Gigantes tecnológicos
La UE aprueba definitivamente la ley que obligará a Google, Facebook o Apple a frenar la desinformación
El Consejo Europeo da luz verde a la Ley de Servicios Digitales (DSA), la pionera medida que regulará las grandes plataformas digitales, limitará el uso de datos de los ciudadanos y las obligará a ser más transparentes
Carles Planas Bou
Periodista
Periodista tecnológico entre el mundo digital y la política internacional. Centrado en capitalismo de plataformas, IA, vigilancia y derechos digitales. Excorresponsal en Berlín durante más de cuatro años, cubrió los gobiernos de Merkel, la crisis de los refugiados y el auge de la extrema derecha. También ha trabajado en Europa Central y en Canadá. Graduado en Periodismo por la URL y máster en Relaciones Internacionales por la UAB. Ha colaborado con TV3, TVE, Deutsche Welle, Catalunya Ràdio, El Orden Mundial o El Salto.
La Unión Europea (UE) ha dado hoy su último paso para alumbrar la esperada ley que regulará a las grandes plataformas digitales. Este martes, el Consejo de Europa ha aprobado definitivamente Ley de Servicios Digitales (DSA), una medida pionera que pondrá coto a la forma como operan gigantes de la talla de Google, Amazon, Meta (Facebook) y Apple.
Tras meses de negociaciones, el Parlamento Europeo aprobó esta nueva regulación el pasado julio después de que las partes llegase a un acuerdo en abril. Esta es la primer actualización del marco jurídico que regula el ecosistema digital desde el año 2000, cuando la mayoría de esas mastodónticas empresas tecnológicas ni existían.
El visto bueno del Consejo Europeo –integrado por los mayores líderes políticos de los miembros de la UE– era el último obstáculo para que la ley sea formalmente adoptada. El reglamento se publicará en el Diario Oficial de la UE el próximo 13 de octubre, sin embargo su contenido no se empezará a aplicar hasta 15 meses después, en 2024, decisión con la que se da margen a esas compañías para adaptarse a la ley.
La nueva ley se dirige a todas las compañías digitales, aunque presenta requisitos mucho más estrictos para las plataformas que tengan más de 45 millones de usuarios en la UE, como es el caso de los gigantes de Silicon Valley mencionados anteriormente, acusados de abusar de su control casi monopolístico del mercado digital.
Eliminar lo ilegal
La esperada DSA aspira a transformar el comportamiento de los gigantes tecnológicos que operan en suelo europeo. Es por ello, que propone distintas medidas clave. Por un lado, obligará a esas plataformas a eliminar los contenidos ilegales, desde el terrorismo al abuso de menores. De no cumplir con ello, la UE se reserva una amenaza económica: multas que podrían alcanzar hasta el 6% de la facturación anual de esas empresas, cifras hasta ahora nunca vistas. Qué es y qué no es ilegal dependerá de cada Estado miembro, lo que con toda probabilidad abrirá la puerta a problemas en países como Hungría o Polonia.
Por otro lado, esas empresas también estarán obligadas a introducir nuevas estrategias para tratar de frenar las campañas de desinformación que circulan en ellas. Este punto se ha acentuado tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, pero la UE lleva tiempo preocupada por como los bulos pueden ser parte de injerencias extranjeras para desestabilizar a los Veintisiete. Sin embargo, la desinformación no es algo ilegal, lo que también despierta ciertas dudas sobre el poder que se estará dando a los gobiernos.
Algoritmos transparentes
La DSA también obligará a las plataformas digitales a ser más transparentes respecto a cómo funcionan sus algoritmos para así poder determinar qué impacto tienen sobre los usuarios. Además, esas compañías tendrán que realizar análisis periódicos sobre su sistema interno, informar de ello a las autoridades y tomar medidas para reducir su riesgo. De esta manera, se busca que Google, Amazon, Apple, Meta, Microsoft y otras rindan cuentas sobre como su modelo de negocio afecta a la sociedad.
La pionera normativa europea también limitará la publicidad basada en el rastreo de la actividad digital de los usuarios, pilar del negocio de Google, Facebook e Instagram, especialmente. Así, se prohíbe dirigir anuncios a menores o usar datos sensibles como raza, sexo o religión. Otra de sus medidas clave es la prohibición de los llamados 'dark patterns' o patrones oscuros, las estrategias que esas plataformas toman para diseñar sus interfaces de forma engañosa para conseguir que los usuarios tomen las decisiones que la compañía quiere, ya sea desde aceptar el uso de sus datos como llevarle a comprar un determinado producto.
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