Investigación interna

Un equipo de respiración defectuoso deja sin aire a un bombero en un incendio en Olot

El funcionario tuvo que sacarse la mascarilla y respirar humo aunque se recuperó poco después con el oxígeno de una ambulancia

Es el primer herido por un fallo en los equipos de aire, que han sido revisados, después de decenas de avisos en entrenamientos y siniestros

Los Bombers trabajan en la extinción del incendio en una casa de Caldes de Malavella.

Los Bombers trabajan en la extinción del incendio en una casa de Caldes de Malavella.

Guillem Sánchez

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La crisis de los Equipos de Respiración Autónoma (ERA) de los Bombers de la Generalitat amenaza con reabrirse nuevamente, para inquietud de los funcionarios de emergencias que sienten su integridad otra vez comprometida, y para la Conselleria d'Interior, que había terminado de revisar los 1.720 equipos después de la problemática generalizada que destapó EL PERIÓDICO a principios de año. En la región de Girona han fallado en solo cinco días dos de estos equipos, que los funcionarios usan para poder trabajar en atmósferas perjudiciales.

Un bombero de Olot resultó herido leve al intoxicarse en un incendio declarado en un aparcamiento el pasado 10 de noviembre porque falló su equipo de respiración, según las fuentes consultadas por este diario. Y durante la madrugada de este pasado miércoles ha fallado el manómetro de un segundo bombero que se encontraba en una intervención en Celrà (Girona).

 A pesar de que los sindicatos creen que podría haber un caso anterior al de Olot, y que habría sufrido un voluntario durante el verano, el del 10 de noviembre es el primer episodio reconocido por la Direcció General de Prevenció, Extinció d'Incendis i Salvaments en el que un bombero de la Generalitat ha resultado herido por culpa de un ERA defectuoso.

Según Interior, entre julio de 2021 y marzo de 2022 se detectaron fallos en 16 equipos, tanto en entrenamientos como en servicios de guardia, pero no constaban heridos. El mal funcionamiento se producía en el manómetro, el instrumento que mide el aire disponible para el bombero y que avisa antes de que se termine. Por motivos no aclarados los manómetros comenzaron a congelarse. El riesgo radicaba en que los bomberos podían quedarse sin aire durante un siniestro sin que sonara ninguna alarma, lo que obligaría a los funcionarios a sacarse la máscara y respirar a pulmón, estuvieran rodeados de humo o inmersos en una fuga química. Eso es lo que ha ocurrido en Olot.

El bombero de Olot se encontraba trabajando con un compañero en el incendio declarado en un aparcamiento en el que ardían tres vehículos. El humo era muy denso, como acostumbran a serlo los fuegos de vehículos en espacios cerrados. La última muerte de un bombero de la Generalitat, Joan Liébana, se produjo el 17 de junio de 2021 precisamente en el siniestro de una nave industrial de Vilanova i la Geltrú por la combustión de algunos coches. Cuando el bombero de Olot y su compañero fueron relevados por un segundo equipo para proseguir con los trabajos de extinción, se quedó sin aire sin que sonara la alarma del manómetro. Tuvo que quitarse la máscara y respirar humo.

Por fortuna se encontraba ya cerca de la salida del aparcamiento. Fue atendido por una ambulancia del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM), estabilizado con oxígeno, y pudo reincorporarse al trabajo sin necesidad de ingreso hospitalario. A pesar de que se había quedado sin aire, el manómetro de su equipo seguía indicando '60 bar'.

La grave anomalía que se detectó hace medio año y que obligó a comprar 400 nuevos ERA consistía en que se congelaba el manómetro. La principal hipótesis para explicar por qué se congelaba fue que algunos compresores –las máquinas que rellenan de aire las botellas– estaban introduciendo humedad y que esta, debido al frío que produce la liberación de oxígeno comprimido, se solidificaba. Los Bombers investigan ahora si este manómetro del bombero de Olot también se ha congelado o ha fallado por otras causas.

El incidente de Celrà

Un bombero del parque de La Pera (Baix Empordà) se encontraba este miércoles trabajando en el fuego de una vivienda en el casco antiguo de Celrà. Cuando las llamas habían sido extinguidas, y se encontraba comprobando las condiciones del aire con un detector de gases, el manómetro de su equipo falló. Indicaba distintas presiones y confundía al bombero, que tuvo que dejar la tarea y salir al exterior. El equipo de este funcionario también está en revisión.

Uno de los principales obstáculos con los que topó Interior para afrontar esta problemática, que algunos mandos de la cúpula del cuerpo trataron de ocultar tanto a sindicatos como a la propia Conselleria, fue que no se había respetado la trazabilidad de los equipos y no resultaba posible saber en qué compresor se había recargado cada unidad. Esto ahora es distinto, subrayan fuentes de los Bombers.

Tras la crisis de los ERA, lnterior externalizó el mantenimiento de los ERA a la empresa Airbox y también la recarga de las botellas. El equipo del bombero de Olot fue recargado por Airbox y también revisado por la citada empresa. Los sindicatos han solicitado que la revisión de los ERA defectuosos no corra a cuenta de Airbox.

La Conselleria confía en que ambos incidentes no se repitan nuevamente. Los bomberos, por su parte, que siguen tomando las precauciones posibles antes de entrar a un fuego equipados con respiradores –tras la muerte de Joan Liébana y la crisis de los ERA–, exigen que se aclare cuanto antes qué ha pasado en. el fuego de Olot.

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