Educación en Catalunya

El retroceso en matemáticas e inglés también va por barrios

Las últimas pruebas de competencias básicas de 4º de ESO muestran un retroceso generalizado en los resultados de los alumnos catalanes, que se agudiza en los alumnos de familias vulnerables

La Fundació Bofill alerta de que la pérdida de aprendizaje se arrastra durante toda la escolaridad y es un factor de fracaso escolar y abandono y pide medidas urgentes para revertir esa caída

Barcelona 15/06/2020 Coronavirus Covid-19 alumnos de sexto de primaria del Institut Escola Antaviana en el barri de Roquetes van a clase siguiendo los protocolos de seguridad FOTO de FERRAN NADEU

Barcelona 15/06/2020 Coronavirus Covid-19 alumnos de sexto de primaria del Institut Escola Antaviana en el barri de Roquetes van a clase siguiendo los protocolos de seguridad FOTO de FERRAN NADEU / FERRAN NADEU

Helena López

Helena López

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Si el objetivo de las pruebas de competencias básicas de 4º de ESO es hacer una radiografía de la situación, esta es la siguiente: tras la tremenda sacudida que supuso la pandemia han bajado las notas en inglés y matemáticas en general, pero este retroceso es desigual. Es mayor entre los alumnos vulnerables, alumnos que, además, se concentran en algunos centros a causa de la persistente segregación escolar. Ante esta poco optimista fotografía, desde la Fundació Bofill alertan de que la falta de aprendizaje se arrastra durante toda la escolaridad y es un factor de fracaso escolar y abandono, por lo que piden al Govern medidas urgentes, para este mismo curso.

Aunque hay muchos factores que han podido contribuir en la bajada generalizada de las notas en matemáticas e inglés -motivos puramente pedagógicos que los expertos están estudiando- hay unanimidad en que el impacto de la pandemia -del cierre de centros primero, y del impacto en la salud mental de los chavales, después- es un factor clave. En esa línea, la directora de la Affapac, Lidón Gasull, recuerda que la federación de familias fue siempre una firme defensora de abrir las escuelas. "Pedimos desde el primer día tratar la educación como un servicio esencial, con todas las medidas de seguridad, pero manteniendo los colegios abiertos, porque sabíamos que cerrarlos tendría las repercusiones que ha tenido", apunta.

Hay consenso también en que la escuela sirve de contrapeso para intentar reducir esas desigualdades. "La educación no sustituye las carencias que tienen los niños debido a su origen socioeconómico, pero sí hace de contrapeso, no solo en los aprendizajes", señala Gasull, quien apunta también el impacto de la pandemia en la educación inclusiva.

Pasos atrás

"¿Qué ha pasado con los niños con necesidades específicas? Desde que volvieron a abrir las escuelas, todos los esfuerzos se pusieron en las medidas higiénicas, los cambios curriculares… Mil cambios que el sistema ha tenido que afrontar y que ha perjudicado a la educación inclusiva. Aquí tenemos un gran problema. Este alumnado se ha resentido mucho. Aquí claramente podemos ver que ni hemos recuperado lo que teníamos antes de la pandemia, que ya era insuficiente", añade.

Desde la Rosa Sensat coinciden con la Affapac en que la bajada de los resultados en las pruebas de competencias básicas demuestran la importancia de la presencialidad. "Quizá lo que nos están diciendo estos resultados es que lo telemático no funciona tanto”, apunta Mar Hurtado, portavoz de la asociación de maestros.

Retroceso preocupante

Más allá de la evidente desigualdad y de la urgencia de revertirla, ¿es preocupante la bajada generalizada en los resultados? Miquel Àngel Alegre, jefe de proyectos de la Fundació Bofill, responde con rotundidad: "Sí, es preocupante". "Por un lado, a nivel global, vemos que mates y inglés está bajando desde hace unos años y está bajando de forma significativa, y alerta con eso. Sobre todo, porque los perjudicados son una bolsa de alumnos que ya partían de una situación más vulnerable y a los que se les añade esto. Es imprescindible una apuesta fuerte en temas de equidad. Primero, saber mejor cuál es la magnitud de la problemática y, por tanto, tener buenos diagnósticos, sistémicos y de centro", señala el investigador. "No hace falta inventar nada. Se trata de ofrecer más apoyo educativo, orientación, dar más profesores, más becas… no hace falta inventar políticas muy sofisticadas. Además, son políticas que después tienen que servir para todos, y es urgente hacerlo. Hay que aplicarlas ya", argumenta el jefe de proyectos de la Fundació Bofill.

Sobre el papel del Departament d'Educació en todo esto, Alegre apunta que "a nivel de discurso van bastante en esta dirección", pero que echan en falta “el paso de lo que es el discurso y el recurso extraordinario - de más profes…- a la estabilización como política de equidad real". "Que deje de ser solo discurso y solo reacción inmediata y extraordinaria a que haya una política estable de compromiso con estas dificultades", prosigue el investigador, quien recuerda que está comprobado es que "los recursos que entran después salen si dependen de la disponibilidad presupuestaria del momento o de pactos políticos concretos". Si estos recursos no se estabilizan a los centros no les da el margen de planificarse bien. "La mayoría de centros saben lo que tienen aquel curso, pero no pueden hacer planes a largo plazo porque no saben si el próximo curso les quitarán el profe de acogida o el educador social, y difícilmente se puede hacer una planificación si eso no se sabe", ejemplifica Alegre, quien insiste en que estabilizar una política de equidad de verdad con recursos garantizados adecuados a la realidad de cada centros.

Propuestas y medidas

Desde la Fundació Bofill proponen algunas medidas concretas recogidas en un "plan de recuperación educativa poscovid", que encabezan con la creación de un protocolo para identificar alumnado socialmente desfavorecidos con necesidades educativas que permita mejorar el diagnóstico y seguimiento de estos alumnos. Defienden también un modelo de becas que incluya una ayuda económica de hasta 3.000 euros por curso para alumnos vulnerables de tercero y cuarto de ESO, y de hasta 10.000 por alumno de primero y segundo de bachillerato y ciclos formativos. 

El 'conseller' Cambray reconoció este lunes en comisión parlamentaria su preocupación por el asunto y anunció medidas. "Hemos incrementado los Planes de mejora de oportunidades educativas (PMOE), pasando de 500 a 750, y, dentro de estos planes, por primera vez, hemos incrementado el acompañamiento en matemáticas e inglés tanto dentro como fuera del horario", explicó.

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