Pide ayuda en Twitter

Un joven se queda dormido en el metro de Valencia y ocurre esto cuando despierta

El usuario tenía que recorrer 13 estaciones, pero estaba "reventado" y cerró los ojos a mitad del trayecto

El metro de Valencia

El metro de Valencia / 123RF / MARKUS MAINKA

Alexandra Costa

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Un martes cualquiera por la noche, David estaba más que cansado. Estaba "reventado", concreta. Cogió el metro de Valencia en la estación Salt de l'Aigua a las 23.50 horas y tenía que recorrer 13 paradas hasta Machado, la más próxima a su casa. A medio trayecto, en Ángel Guimerà, pensó: "Ay, todavía me queda un ratillo para llegar", relata en su cuenta de Instagram. Después, todo se fue a negro. Literalmente.

El joven de 22 años se quedó dormido en el vagón y cuando despertó, el convoy estaba a oscuras y camino de las cocheras que la empresa Metrovalencia tiene junto en Ronda Norte, entre la ciudad y Alboraia. "¡He acabado encerrado y nadie viene a buscarme! Ya he llamado a emergencias. ¡Ayuda!", tuiteó a las 00.43 horas del martes mencionando la cuenta oficial @metrovalencia y añadiendo una fotografía del vagón en penumbra. "Me quedé en shock", relata en diversas historias de Instagram.

"Mi cara era un cuadro"

Cuando el tren paró, vio salir al conductor. "Le llamé, pero no me vio. Mi cara era un cuadro", explica. A esa situación tan angustiosa hay su sumarle otro elemento: el móvil de David solo tenía un 20% de batería. Fue entonces cuando reaccionó. Primero llamó a la policía municipal, pero todos los agentes estaban ocupados y una voz automática le recomendaba seguir a la espera. No lo hizo, colgó y marco otro número: el 112.

Un operador del servicio de emergencias atendió y calmó al joven, y avisó al equipo de seguridad del suburbano. 20 minutos después, una agente, linterna en mano, abrió el convoy donde estaba David y todo quedó en una anécdota.

"Se me pasaron muchas cosas por la cabeza", detalla. Una de ellas fue pasar la noche allí y esperar a que el servicio se restableciera a las 4.00 horas. Sin embargo, también pensó en la posibilidad de que se le acabará el oxígeno y en la de apretar la palanca de emergencia. "Como multan por un uso indebido, no la activé. Tampoco sé si funciona con el convoy fuera de servicio", comenta ya en tono relajado.

Por último, no tuvo otra mejor idea que preguntar al primer revisor que vio dónde tenía que validar el billete de salida para que al día siguiente no tuviera problemas para volver a acceder.