Tribunales

Juicio al 'estafador del amor' por engañar a dos prostitutas en Barcelona

La Fiscalía ha solicitado 3 años de cárcel por haber estafado presuntamente 3.000 euros a dos trabajadoras sexuales en Barcelona

Archivo - El 'estafador del amor', Albert Cavallé, en una imagen de archivo del 17 de mayo de 2022.

Archivo - El 'estafador del amor', Albert Cavallé, en una imagen de archivo del 17 de mayo de 2022. / EUROPA PRESS - Archivo

Efe

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Fiscalía ha solicitado 3 años de cárcel para Albert Cavallé, conocido como el "estafador del amor" por sus engaños a mujeres, al que se le acusa de haber engañado en Barcelona a dos prostitutas para sacarles un total de 2.900 euros. A las dos mujeres las contrató para que realizaran servicios sexuales el 31 de agosto de 2020.

En el juicio, celebrado este miércoles en el Juzgado Penal 25 de Barcelona, la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por una de las dos perjudicadas, ha solicitado para Cavallé una pena de tres años de prisión, mientras que su defensa ha pedido la absolución.

Según el escrito de la Fiscalía, el procesado está acusado de estafar a dos mujeres, a las que había contratado para que realizaran servicios sexuales de larga duración y con las que acordó pagarles 100 euros a cada una la hora por transferencia bancaria. El monto total ascendió a 2.400 euros.

El acusado les había hecho creer a ambas que era hijo del propietario de un hotel situado en la plaza España de Barcelona y que tenía una posición acomodada.

Engaño

Además del dinero del servicio sexual, Cavallé fingió que necesitaba de forma urgente dinero en efectivo y les pidió 500 euros, tras comprometerse a que s devolvería de inmediato, según la versión del ministerio público.

El acusado les hizo creer que les había hecho una transferencia bancaria, en la que abonaba tanto los servicios sexuales contratados como el dinero en metálico que presuntamente le había pedido a las dos prostitutas, aunque les dijo que tardaría horas en llegar, según el ministerio público.

A la mañana siguiente, cuando las dos prostitutas vieron que la cantidad pactada no había llegado, le instaron a ir al cajero a sacar el dinero en metálico y se quedaron su móvil, de escaso valor, a modo de prenda, hasta que se personó la policía autonómica en el domicilio y le hicieron a los agentes entrega del mismo.

La defensa de Albert C., ejercida por el letrado David Sans, ha asegurado en su informe final que los Mossos d'Esquadra se personaron en el domicilio donde se produjo el encuentro sexual tras ser alertados por el propio acusado, que alegó que le habían robado el móvil y otros objetos de valor, como las llaves de su casa.

Acusaciones cruzadas

"Si tuviera algo que esconder, no habría llamado", ha destacado su letrado, que también ha asegurado que el testimonio de las dos prostitutas carece de credibilidad al tener derecho a no confesarse culpables tras haber sido denunciadas por el acusado y haber estado imputadas durante la instrucción de la causa.

"Nos hallamos en la palabra de uno contra el otro", ha destacado el letrado defensor en la vista, que ha recordado que ante dudas razonables debe resolverse siempre de forma favorable al acusado, del que ha defendido que sí que pagó los servicios sexuales en metálico.

Según el testimonio de una de las prostitutas, ambas descubrieron que se trataba de un conocido estafador de mujeres cuando los agentes se personaron en el domicilio en el que se encontraban y donde se había producido el encuentro sexual, y que decidieron denunciar por recomendación de la policía catalana.

En ese sentido, uno de los Mossos que participó en la actuación ha asegurado que recomendaron denunciar a las dos mujeres si pretendían recuperar el dinero estafado.

Tres condenas firmas

El acusado cuenta con, al menos, tres condenas firmes por hechos similares, con penas de entre tres meses a un año y medio de cárcel, por las que no ha entrado en prisión por haber afrontado el pago de la responsabilidad civil requerida.

Albert C. ha destacado que fue él quien avisó a la policía catalana para poder recuperar sus pertenencias, como el móvil, las llaves de casa o una chaqueta, que presuntamente le habían robado: "Que dos prostitutas colombianas tengan las llaves de tu casa no da muy buen rollo", ha considerado.

Sans también ha explicado ante los medios que hubo un acuerdo verbal del acusado con las dos prostitutas que no se reflejó por escrito y que los servicios sexuales prestados se pagaron.