Movilidad sostenible

El uso diario de la bicicleta por trabajo o estudios crece un 76% en España con la pandemia

El Barómetro de la Bicicleta concluye que cerca de 11 millones de personas de entre 14 y 70 años usan la bici semanalmente

Crece un 54% el número de personas que pedalean uno o más días a la semana para ir a la oficina o a la universidad

bicicletas barcelona

bicicletas barcelona / Jordi Otix

Carlos Márquez Daniel

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Es curioso cómo el lenguaje marida con los medios de transporte. Estar como un tren, ir como una moto o avanzar a pedales. Esta última expresión se asocia a una persona que va despacio, incluso demasiado despacio. Y es curioso, porque precisamente del ciclismo urbano podría decirse que en estos tiempos va como un cohete. Sea por la pandemia, el crecimiento de la infraestructura o los nuevos hábitos ciudadanos, más ligados a la ecología y la salud, el número de personas que a diario usan la bici para ir a trabajar o a estudiar ha crecido en España un 75,7%. Se le llama movilidad obligada, pero bajado a un terreno que se entienda, hace referencia a los ciudadanos que han elegido la bici como medio de transporte habitual, por encima del coche o el transporte público.

Los datos se han dado a conocer este miércoles en Madrid y forman parte del Barómetro de la Bicicleta en España, encargado por la Red de Ciudades por la Bicicleta. "Son unas cifras espectaculares", ha resumido Antonio Poveda, presidente del ente, senador y vicepresidente de Movilidad del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Los que van en bici a diario para ir a la oficina o a la universidad son el 6,5% de los encuestados (3,7% en 2019) y los que la usan semanalmente son el 32,5% (23,3% dos años atrás).

También son muchos más los que tienen bici para uso personal (64,8% vs 54,4%). Un crecimiento que a ojos de Xavier Flores, secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, presente en el acto, es un acto de justicia urbanística: "La bicicleta fue la gran olvidada en la planificación de las ciudades durante la segunda mitad del siglo XX, y ahora debemos revertirlo". El Gobierno, de hecho, ha destinado 224 de los mil del primer paquete fondo Next Generation a medidas vinculadas con la bicicleta, como 500 nuevos kilómetros de carril bici.

Más habituales

Toda los registros combinados arrojan un crecimiento del 40% en la casilla de ciclistas habituales (son el 32,5%, unos 11 millones de personas), mientras que los esporádicos, como es lógico, han caído, del 29,6% al 24,6%. Todavía queda, sin embargo, un grueso importante de ciudadanos que no la utilizan. Son el 42,8% (casi un 10% menos), el porcentaje más bajo de los ocho barómetros realizados desde 2008. En 2009, por ejemplo, seis de cada diez encuestados aseguraban que no pedaleaban jamás.

Hay dudas razonables sobre cómo evolucionará el ciclismo urbano en los próximos años, puesto que es evidente que la pandemia ha disparado el medio. Poveda no tiene dudas de que los datos se consolidarán e incluso crecerán, entre otras cosas, ha asegurado, porque las ventas de bicis urbanas, mecánicas y eléctricas, sigue creciendo. También Flores está convencido de que este cambio de hábitos "ha venido para quedarse". "Esto no es una moda y ni mucho menos hemos tocado techo; cuando pones carriles bici, la gente sale más a pedalear", ha detallado.

Cola de ciclistas, en el carril bici del paseo de Sant Joan

Cola de ciclistas, en el carril bici del paseo de Sant Joan / Ferran Nadeu

La propia encuesta confirma la teoría de la inducción al pedaleo, por la cual, cuanta más infraestructura segura dispongas, más ciudadanos se lanzarán con sus bicis a la calle. El 70,7% de los señalan el carril bici como el lugar más confortable para circular, por solo el 8,1% que hacen referencia a la calzada. Es una constante en todas las encuestas sobre bicis en ciudad: siempre se pone el peligro de compartir espacio con vehículos motorizados en lo más alto de los obstáculos para apostar por el ciclismo urbano. De hecho, todos los impedimentos apelan a la Administración, puesto que suya es la competencia que permite que se apueste más por la movilidad activa: reducir el tráfico de coches, instalar más carriles bici o apostar por aparcamientos seguros tipo Bicibox.

Otro dato positivo es la accidentalidad, puesto que a pesar del crecimiento en todos los ámbitos, no se ha registrado un incremento de la siniestralidad. El 82,8% de los ciclistas entrevistados no han sufrido ninguna caída en los últimos cinco años. Porcentajes muy similares con el tema de los robos: el 81,2% no se la han robado en el último lustro. Por último, destacar que la brecha de género en el uso de la bicicleta sigue siendo un hecho muy evidente, aunque ahora la diferencia es menor que nunca, de 15,6 puntos. Llegó a ser de casi 24 puntos en 2015. Todos vamos más en bici, con más frecuencia y para usos cotidianos.