21 de julio

Una eyección solar alcanza la Tierra este jueves: ¿cómo puede afectar?

La masa coronal despedida por el astro no supone un riesgo para la vida en nuestro planeta, pero sí que puede tener otras consecuencias que interfieran en nuestra rutina habitual

Eyección de plasma durante una erupción solar.

Eyección de plasma durante una erupción solar. / Observatorio de Dinámica Solar, NASA

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La eyección solar que se produjo el pasado 15 de julio alcanzará este jueves la Tierra. Así lo ha predicho la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que captó el momento en que el Sol emitía esta radiación electromagnética y partículas energéticas. Aunque la masa coronal despedida por el astro no supone un riesgo para la vida en nuestro planeta, sí que puede tener otras consecuencias que interfieran en nuestra rutina habitual.

¿Qué podemos esperar?

Por ahora, los servicios de observación y predicción del clima espacial mantienen el nivel de alerta en G1, correspondiente a tormentas solares menores, cuyos efectos se limitan a pequeñas fluctuaciones en la red eléctrica y un impacto reducido en las operaciones con satélites artificiales.

Por tanto, más allá de influir levemente en el funcionamiento habitual de la tecnología que se usa en el día a día de nuestro planeta, como interferencias en las radiocomunicaciones de onda corta o problemas con el sistema GPS, no se esperan riesgos mayores.

Precedente más importante

Para observar un evento de estas características cuyos efectos fueran apreciables en la Tierra debemos remontarnos al 1859. Concretamente, los días 1 y 2 de septiembre de aquel año, una tormenta solar alcanzó nuestro planeta, dando lugar a la aparición de auroras observables desde zonas cercanas al ecuador.

Lejos del espectáculo visual provocado por el conocido como evento Carrington, la llegada de masa coronal provocó sobrecargas en las líneas de telégrafo y las redes eléctricas. Esto originó incendios, descargas eléctricas e interferencias en las comunicaciones. Sin embargo, la interrupción del funcionamiento habitual de la tecnología, a día de hoy, tendría efectos más devastadores por la dependencia que existe de ellas.