Siniestro por el incendio en Bejís

Los once héroes del accidente de tren de Castellón

Satse insta a la Generalitat a otorgarles un reconocimiento para agradecer la total colaboración y ayuda de los sanitarios fuera de servicio

Imagen del tren accidentado en Caudiel el pasado mes de agosto.

Imagen del tren accidentado en Caudiel el pasado mes de agosto. / ANDREU ESTEBAN

Sara Ríos

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Fueron héroes aquella tarde por su labor. El sindicato de Enfermería Satse en Castellón solicitará a la Generalitat y a la Conselleria de Sanitat un reconocimiento público para los 11 enfermeros y profesionales sanitarios que, de manera altruista, acudieron voluntariamente a socorrer a los heridos del accidente del tren de la línea Valencia-Zaragoza que se produjo a la altura de Caudiel el pasado 16 de agosto en pleno incendio de Bejís que arrasó cerca de 20.000 hectáreas en el Alto Palancia.

"Estos voluntarios, la mayoría de ellos veraneantes en Caudiel, no se lo pensaron dos veces y acudieron a apoyar a los dispositivos sanitarios. Gracias a su ayuda se logró realizar la asistencia y evacuación de los 11 heridos en un intervalo de tiempo muy corto", han señalado desde el sindicato.

"Estos voluntarios no solo pusieron sus manos y sus conocimientos de forma totalmente altruista sino que aportaron su propio material sanitario en esta colaboración", han indicado. La respuesta del Servicio de Emergencias Sanitarias fue "inmediata, contundente y eficaz» y desde este servicio ya se ha reconocido la colaboración de los voluntarios. Por todo ello, el sindicato solicita a la Generalitat y a cuantas instituciones quieran sumarse, que sea reconocida su generosidad y profesionalidad en aquellos graves momentos en los que su valiosa ayuda contribuyó a que este accidente se saldara sin ningún muerto". 

Testimonio de un voluntario

Uno de ellos es Herminio Suesta, un enfermo de la UCI pediátrica del Hospital General que estaba ese día de libranza y había subido a su pueblo. "Vivimos cerca de la estación y escuché el tren pitar durante bastantes segundos y después las sirenas, pensaba que era por el incendio, hasta que empecé a escuchar muchas más y me acerqué a la estación", recuerda Suesta, quien insiste en que su labor no fue ningún hecho "extraordinario porque cualquier compañero hubiera hecho lo mismo, tenemos un componente muy vocacional".

"De inmediato, me puse a disposición del SAMU de Segorbe y nos coordinaron magistralmente a todos los sanitarios que fuimos acudiendo". "Fue todo un poco caótico, no había tiempo de pensar, solo de actuar y lo hicimos como un equipo", señala, al tiempo que recuerda que tiene todavía clavada la imagen de los cuerpos tapados con mantas térmicas, sin saber en esos momentos si eran heridos o fallecidos.

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