El seguimiento de la infección

Barcelona solo detecta un 5% de los contactos de positivos en viruela del mono

Los epidemiólogos denuncian que los servicios de salud pública siguen sin reforzarse pese a la experiencia del covid-19, mientras que la Agència de Salut Pública de la ciudad esgrime que muchos infectados no comunican sus contactos

El colectivo LGTBI defiende la vacunación como primera herramienta para erradicar la epidemia

BARCELONA 31/08/2022 Sociedad. El interior de la unidad de Drassanes para repor sobre ITS ( Infecciones de Transmisión Sexual) . Drassanes está atendiendo mucha viruela del mono y dejando de diagnosticar otras ITS. FOTO de ELISENDA PONS

BARCELONA 31/08/2022 Sociedad. El interior de la unidad de Drassanes para repor sobre ITS ( Infecciones de Transmisión Sexual) . Drassanes está atendiendo mucha viruela del mono y dejando de diagnosticar otras ITS. FOTO de ELISENDA PONS / Elisenda Pons

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

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Barcelona registró, en los meses de julio y agosto, alrededor de 1.500 contagios de viruela del mono. Sin embargo, los servicios de rastreo de la ciudad solo consiguieron información de unos 250 contactos. Una persona infectada, de media, puede haber contagiado a tres o cuatro personas. Así, si este verano se han producido 1.500 infecciones de viruela del mono en la capital catalana, los dispositivos de salud pública deberían estar haciendo el seguimiento de entre 4.500 y 6.000 personas.

Pero no es así: en Barcelona, solo se ha conseguido información de alrededor del 5% de los contactos de todos los contagios de viruela del mono, según hizo público la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) en el congreso científico que tuvo lugar la semana pasada en San Sebastián. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda identificar los contactos y seguirlos durante tres semanas. El colectivo LGTBI defiende la vacunación como primera herramienta para erradicar una epidemia que está afectando, principalmente, a hombres que tienen sexo con hombres.

Esto pone el foco en dos realidades. La primera, que la epidemia de viruela del mono, que está saturando ya la unidad del Hospital Vall d'Hebron (ubicada en Drassanes) especializada en VIH e infecciones de transmisión sexual (ITS), se ha descontrolado (pese a que lleva días mostrando una cierta estabilización en Barcelona), pues no se está realizando la trazabilidad del virus: se ha perdido el rastro de él. La segunda, que los servicios de salud pública siguen siendo mejorables, pese a que el covid-19 (cuya pandemia aún no ha acabado) destapó la urgencia de mejorar el rastreo del virus.

"No hemos aprendido"

La Agència de Salut Pública de Barcelona (Aspb) esgrime que muchas personas contagiadas de viruela del mono no notifican sus contactos, dado que gran parte se producen en la esfera sexual y que se trata de información "sensible". Otros muchos de estos contactos son anónimos. "No hemos aprendido porque ahora tenemos la viruela del mono y estamos igual. Un brote epidémico es como un fuego. Hay que dominarlo lo más rápidamente posible porque, si no, se va a ir reproduciendo. Hay contactos que no se pueden localizar, pero otros sí. Se trata de impulsarlo y, lamentablemente, la Aspb tiene pocos recursos", apunta el epidemiólogo Joan Caylà, miembro de la SEE y exjefe del servicio de epidemiologia de la Agència de Salut Pública de Barcelona (Aspb).

Sin embargo, según la directora de promoción de la salud de la Aspb, Maribel Pasarín, el covid-19 ha enseñado que, "a veces, ir caso a caso colapsa". "Las nuevas tecnologías sí ayudan, y en ocasiones es más fácil que nos contacten a nosotros que hacerlo nosotros uno a uno", defiende Pasarín. La misma niega que los recursos de la Aspb hayan "limitado" el seguimiento de los contagios de viruela del mono.

Una salud pública débil

Pero si algo quedó "claro" en el congreso de la SEE es que, en general en toda España, "no se hace bien" el estudio de trazabilidad de todas aquellas enfermedades que son de declaración obligatoria, como es el caso de la viruela del mono y del covid-19. Ello ocurre porque la salud pública está "muy debilitada".

"En ciudades como Madrid o Barcelona [que están aglutinando casi todos los casos de viruela del mono de España, debido a su densidad demográfica] se deberían haber puesto más epidemiólogos y enfermeras y agentes de salud pública. Y no se ha hecho. Por eso no se puede hacer una buena supervisión de los estudios de contactos", explica Caylà. Según él, en el caso de Barcelona, la "limitación de personal" (en la Aspb, por ejemplo, solo trabajan tres epidemiólogos) explica que la ciudad solo haga el seguimiento de un 5% de todos los contactos de los positivos en viruela del mono.

Y, si no se identifican, es muy difícil controlar la epidemia. La unidad de Drassanes detectó un aumento de contagios de viruela del mono a principios de agosto, pero después empezaron a estabilizarse. Septiembre será un mes "capital" para saber la evolución de este brote epidémico que, si bien comenzó afectando solamente a hombres que tienen sexo con hombres, cada vez infecta más a otros perfiles poblacionales.

Sobre todo, más vacunas

BCN CheckPoint -un centro comunitario de Barcelona de detección del VIH y otras ITS dirigido a hombres gais, bisexuales y mujeres trans- diagnosticó el 24 de mayo el que seguramente fue el primer caso de viruela del mono de Catalunya. Desde entonces ha hecho unos 200 diagnósticos. La epidemia sigue ocupando parte del trabajo del centro y, para hacer frente a ella, BCN CheckPoint reivindica sobre todo la vacunación. "En nuestro colectivo es muy difícil hacer estudios de contactos porque muchas veces estos son anónimos. Para nosotros la vía más viable es la vacunación", dice Ferran Pujol, director de BCN CheckPoint.

Pujol denuncia que no hay suficientes vacunas contra la viruela del mono e insta al Ministerio de Sanidad a comprarlas "fuera de la UE, como ha hecho Alemania". "Claro que es importante el seguimiento de contactos, pero apostamos más por otras estrategias. Ahora mismo el colectivo espera vacunarse y no lo puede hacer con la celeridad que le gustaría", cuenta Pujol. Además, considera que, si la incidencia de la viruela del mono sigue subiendo, "valdría la pena hacer cribados oportunistas a personas que vienen a hacerse pruebas de ITS o VIH".

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