Modelo de ciudad

'Hubs' de la movilidad: así serán los aparcamientos subterráneos en el futuro

Barcelona se da 10 años para que su red de párkings bajo tierra responda a las nuevas necesidades urbanas vinculadas a los desplazamientos y deje de ser un simple contenedor de coches

aparcamientos

aparcamientos / El Periódico

Carlos Márquez Daniel

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Bajo la premisa de que los aparcamientos subterráneos ya no pueden ser solo contenedores de coches, las grandes ciudades han iniciado un largo camino para convertir estas infraestructuras en un puntal de las nuevas realidades de la movilidad urbana. Barcelona, por ejemplo, se ha dado 10 años para convertirlos en 'hubs' que incorporen de manera definitiva y estructural la bicicleta, la moto, los vehículos eléctricos y la distribución de mercancías. Están llamados, en definitiva, a liderar el futuro de los desplazamientos, irremediablemente ligados a la intermodalidad.

BSM gestiona en la capital catalana un total de 45 aparcamientos que albergan 14.500 plazas, la mayoría para coches, pero también hay espacios para motos, bicis e incluso camiones y autocares. Es una empresa pública, así que está llamada a liderar este cambio al no estar tan ligada, aunque también lo esté, a la visión más de tubo del sector privado. Es decir: puede correr más riesgos. Es así cómo en los últimos años ha ido apostando por los puntos de recarga, una maniobra de avanzadilla de un sector en expansión que le ha llevado a instalar 500 cargadores que tienen un uso de entre el 15 y el 20% de su capacidad. Para lo que está por venir, sin embargo, tal y como ha avanzado Josep Maria Deulofeu, director de la división de Soluciones de Mobilitat Urbana de BSM, la idea es ir avanzando "en función de la demanda".

El paradigma

Al tratarse de construcciones subterráneas con poco margen para el cambio, el paradigma de lo que está por venir no lo veremos hasta 2025, cuando se prevé que esté terminado el nuevo aparcamiento que llevará el nombre de Ciutadella del Coneixement, entre las calles de Wellington y Trias Fargas, con un espacio de 7.000 metros cuadrados que incorporará todas las peculiaridades de los nuevos 'hubs' de la movilidad. Tiene un presupuesto de 10,7 millones de euros. Los techos serán más altos para facilitar la entrada de furgonetas y vehículos pesados, se eliminan los pilares en la medida de lo posible y el reparto del espacio se hará de manera que los usuarios, vayan en bici, en moto o en coche, se muevan con absoluta seguridad.

Para el resto de aparcamientos, los 45 que están operativos, BSM los irá adaptando para incorporar algunos de los nuevos servicios. De hecho ya se ha ido haciendo en los últimos tiempos, puesto que ya disponen de 50 puntos de recogida de mercancías (click&collect), en los que la ciudadanía podrá ir a buscar o devolver los paquetes encargados. En el futuro, la idea es que las furgonetas y los camiones también lleguen a estos puntos, y que el reparto de la denominada última milla (microdistribución) pueda hacerse con vehículos sostenibles. 'Cargo bikes' por ejemplo, un tipo de vehículo cada vez más frecuente en las calles de las grandes ciudades.

Motos mal aparcadas, en la calle de Balmes

Motos mal aparcadas, en la calle de Balmes / Ferran Nadeu

Sobre los puntos de recarga, BSM está buscando dos nuevas soluciones: un sistema estático de cargadores masivos y otro de puntos de carga que puedan cambiarse de ubicación. El tema de las motos es quizás el más impredecible. A pesar de que en las últimas semanas se ha planteado la posibilidad de cobrar por estacionar en la calle, Barcelona ninguna otra ciudad española se lo plantea por ahora, lo que limita mucho las opciones de empresas como BSM o cualquier compañía privada que gestione aparcamientos privados. En cualquier caso, Deulofeu ha avanzado su intención de crear un sistema de entradas y salidas "ágiles y rápidas" de lectura de matrícula, de manera que el motorista no tenga que detenerse. "Llegará un momento en el que las motos no cabrán todas en la calzada", ha avanzado. Eso es algo que de hecho ya sucede, puesto que la ciudad dispone de 76.000 plazas de moto pintadas en calzada para un parque móvil de 280.000 unidades.

Lucha compartida

Sobre la posibilidad de albergar sistemas de patinete compartido, los aparcamientos subterráneos no parecen una opción demasiado eficiente. De hecho, el Bicing de Barcelona empezó instalando sus estaciones de bicis eléctricas en párkings, pero pronto salieron a la superficie porque los usuarios no iban bajo tierra para coger una bici. Mejor lo tienen el coche compartido, más que nada, por la dificultad de estacionar en la superficie.

Si una cosa queda clara en el congreso Tomorrow Mobility que se celebra estos días en L'Hospitalet de Llobregat es que la movilidad ha dejado de ser un fenómeno que funciona en base a compartimentos estancos. La calzada ya no solo alberga coches. Y los aparcamientos ya no son un coto del vehículo motorizado y están destinados a convertirse en parte de la solución en la lucha contra la congestión y la contaminación.

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