De salvar vidas en la pandemia a ser abanderado de los ODS
De salvar vidas en la pandemia a ser abanderado de los ODS
Hoy en día el compromiso social de la industria farmacéutica se apoya en tres grandes pilares: la I+D de nuevos medicamentos, las buenas prácticas como la transparencia y la sostenibilidad medioambiental con los ODS
La lucha contra la pandemia mostró el firme compromiso de la industria farmacéutica con la sociedad. La investigación y desarrollo en tiempo récord de varias vacunas eficaces contra la Covid-19 fueron fundamentales no sólo desde el punto de vista sanitario -se estima que salvaron cerca de 20 millones de vidas solo en el primer año-, sino también económico y social, para poder recuperar la normalidad anterior a la irrupción del coronavirus.
Hoy en día, más allá de la pandemia, el compromiso social de la industria farmacéutica se apoya en tres grandes pilares: la I+D de nuevos medicamentos y el compromiso para que lleguen a los pacientes que los necesitan; las buenas prácticas, con la autorregulación y la transparencia como guías, y la sostenibilidad medioambiental y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En el terreno de la investigación, la apuesta de las compañías farmacéuticas es constante. Actualmente, hay cerca de 8.000 medicamentos en ensayos clínicos en todo el mundo, de los que casi el 70% son moléculas totalmente nuevas, es decir, que podrían mostrar caminos hasta ahora desconocidos para la ciencia y que son la mejor prueba del compromiso de este sector con la innovación y la salud de las personas.
Cooperación con profesionales
El compromiso social de este sector se refleja también en una decidida apuesta por las buenas prácticas y la transparencia en su relación con la sociedad. Consciente de que su tarea se desarrolla en un ámbito tan delicado y sensible socialmente como es del medicamento, el sector puso en marcha hace 20 años un Sistema de Autorregulación que se sustenta en el Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, el cual dispone de órganos de control que garantizan su cumplimiento.
La transparencia es uno de los principios fundamentales de este Sistema de Autorregulación. La apuesta pionera de la industria farmacéutica por la transparencia incluye desde hace dos décadas la publicación de las sanciones y mediaciones en aplicación del citado Código; desde hace una década, de las colaboraciones con organizaciones de pacientes, y desde hace siete años, de las colaboraciones con organizaciones y profesionales sanitarios. La Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria supervisa también los congresos y reuniones científico-profesionales, para decidir si las compañías farmacéuticas pueden apoyarlos económicamente. De esta manera, en 2021, el Sistema de Autorregulación analizó y verificó 1.419 reuniones y congresos científicos, de los que el 97% cumplían con el Código de Buenas Prácticas.
Las buenas prácticas y la transparencia se reflejan de igual manera en la relación que mantiene la industria farmacéutica con los pacientes, los profesionales del sector y la Administración. El sector se ha volcado en la colaboración con los pacientes, para conocer sus necesidades y tratar de responder a ellas, y con la formación continuada de los profesionales sanitarios; y a la vez está en continuo diálogo con la Administración en busca de soluciones para mejorar el cuidado de la salud y conciliar el acceso de los pacientes a la innovación y la sostenibilidad financiera del sistema sanitario.
Referencia en igualdad laboral
El otro gran ámbito actual de actuación de las compañías farmacéuticas en su impacto en la sociedad es el trabajo en favor del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU. En concreto, las compañías farmacéuticas están ejerciendo un papel protagonista en al menos seis de esos 17 retos globales. La promoción del crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos es el ODS en el que la contribución de la industria farmacéutica está siendo más relevante. Así, un 94% de los empleos de las compañías farmacéuticas en España son indefinidos, frente al 73% de la media nacional, y el 62% son titulados universitarios, frente al 42% del resto. Mientras, la apuesta por la igualdad es el otro gran valor inherente al empleo en este sector: más del 53% de las personas que trabajan en la industria farmacéutica innovadora son mujeres (la media de la industria nacional está en un 26%), un porcentaje que se eleva al 67% en los departamentos de I+D. En concreto, la plantilla de mujeres ha crecido en los últimos 4 años a un ritmo medio anual del 2,8%.
La apuesta por la igualdad y el impulso al talento femenino se constata en los puestos de dirección, donde el sector farmacéutico presenta tasas muy superiores a la media empresarial. Así, los comités de dirección de las compañías farmacéuticas cuentan con un 44,8% de mujeres, cuando la media de las grandes empresas del IBEX-35 se sitúa en el 17,6%. Además, el 20,3% de los primeros ejecutivos son mujeres, frente a la media del 3,6% que marcan las empresas del IBEX-35.
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