Entrevista con el autor de 'Cuando la vida duele'

Jaume Funes: "Según los manuales de psiquiatría, todos los adolescentes están para encerrarlos"

El psicólogo y educador alerta contra el auge de las etiquetas diagnósticas para clasificar simples conductas humanas

"Ocuparse adecuadamente de la infancia es la primera condición para reducir malestares y trastornos", asegura el divulgador

El psicólogo Jaume Funes

El psicólogo Jaume Funes / CARLOS GURPEGUI

Olga Pereda

Olga Pereda

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Desayunar café con Lorazepan -un absurdo farmacológico- está a la orden del día. Nunca como hasta ahora se ha hablado tanto de inestabilidad emocional y problemas psicológicos o psiquiátricos. Lejos de las posturas más alarmistas, el psicólogo Jaume Funes prefiere no hablar de lo que muchos colegas han bautizado directamente como "pandemia de salud mental". Educador y también periodista, Funes (Calatayud, 1947) hace un llamamiento a la reflexión y pide no abusar de las etiquetas clínicas que nos catalogan en un trastorno u otro. "Según los manuales de psiquiatría, todos los adolescentes están para encerrarlos en manicomios", ironiza. Y no. Ni todos los adolescentes están desequilibrados. Ni tampoco el resto de la humanidad.

El manual estadístico y descriptivo más utilizado internacionalmente para ordenar diagnósticos es el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, de la asociación estadounidense de psiquiatría). Publicada en 1953, la primera edición contenía más de cien grupos de trastornos. La última -de 2013- casi triplica el número de categorías. "Al final, toda conducta humana estará dentro del DSM", se lamenta Funes, haciendo hincapié en que no todos los problemas y sufrimientos humanos tienen que ser considerados una enfermedad o un trastorno.

El psicólogo y divulgador acaba de publicar 'Cuando la vida nos duele' (Grijalbo), un manual que intenta explicar qué es la salud mental y por qué se nos rompe. "No hay una explicación clara y única sobre por qué se altera la salud mental", explica. "Enfermamos mentalmente -añade- cuando no nos sentimos a gusto con nosotros mismos y con los demás. Hablar de malestar es hablar de dificultad para encajar, de no sentirse a gusto en la propia piel. Malestar es sentir que no tenemos valor. Hablamos de trastorno cuando no podemos controlar nuestro comportamiento".

La causa y el tratamiento

Ante esta difusa burbuja, el autor subraya que nos sentimos más tranquilos si nos explican una causa de lo que nos ocurre y nos ponen un tratamiento. "La enfermedad definida nos facilita una identidad: somos lo que la etiqueta dice", destaca. Las etiquetas a veces tienen su valor y son imprescindibles, pero no siempre. "Cuando mis colegas diagnostican que un adolescente sufre un trastorno límite de la personalidad o negativista desafiante, siempre sospecho que se trata de un adolescente especialmente hostil con el mundo adulto que le rodea", admite el divulgador, que insiste en la capacidad de la industria farmacéutica para generar enfermedades. "Venden problemas para vender soluciones", concluye

“Cuando mis colegas diagnostican que un adolescente sufre un trastorno límite de la personalidad, siempre sospecho que se trata de un adolescente especialmente hostil con el mundo adulto que le rodea”

— Jaume Funes, psicólogo y educador

A pesar de lo complejo que es el cerebro y el comportamiento humano, la mayoría de personas con desequilibrio emocional quieren saber la causa de su problema, el nombre que tiene y el remedio. Sin embargo, en opinión de Funes, todo intento positivo de atender la salud mental empieza por escuchar y descubrir a la persona, no su enfermedad, y por analizar sus entornos vitales y su contexto.

La felicidad -mejor dicho, las felicidades- es un proceso de aprendizaje. Funes destaca que solo nos paramos a pensar en los malos momentos, no en los buenos. Además, insiste en que gran parte del malestar actual deriva de las tensiones que genera no llegar a ser la persona feliz que el mercado prescribe.

Ocuparse de la infancia es la primera condición para reducir malestares y trastornos

Ante la pregunta de cómo reducir malestares y trastornos, el autor de 'Quiéreme… pero necesito que me cuentes más' asegura que la primera condición es ocuparse más de la infancia. Según su experiencia, buena parte de las dificultades de los jóvenes y los adultos proviene de haber tenido una infancia sin infancia. Fomentar la educación de 0 a 3 años, crear espacios de convivencia y dotar de apoyo a padres y madres resulta fundamental.

"El ingreso mínimo vital debería incluir una serie de prestaciones. Por ejemplo, el derecho a tener horas para dar abrazos, que todos los padres y madres tengan tiempo para leer un cuento por la noche a su hijo", concluye. Los niños y las niñas tienen que tener infancia. La sociedad pone el grito en el cielo (y con razón) por el maltrato infantil, pero el psicólogo recuerda que a menudo tiene un impacto mucho más grave sobre la futura salud mental vivir día tras día sin abrazo alguno.

Suscríbete para seguir leyendo