Educación y salud
Agua del grifo, teta y más legumbres: guía para una alimentación infantil saludable
La Agència de Salut Pública de Catalunya acaba de publicar la guía ‘La alimentación saludable en la primera infancia’ con consejos para que el momento de la comida sirva para cuidar la salud, la educación y el planeta
El impacto de tener unos buenos hábitos alimentarios desde la pequeña infancia va mucho más allá de la salud. Los entornos donde los niños y las niñas comen pueden ser el marco idóneo para transmitir una serie de hábitos y responsabilidades, como la higiene (lavarse las manos, los dientes, usar la servilleta…), la utilización de los cubiertos, la responsabilidad de poner y quitar la mesa y un comportamiento en la mesa adecuado. Además, el momento de la comida (desayuno, almuerzo, merienda o cena) debería facilitar -si se puede hacer bien- espacios privilegiados para la comunicación, ya que permite el contacto físico, visual y auditivo entre los niños y sus cuidadores.
Por todo ello, la Agència de Salut Pública de Catalunya acaba de publicar la guía ‘La alimentación saludable en la primera infancia’. Aquí va un pequeño resumen con algunas recomendaciones.
Relax y tolerancia al rechazo
Un ambiente relajado y cómodo durante las comidas, en el que se eviten distracciones como la televisión, los teléfonos y cualquier pantalla facilita las "buenas prácticas alimentarias" y ofrece la oportunidad de interacción social y de desarrollo cognitivo. Es preferible tener una actitud receptiva y tolerante ante el posible rechazo de la comida por parte de la criatura, ya que un acompañamiento "respetuoso y sin confrontación" facilita que estos episodios sean transitorios.
Cuestión de expectativas
Muchos de los conflictos que se dan en la mesa tienen que ver con las expectativas que se tienen sobre las cantidades que debería comer la criatura. La preocupación por el niño que no come es frecuente entre las familias. Sin embargo, la problemática de la inapetencia es, a menudo, un problema de equilibrio entre lo que el niño come y lo que su familia espera que coma. Hay que tener presente que todas las criaturas comen cantidades distintas, aunque tengan la misma edad y, por tanto, no es bueno compararlos entre ellos.
Mejor no insistir ni forzar
Algunas tendencias habituales de insistir y forzar a comer, y restringir el acceso a determinados alimentos que están disponibles en el hogar no son recomendables. En el primer caso, porque pueden facilitar la sobrealimentación, así como generar posibles aversiones alimentarias. En el segundo caso, se puede generar un interés excesivo por los alimentos prohibidos.
Teta para cuidar el planeta
Hasta los seis meses se recomienda lactancia materna exclusiva: lo más saludable para las criaturas y para el planeta, generando cero residuos. Más allá de los seis meses, las recomendaciones de consumo de alimentos para reducir las emisiones (y asegurar que sus hijos tengan un planeta en el que vivir) incluyen comer menos carne y más vegetales frescos de temporada, de producción local y menos alimentos ultraprocesados.
El orden no es relevante
El orden de incorporación de los alimentos complementarios (después de los seis meses de lactancia materna exclusiva) no es relevante, y actualmente no existe ninguna justificación científica para retrasar la incorporación de determinados alimentos, tampoco los potencialmente alergénicos ni los que contienen gluten. La oferta de nuevos alimentos debería hacerse de forma progresiva, en pequeñas cantidades, observando su tolerancia.
Más legumbres y menos carne
Las legumbres, debido a que son un alimento muy saludable y con una composición nutricional excelente, no deben limitarse y se recomienda que sustituyan a menudo la carne, el pescado y el huevo.
Evitar los alimentos "especiales"
Las criaturas no necesitan alimentos "especiales" o "especialmente diseñados para ellos", ya que la alimentación saludable familiar, con pequeñas adaptaciones cuando convenga, permite cubrir los requerimientos nutricionales y evita la ingesta de sal, azúcares añadidos y grasas de poca calidad nutricional que suelen llevar estos productos, siendo más económica. El ejemplo es muy importante.
El 'coaching' es contraproducente
No es recomendable, según demuestran diversas investigaciones, utilizar frases que remarquen los beneficios para la salud de un determinado alimento para que lo consuma –por ejemplo, "te hará fuerte", "no te pondrás enferma" o "te ayudará a crecer"–, dado que se puede conseguir el efecto contrario: que las criaturas le asocien con un alimento menos agradable al gusto y coman menos.
El 'win win' del agua de grifo
El agua del grifo, proveniente de una red de distribución pública, es apta y saludable para el consumo y evita la utilización de envases desechables. Durante la infancia, el agua debe ser la bebida principal (los zumos, aunque sean caseros, y las demás bebidas azucaradas es mejor evitarlos).
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