MEDIO AMBIENTE

Sylvia Earle, la 'dama de los océanos': "No puedo comer pescado después de lo que sé"

La bióloga marina norteamericana, la primera científica jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, recibe hoy el honoris causa por la UPC en el Teatre Principal de Vilanova i la Geltrú

Sylvia Earle Sociedad

Sylvia Earle Sociedad / Àngel García

Núria Navarro

Núria Navarro

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ha pasado más de 7.000 horas bajo el océano (le dispensan el trato de 'Her Deepness', 'Su Profundidad'). La revista 'Time' la nombró primera 'Heroína del Planeta'. La escuchan primeros ministros y astros de Hollywood. Y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) suma hoy un 'honoris causa' a su galería de 32 títulos honoríficos. Pero la menuda y templada Sylvia Earle, exploradora residente de National Geographic, no se entretiene en los laureles. A los 87 años viaja para denunciar la sobreexplotación y la contaminación de los océanos y recordar que son el gigantesco sumidero de dióxido de carbono.

"Sin azul, no hay verde" se ha cansado de repetir. ¿Lo hemos entendido?

Por primera vez en la historia de la Humanidad sabemos que sin los océanos –donde se encuentra el 97% del agua del planeta– no hay vida. Estamos en la gran era de la iluminación: sabemos quiénes somos, de dónde venimos y, lo que es más importante, adónde podemos ir. Nos 'distraemos' con la pobreza, el hambre y las guerras, por razones obvias, pero la que está en serios problemas es la Tierra.

En agosto fracasaron las negociaciones del Tratado Global de los Océanos de Naciones Unidas. La economía se pone de perfil.

'Economía' y 'medio ambiente' se leen como términos opuestos porque se piensa que la naturaleza es algo gratis, que los árboles y los peces son gratis. Y no lo son. Es un sistema de soporte vital. Cuando un astronauta va al espacio, o yo misma bajo al fondo marino, lo primero que tenemos en cuenta es nuestro soporte vital, porque de él depende nuestra vida. No hay economía robusta, ni salud ni prosperidad si no salvaguardamos la naturaleza y curamos el daño perpetrado. No podemos continuar saboteando nuestro soporte vital y esperar tener un futuro duradero.

Earle

La bióloga marina, en uno de los sumergibles con los que ha batido récords de inmersión. / Archivo

150 millones de toneladas de plástico emponzoñan el fondo y se condena a las pajitas, pero el 46% de los desechos son redes de arrastre.

Con las líneas de pesca de arrastre, el uso del sónar y los satélites, hasta los propios pescadores dicen que los peces ya no tienen dónde esconderse. Empezamos a capturar focas y pingüinos, más tarde ballenas, y ahora krill y peces de aguas profundas que antes no sabíamos que existía. Nuestra tecnología supera con creces la capacidad de las criaturas salvajes para hacer frente a nuestro nivel de depredación.

"La cantidad de animales salvajes que podemos sacar de la población natural es cercana a cero"

En sector habla de 'rendimiento máximo sostenible', de la captura que se puede obtener sin agotar el recurso. 

La cantidad de animales salvajes que podemos sacar de la población natural es cercana a cero. No hay desperdicio en la naturaleza. No hay exceso. Pero el 97% del océano está abierto a la pesca. Y todo está abierto a la contaminación. Si yo fuera la gran jefa del mundo, exigiría proteger más y matar menos. Tenemos que comer algo, sí; pero no animales salvajes.

"El 85% de la pesca en alta mar está en manos de cinco países, entre ellos España"

¿Por dónde propone empezar?

Por alta mar. Las naciones reclaman 200 millas mar adentro para su abastecimiento. Eso supone la mitad del mundo. Pero el 85% de la pesca en alta mar está en manos de cinco países, uno de ellos España. Están proponiendo captura en las profundidades con la minería. Si tan solo pudiéramos proteger el alta mar, de arriba a abajo, avanzaríamos mucho hacia la seguridad de la biogeoquímica del planeta.

¿Qué sería de la seguridad alimentaria?

Esas enormes redes de deriva y arrastre que extraen millones de toneladas de vida silvestre dan como excusa la seguridad alimentaria, pero buena parte se convierte en harina de pescado. Es como triturar pájaros cantores para alimentar a tus gallinas o hacer fertilizante para tus lechugas. Se trata de una elección de alimentos. ¡Pensemos en la fruta!

"Buena parte de la captura se convierte en harina de pescado. Es como triturar pájaros cantores para alimentar a tus gallinas"

El mercado mundial de alimentos movió 2.323 millones en 2021.

Los científicos del clima nos dan una década. Si continuamos envenenando y matando, a medida que perdamos especies –de aquí a finales de siglo podemos perder un millón–, no habrá vuelta atrás.

La científica, fundadora de la oenegé de protección de los océanos Mission Blue, junto al actor Leonardo DiCaprio.

La científica, fundadora de la oenegé de protección de los océanos Mission Blue, junto al actor Leonardo DiCaprio. / Archivo

¿Le avergüenza su especie?

Me avergüenzo de algunas cosas que hice por ignorancia. Y miro a mi yo anterior como un ejemplo de toda la civilización. Yo solía comer pescados. Pero ahora que sé lo que sé no puedo. Sé por qué importan más vivos que en mi plato. Somos omnívoros, pero también somos creativos: podemos hacer que el brócoli sea tan apetecible como el atún rojo. 

"Todo niño siente curiosidad y asombro por la naturaleza, pero se les enseña a conquistar y matar" 

¿Recuerda el momento en que tomó conciencia?

Ya de niña, cuando nos mudamos a Florida. Mis padres –mi madre en particular– tenían empatía por cualquier forma de vida. No me inspiraban miedo a los animales, ni me animaban a conquistar o matar. Me animaban a que una oruga gateara por mi mano. Todo niño siente curiosidad y asombro, pero pronto se les enseña a conquistar y matar. Habría que empezar por la educación. Una de mis colegas científicas, Lynn Margulis, revolucionó el pensamiento cuando afirmó que la vida ha avanzado a lo largo del tiempo más por cooperación que por competencia. Nadie puede hacer todo en un sistema, pero hay un lugar para todos. Es como una sinfonía.

Usted lleva la batuta de las aguas. ¿Sigue sumergiéndose, 'Her Deepness'?

Respiro, luego me sumerjo.

Suscríbete para seguir leyendo