MACHISMO EN LA COMPLUTENSE

"Me parece alucinante que normalizáramos que todos los días nos llamaran putas"

Una ex alumna del Colegio mayor femenino Santa Mónica denuncia que recibir insultos por parte de los residentes del colegio Elías Ahuja era algo "habitual"

La 'performance' que se vivió la madrugada del lunes se repite entre tres y cuatro veces cada curso

El universitario que gritó "putas, ninfómanas, vais a follar todas en la capea" ha sido expulsado de la residencia y "lamenta mucho" lo ocurrido

La Fiscalía ha abierto diligencias para dilucidar si se pudo incurrir en un delito de odio

Estudiantes del colegio mayor Santa Mónica en una de las habitaciones del centro.

Estudiantes del colegio mayor Santa Mónica en una de las habitaciones del centro. / EUROPA PRESS

“Me parece alucinante que normalizáramos que todos los días nos llamaran putas. Nos lo tomábamos como algo normal, porque eran niños de 18 y 19 años de fiesta. Yo es verdad que no viví ningún tipo de acoso o machismo en singular en aquellos años, pero era algo habitual. Se daba por hecho que el que te estaba llamando puta podía ser tu amigo. Mis amigos desde luego no eran [...] Yo no les prestaba atención, pero ahora me parece increíble que lo normalizáramos. Por desgracia no tenía la consciencia que tengo ahora y la sociedad no es ya la misma”. 

El relato brutal procede de Ángela Ruiz, una periodista sevillana que hace diez años pasó dos cursos viviendo en el colegio Mayor Santa Mónica, dirigido por la Congregación de las Agustinas y donde residen solo estudiantes mujeres. A ellas precisamente iban dirigidos los gritos machistas de “putas” y “ninfómanas” que les profirieron desde la residencia masculina de enfrente, el Colegio Mayor Elías Ahuja, en un vídeo que se hizo viral esta semana y que llevó al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a emitir su repulsa en las redes sociales: “Es un comportamiento machista, injustificado y absolutamente repugnante”. 

Según explican residentes y ex residentes, es habitual desde hace años, sin embargo, que se llame “putas” a las estudiantes de este colegio mayor -”es el mote que se daba a las que hemos vivido ahí”, dice una ex residente-, y que a lo largo del curso se repita ese “ritual orquestado” a modo de performance en el que los universitarios de ambos colegios, adscritos a la Universidad Complutense de Madrid, se intercambian cánticos.  

"Putas, salid de vuestras madrigueras, sois todas unas ninfómanas. Os prometo que vais a follar todas en la capea", decía el universitario ya veterano que profirió desde la ventana de su habitación el grito, al que siguió decenas de universitarios abriendo las persianas de sus cuartos, y también las ventanas, gritando y emitiendo ruidos. 

El joven, no alumno de primer curso, sino ya veterano, según fuentes del Colegio mayor, fue expulsado el martes por la dirección de esta residencia estudiantil de la Orden de los Agustinos, por la que pasaron en su día, cuando eran universitarios, el ex líder del PP Pablo Casado y el diputado de Vox por Asturias José María Figaredo.

“Está muy arrepentido, esta llorando desde el martes”, precisa el subdirector del colegio mayor Álvaro Nieto, que califica los hechos de “inadmisibles e intolerables”. Según explican en el Elías Ahuja, el vigilante de seguridad y el director, Antonio García Artiga, presenciaron la madrugada del lunes la performance machista y, según la versión que ofrecen, trataron de “pararla”, pero ya era tarde.  

Lo cierto es que este “ritual orquestado” se repite al menos entre tres y cuatro veces a lo largo del curso desde hace varios años. Pero los insultos machistas se producen a diario, según ex alumnas. “A veces eran insultos personalizados”, prosigue en conversación con este diario Ángela Ruiz, que compartió lo que ella y sus demás compañeras sufrían en las redes sociales. 

“Me incomodaba no poder salir de la ducha a la habitación sin saber si habías bajado la persiana, por si te podían gritar algo”, recuerda la ex residente del Santa Mónica, algunas de cuyas alumnas defendían ayer, sin embargo, los insultos recibidos. 

“Se han sacado de contexto”, “Es un pique que siempre ha habido”, ”No se debe crucificar a nadie” o "Hay un perdón por parte de ellos y no hace falta llevarlo más allá", han sido algunas de las frases exculpatorias que han pronunciado las alumnas.

La dirección del Colegio femenino sí hizo público su "profundo malestar" por los hechos y lamentaron que estudiantes universitarios "no respeten los derechos inherentes a la igualdad y la dignidad de todo ser humano".

Entretanto, el subdirector del colegio mayor masculino, perteneciente a la Orden de San Agustín, afirmó que lo ocurrido no tiene nada que ver con las novatadas, y que los alumnos implicados deberán dar cursos voluntarios de concienciación en igualdad y contra el machismo.

Lo ocurrido en la madrugada del pasado lunes ha derivado en que se suspenda la capea que estaba organizada dentro de dos semanas en las que se iban a juntar los residentes de ambos colegios mayores. “La relación con el Colegio Santa Mónica es muy buena, fueron hace poco todos juntos a El Escorial y tiene un grupo de teatro conjunto...", dijo Nieto, que negó que las alumnas de Santa Mónica vivieran amedrentadas por los residentes de su centro. "No tienen ningún tipo de miedo".

Entretanto, desde la propia Universidad se ha anunciado una investigación que podría conllevar la expulsión de los alumnos implicados de forma temporal o hasta tres años. "Enmarcamos lo ocurrido en las relaciones entre colegios mayores pero con esto se han superado todos los límites", aseguró la vicerrectora de estudiantes, Rosa María de la Fuente, que se desplazó hasta el colegio mayor para apoyar las primeras medidas tomadas por el centro. "Lo primero que tenemos que hacer es tipificar a través de una investigación los hechos y, en el marco de la Ley de Convivencia Universitaria, podríamos establecer sanciones", dijo.

Por su parte, la Fiscalía anunció ayer por la tarde que va a estudiar los gritos machistas por si fueran constitutivos de un delito de odio. Las indagaciones parte de una denuncia presentada por Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia y secretario general del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio, según han confirmado a este medio fuentes fiscales. Estas mismas apuntan además que el hecho de que el denunciante no sea uno de los afectados directamente por los posibles hechos constitutivos de delito hace que las diligencias tengan pocos visos de prosperar.