Entrevista

Manuel Barbero, el primer padre denunciante: "No ha habido justicia con el caso Maristas"

Destapó los abusos sexuales cometidos en los colegios de esta orden

Atiende a EL PERIÓDICO coincidiendo con el fallo del Tribunal Supremo que allana el camino de la cárcel para Joaquim Benítez, el profesor que violó a su hijo

Manuel Barbero

Manuel Barbero / ZOWY VOETEN

Guillem Sánchez

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Manuel Barbero es el padre del primer alumno que denunció por abusos sexuales a Joaquim Benítez. Fue el primer hilo que permitió tirar de la madeja de abusos sexuales que escondían los colegios religiosos de los Maristas. Su familia lleva seis años y medio esperando que el exprofesor de educación física entre en la cárcel. Su libertad ha exasperado a las víctimas –Benítez fue denunciado por más de veinte de sus antiguos pupilos–, que no comprendieron que no ingresara en prisión preventiva después de que confesara sus delitos y que han asistido atónitos al hecho de que tampoco pisara una celda después de ser condenado a 21 años y 9 meses de cárcel por la Audiencia de Barcelona en abril de 2019. El fallo del Tribunal Supremo allana el camino de la cárcel.

-El Tribunal Supremo ha dicho que Joaquim Benítez debe ingresar en prisión… ¿se cierra algo para su familia? Que Benítez entre en prisión significa que la persona que violó a mi hijo finalmente va a comenzar a cumplir su castigo. Solo eso. No se cierra nada más. Benítez fue denunciado por más de veinte alumnos pero solo cuatro de ellos pudieron llevarlo a juicio. Y Benítez es el único de todos los profesores que abusaron sexualmente de alumnos en los Maristas que ha sido juzgado. Esto no es justicia. Benítez entrará finalmente en la cárcel pero hay muchos dramas familiares que seguirán. 

-Hace seis años y medio que Benítez fue denunciado por exalumnos y que confesó a EL PERIÓDICO que las denuncias eran correctas pero no entró en la cárcel preventivamente… Ni ha entrado en la cárcel un solo día ni tampoco se le llegó a detener siquiera se le detuvo un solo día, ni se registró su casa para comprobar si tenía pornografía infantil. 

-Hace tres años y medio fue condenado a 21 años y 9 meses de cárcel por la Audiencia de Barcelona pero tampoco entró en prisión… Ha sido un sinvivir. Para mí, para mi mujer, para mi hijo, que no ha dejado de preguntar cómo puede una persona ya condenada por abusos seguir en libertad. Ni mi hijo ni el resto de víctimas comprenden cómo funciona la justicia en este caso. Gracias a EL PERIÓDICO supimos por el propio Benítez que eran ciertas las denuncias. Pero no cambió nada. Creo que la sociedad tampoco lo entiende. 

-¿Cómo está su hijo? Le destrozaron la vida. Pero está mejor que antes. Comienza a hablar de buscarse un trabajo. Emociona ver que te habla con ganas de seguir viviendo. Como padres nos debemos a nuestros hijos. 

-¿Cómo ha pasado estos seis años y medio? Ha estado estudiando. Ha hechos dos cursos. Uno de tripulante de cabina y otro de inglés. Y ahora toca volver a intentar trabajar. Pero tiene que salir de él. 

-¿Qué ha sido lo más duro de este tiempo? Que los pensamientos malos pasan por la cabeza. Que él esté en libertad te hace pensar cada día en ir a buscarlo. El precio que va a pagar por lo que hizo no es justicia. En el Caso Maristas no ha habido justicia. Los Maristas no han recibido ninguna reprimenda pública, ni tampoco ningún tirón de orejas. Como sociedad hemos sido débiles ante tanta barbaridad. 

-Sí se han logrado algunas cosas… Sí. Quizá mi nivel de satisfacción no esté acorde con los logros. Quizá mi ambición sea mayor. Quizá haría falta que los gobiernos tuvieran también más ambición. Me decepciona y mucho como ciudadano. 

-Con su insistencia logró que los Maristas repararan a 25 víctimas… Muchas víctimas se pusieron del lado de mi hijo y denunciaron a pesar de que sus delitos habían prescrito. Tenía que devolverles ese favor. Fue mi lucha, hasta que se montó una comisión. Se indemnizaron a 25 de las víctimas. Hay muchas más. Espero que seamos conscientes de lo más que lo hemos hecho como sociedad. Y de lo mal que lo estamos ahciendo. Tenemos que cambiar mucho para luchar contra el abuso infantil. 

-¿Las comisiones de investigación de los abusos en entornos religiosos ayudarán a cambiar? No me dan ninguna confianza. La comisión de la iglesia solo quiere prepararse para el futuro, la del Defensor del Pueblo quiere hacer suya una lucha sin las personas que sabemos de esto y sin tener ni idea de qué va. Y la del Parlament es la segunda que acuerdan. Se han hecho la foto y nada más. Comisiones de pandereta. 

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