Estudios universitarios

La carrera que gana adeptos entre los jóvenes y que las empresas empiezan a valorar

Los dilemas morales y éticos de los avances en inteligencia artificial o modificación genética necesitan estos expertos para solucionarlos

Alumnos en un aula.

Alumnos en un aula. / JOSE LUIS ROCA

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

No es una novedad que en el contexto español las carreras de humanidades tienen peores datos de empleabilidad que las técnicas. Y filosofía no es una excepción. Pero desde hace unos años, su demanda se ha incrementado, algo que queda reflejado en las notas de corte, sobre todo en los dobles grados. En la Universidad Carlos III de Madrid, Filosofía, Política y Economía tiene una nota de acceso de 13,039; en la Complutense de Madrid, para acceder a Derecho y Filosofía se necesita como mínimo un 10,478.

Y quienes también necesitan filósofos son grandes empresas como Microsoft o Google. Aunque en España estas posiciones no tienen tanta cabida, ya que el tejido empresarial está formado básicamente por pequeñas y medianas empresas, internacionalmente no es así.

El futuro de las competencias transversales

Los filósofos son expertos en analizar problemas complejos, tomar decisiones, entender la realidad desde diferentes perspectivas (problemas sociales, guerras) o resolver problemas éticos. Algo muy importante en la sociedad del conocimiento, y en contexto de innovaciones científicas y tecnológicas constantes. Por esto, los especialistas en esta materia pueden ayudar a establecer los límites de la inteligencia artificial, la robótica, la modificación genética e incluso la gestión de los datos. De esto último habla reconocido filósofo israelí Yuval Noah Harari, quien dice que “cuando alguien recopila mis datos, eso debería servir para ayudarme, no para utilizarme”.

¿Cuál es el camino a seguir? Según el estudio 'España 2050. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo', encargado por el Gobierno a un gran número de expertos, "crecerá la demanda de competencias STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), de competencias transversales (ej. pensamiento crítico, creatividad, liderazgo) y de habilidades sociales". En las llamadas competencias transversales o 'soft skills', los filósofos son los grandes expertos. Pero de momento, el país está por detrás en ellas respeto a la media europea.