos, de personal (docentes, especialistas, gestión), de formación y acompañamiento necesarios para su despliegue; algo que no ha sucedido en el decreto de Inclusión, en el que han faltado recursos y planificación; ni en el Plan de Mejora de Oportunidades Educativas (PMOE), donde ha faltado el acompañamiento a los centros educativos; ni tampoco en el despliegue del nuevo currículum competencial, precipitado y sin tiempo para la reflexión", señala de forma muy crítica el anuario.

Con el objetivo de facilitar la educación inclusiva, el anuario destaca que hace falta una política de gestión y asignación de personal que "amplíe y diversifique los perfiles presentes en los centros". Es en ese sentido en el que reiteran la importancia de que figuras "no docentes", como educadores sociales, cuidadoras y orientadoras se incorporen de pleno derecho a los claustros. 

Segregación escolar

En cuanto a la segregación escolar, el otro gran reto, el anuario aporta datos como que actualmente un 40% alumnos del alumnado de primaria y un 32% de la ESO debería cambiar de centro para que se alcanzara una distribución equilibrada del alumnado extranjero en el conjunto de la red escolar catalana. "La elevada segregación escolar que persiste en una parte importante de los municipios catalanes limita gravemente las oportunidades educativas de niños, niñas y jóvenes e impide la cohesión social", alertan.

El amplio informe de la Bofill recoge también una de las grandes reivindicaciones -en ocasiones hasta gritos de auxilio- de las escuelas: la necesidad de aliviar la burocracia. "El Departament de Educació debe simplificar los procesos de gestión de los centros y eliminar trámites innecesarios con el fin de que los equipos directivos y docentes tengan más tiempo para dedicarse a los retos educativos", reza el anuario.

Otra de las cuestiones de las que la propia fundación ya alertó esta misma semana es de la necesidad de financiar a los centros educativos de acuerdo con una fórmula basada en criterios de equidad, que permita a todos los centros disponer de los recursos que necesitan y, en particular, a los centros de mayor complejidad de mayores dotaciones docentes, no docentes y de gestión. "Una apuesta firme contra la segregación escolar, que permita equilibrar la composición social de los centros educativos, para equiparar las condiciones en las que el profesorado desempeña su labor docente", apuntan. Es decir, redistribuir la complejidad para favorecer la atención inclusiva de la diversidad en el conjunto del sistema.

Decreto de conciertos

La Fundación Bofill recuerda también la necesidad de actualizar el decreto de conciertos, para que la escuela concertada asuma también la obligatoriedad de cumplimiento de los criterios de programación. Actualmente, la aplicación de medidas como la reducción de ratio en la escuela concertada es opcional, fruto de una negociación entre las patronales o los centros y la administración.

En cuanto a la política de estabilización de plantillas, el anuario de indica que esta debe orientarse a crear y consolidar equipos en el interior de los centros educativos, afianzar sus proyectos educativos, así como el sentimiento de pertenencia al centro; política que debería priorizarse, indican, en los centros de mayor complejidad, algo que también apuntaba la Síndica de Greuges esta semana en su informe 'La dotación de personal y la gestión de equipos educativos en los centros de elevada complejidad'.