Radiografía de las cárceles catalanas

Chequeo a la prisión preventiva en Catalunya: inocentes en la cárcel

Interior de la cárcel de Brians, en Sant Esteve de Sesrovires.

Interior de la cárcel de Brians, en Sant Esteve de Sesrovires. / JOSEP GARCIA

J. G. Albalat
Michele Catanzaro
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Dos terceras partes (67%) de los presos preventivos que esperan juicio en las cárceles catalanas son extranjeros. Son más de los que lo hacen en el conjunto de España (44%). El riesgo de fuga por la falta de arraigo y la tipología delictiva de los arrestados son los dos aspectos más utilizados en Catalunya por los jueces para decretar esta medida. En algunos casos, esa prisión preventiva ha supuesto que personas inocentes hayan pasado hasta un año en la cárcel.

Charles, seis meses entre rejas y después absuelto

Charles, un ciudadano de Estados Unidos de 33 años, llevaba varios viviendo en la calle en Barcelona, cuando le detuvieron, en octubre de 2019. En pleno apogeo de las protestas por la sentencia del 'procés', Charles estaba hurgando en un contenedor, metido en ello de cuerpo entero, según relata su abogado David Aranda. Entonces, la policía lo sacó de allí y se lo llevó al calabozo, con la acusación de que estaba prendiendo fuego al contenedor.

El juzgado de guardia lo puso en prisión preventiva, argumentando falta de arraigo, por no tener familia, ni trabajo, ni permiso de residencia. Allí se quedó durante seis meses, hasta que su abogado consiguió sacarlo después de que se anulara parte de la instrucción.

Charles volvió a la calle de Barcelona y allí se quedó hasta el juicio, que se celebró un año después de los hechos. Finalmente, en noviembre de 2021, fue absuelto. "La prisión preventiva debería estar reservada para casos graves: no debería ser una anticipación de la pena, ni una pena indebida para alguien que acaba siendo absuelto", argumenta Aranda.

Un año en la cárcel y un veredicto de inocencia

Mohammed (nombre ficticio), un paquistaní de familia humilde residente en Barcelona, tenía unos 20 años cuando un amigo le pidió que le acompañara a Madrid para ayudarlo en un trámite de nacionalidad. Pero al llegar a Barajas las cosas se torcieron. El amigo le dijo que tenían que esperar a otra amiga que llegaría dos horas después, tras haber despegado de Pakistán y hecho escala en Catar. De pronto, en la confusión del aeropuerto, Mohammed perdió de vista al amigo. Cuando se hablaron por teléfono, este le dijo que fuera a la zona de taxis, donde se encontrarían los tres.

Pero cuando Mohammed llegó a los taxis se encontró a la policía, que lo detuvo. La amiga traía tres kilos y medio de heroína en su maleta y el amigo se volatilizó y huyó a Turquía. Mohammed estuvo en prisión preventiva en Madrid durante un año. No pidió el traslado a Catalunya por vergüenza. Finalmente le juzgaron en enero de 2019. "Ese mismo día solicitamos y logramos que saliera", recuerda Xavier Muñoz Serrano, su abogado. Pocos días después, Mohammed fue absuelto, mientras la chica fue condenada y expulsada. 

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