Emergencia

Los embalses de las cuencas internas catalanas bajan al 39% de su capacidad

Unos turistas se acercan a la iglesia de Sau.

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Los embalses de las cuencas internas catalanas se encuentran al 39,22% de su capacidad, cuando el año pasado en las mismas fechas se encontraban al 76,07% y ha bajado 0,75 puntos respecto a la semana pasada, según la última actualización este lunes del informe del estado de los embalses de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA). Por debajo del 40%, el protocolo establece que se debe declarar ya la situación de alerta

El embalse de Boadella, en la cuenca del río Muga, se encuentra al 36,32% de su capacidad, cuando hace un año estaba al 44,39%; el de Sau, en el río Ter, está ahora al 38%, casi 30 puntos menos que en 2021 en estas fechas, aunque ha ganado 0,7 puntos respecto a la semana pasada. El pantano de Susqueda, también en el Ter, ha caído hasta el 44,2%, casi a la mitad de las reservas que tenía en 2021, y La Baells ha pasado del 77,22% de hace un año al 35,84% actual. La situación más crítica la viven, no obstante, los pequeños embalses de la provincia de Tarragona, Siurana se encuentra al 9,47% (41,12% hace un año) y Riudecanyes está al 27,17%, 13 puntos por debajo que hace un año.

En el Solsonès, la Llosa del Cavall se halla al 30,96% (79,54% hace un año) y Sant Ponç al 61,23% (por 89,09% hace un año), mientras que en el Alt Penedès, el pantano de Foix se encuentra al 76,71% de sus reservas frente al 81,15% hace un año.

Los embalses del Ebro

El estado de los grandes embalses que gestiona la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)-los que tienen una capacidad superior a los 5 hectómetros cúbicos- se sitúa en el 41,64% de media, cuando hace un año se hallaban a un 61,88% de su capacidad y hace una semana en el 42,85%.

El descenso de caudales ha empezado a pasar factura también en los ecosistemas fluviales. El pasado sábado, agentes rurales pusieron en conocimiento del juzgado de guardia el hallazgo de alrededor de 5.000 peces muertos en el pantano de Flix (Ribera d'Ebre), cerca de al presa de Ribarroja, a causa de una probable reducción drástica del oxígeno en las aguas. El sábado anterior, el cuerpo ambiental de la Generalitat recibió el aviso sobre la presencia de un gran número de peces muertos en el pantano e inició una investigación con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la Agencia Catalana del Agua (ACA). Por ahora no se ha podido determinar aún un culpable.