Día contra la violencia machista

Los chicos, ante el feminismo: "No se enseña bien. Muchos lo vivimos como un ataque"

Barcelona 22/11/2022 60 Alumnos del Institut Quatre Cantons debaten sobre feminismo y machismo En la foto, las chicas Sara, Erin y Amanda y los chicos Guillem, Màrius, Guillermo, Pol y Guillem Foto de Ferran Nadeu

Barcelona 22/11/2022 60 Alumnos del Institut Quatre Cantons debaten sobre feminismo y machismo En la foto, las chicas Sara, Erin y Amanda y los chicos Guillem, Màrius, Guillermo, Pol y Guillem Foto de Ferran Nadeu / FERRAN NADEU

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llegó un momento en el que decidió que ya no quería hablar más del tema en clase. Suponía exponerse demasiado. "Era empezar a debatir y encontrarse con una manada de tíos que empiezan con las denuncias falsas", explica Erin, estudiante de primero de bachillerato, quien a sus 16 años llegó a la conclusión de que era imposible debatir sobre feminismo con ellos porque al final toda la hora se tenía que dedicar a justificar el porqué de la necesidad de la charla. "Es increíble el negacionismo del machismo que hay entre los chicos de nuestra edad. El odio hacia el feminismo no es ni medio normal", asegura la joven barcelonesa, quien señala que eso no es algo que pase solo en su instituto -el Quatre Cantons, uno de los que más tiempo llevan potenciando la educación en igualdad- o en su barrio, el Poblenou, un barrio de "clases medias"- sino que es algo generacional en lo que tienen mucho que ver dos cosas: los 'youtubers' antifeministas y su estratosférica influencia en los chavales, y el efecto rebote hacia las políticas igualitarias.

"Les han convencido de que el machismo no es real, de que el feminismo es que las mujeres estén por encima de los hombres y que ser feminista es de débiles. Ese es el mensaje que reciben de los 'youtubers' y que se transmiten entre ellos", prosigue la joven.

Ellos no lo ven igual. En una charla con EL PERIÓDICO, los alumnos y alumnas del Quatre Cantons coinciden en algo: algo falla en cómo se está enseñando en feminismo. "El feminismo no se enseña bien. Muchos de nosotros lo vivimos como un ataque y eso genera un enfrentamiento. Sentimos que se les está dando a ellas algo que nosotros no podemos tener", arranca Guillem, del mismo curso. "Siempre apuntan a nosotros. Nos tratan de malos. Los hombres acabamos pensando que tenemos la culpa de todo lo que pasa en el mundo. No lo vemos como una cosa igualitaria", añade Guillem.

Los chicos no niegan el machismo, pero... Este es el inicio de muchas de sus intervenciones, convencidos de que las nuevas leyes "se han cargado la presunción de inocencia de los hombres". "Si una chica dice que la he violado, la van a creer a ella, no a mí, solo por ser una chica. Voy a ser yo el que va a tener que demostrar mi inocencia y no ella mi culpabilidad. Es aquella ley que dice que se tiene que firmar un contrato; una ley que metió la Montero, esa", cuentan, en alusión a la ley del 'solo sí es sí', reproduciendo los argumentos de la 'manosfera'. Obvian la realidad: que aun con la ley del 'sí es sí' el acusado tiene presunción de inocencia, y es la denunciante la que ha de demostrar los hechos.

"Ellas están por encima"

En cuanto a lo mal visto que está el feminismo entre los chicos, tres hombres, que tienen perfectamente identificados las chicas, niegan la mayor, confirmando el negacionismo denunciado por las primeras. "Lo que está mal visto ahora es no ser feminista. Por no ser feminista te dicen que eres machista y no es así", sostienen.

Están convencidos de que en cuestión de derechos "está todo ganado" -"en realidad ellas están por encima, en derechos", consideran. Otra cosa es, admiten, el machismo "en la calle". "Los comentarios y piropos. Eso sí pasa y está mal", señalan.

Sara, también estudiante de primero de bachillerato, tiene identificados dos problemas claros. El primero, que los chicos en el instituto relacionan el feminismo con estudiar, con hacer trabajos. "Lo ven como una obligación y eso es lo que les genera rechazo", reflexiona esta joven, quien tiene clara una segunda cuestión: hay que empezar a trabajarlo antes. "En primaria no se trabaja. Nos empiezan a hablar de feminismo en el instituto cuando ya están creciditos", apunta.

Hablan ellas: "El odio de los chicos hacia el feminismo no es ni medio normal"

Como Erin y Sara, Amanda considera que el problema es que los chicos -influenciados por los discursos reaccionarios de los "creadores de contenidos"- sienten que el feminismo les está oprimiendo. "Se lo toman como un ataque, que si tú haces crecer a las mujeres, ellos se harán pequeños", apunta la joven. "Dicen cosas como que las mujeres tiene más derechos que los hombres, que las mujeres no van a la guerra. Quizá no se han planteado que el feminismo lo que busca no es mandar a las mujeres a la guerra, sino que no haya guerras", zanja la joven. Las tres hablan con total libertad porque el director del instituto, consciente de las dinámicas que se generan, ha dividido la entrevista en dos bloques. Primero hablan ellas, solas, en libertad, y después lo hacen ellos.

Mandatos de género

"Cuando empezamos a hablar sacan cosas como que las cifras de suicidio entre los hombres son mayores, y no se dan cuenta de que el feminismo justo lo que quiere es acabar con los mandatos de género que exigen a los hombres reprimir sus sentimientos", prosigue Amanda, convencida, como Erin, de que entre los chicos está mal visto declararse feminista. "Si un chico es feminista se calla para que no se rían de él, para integrarse en el grupo", zanjan reiterando que gran parte del problema viene de los 'youtubers'.

"Roma Gallardo, quédate con ese nombre. Es uno de los que les mete a los chicos ideas en la cabeza como que los derechos ya están logrados. Argumentos simplistas que te entran muy fácil y que se pueden escupir igual de fácil, reventando todos los debates", concluye Erin, a quien le hierve la sangre al escuchar ese tipo de discursos. "Primero, porque no somos el único país del mundo, esta es una lucha global, y, después, porque las leyes no lo son todo. Las leyes se vulneran todos los días, y las leyes hay que defenderlas -continúa-; mira el derecho al aborto en Estados Unidos, por ejemplo".