Aprobación en el Senado

Un movimiento del PP impide la aprobación definitiva de la ley del 'sólo sí es sí' en el Senado

La norma tendrá que volver al Congreso tras la aprobación de una única enmienda que modifica sólo una letra del texto legal

Irene Montero guarda un minuto de silencio en el Senado en memoria de las víctimas de la violencia machista.

Irene Montero guarda un minuto de silencio en el Senado en memoria de las víctimas de la violencia machista. / EFE

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Todo estaba planeado para que la ley del 'sólo sí es sí' se aprobara definitivamente en el Senado este martes, pero el gran proyecto de la ministra

Irene Montero

ha sufrido un nuevo revés: el

inesperado apoyo del PP a una enmienda alarga su trámite parlamentario

, puesto que el proyecto tendrá que volver al Congreso de los Diputados.

La polémica está servida porque la enmienda aprobada, presentada por un senador y una senadora de Junts, sólo cambia una letra de la redacción del proyecto. El contenido de la enmienda ya formaba parte del texto que salió del Congreso salvo por un detalle mínimo que pretende solventar una incorrección gramatical. El Senado ha incluido, gracias al voto del PP, una enmienda para modificar la expresión "abortos y esterilizaciones forzosas" de la redacción inicial por "abortos y esterilizaciones forzosos".

Aunque el presidente del Senado, Ander Gil, expresaba tras la votación que la enmienda sería remitida al Congreso, fuentes del grupo socialista han explicado a El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, que el asunto ha sido remitido a los letrados de la Cámara Alta para su estudio.

Nadie esperaba este giro de guion. De hecho, tras las cuatro horas de debate del proyecto y antes de la votación, la titular de Igualdad daba por hecho que la ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual sería desde "hoy un mandato para el Estado". Más de dos años después y tras una tramitación tensa y tortuosa, plagada de desencuentros, parecía que al fin la norma iba a ser una realidad, que el clamor feminista contra la violencia sexual iba a llegar al BOE. Pero la realidad -y el cálculo político del PP- han hecho saltar estos planes por los aires.

Respuesta integral contra las violencias sexuales

La ley del sólo sí es sí pretende dar una respuesta integral a las

violencias sexuales

al igual que la ley contra la

violencia de género

lo hace desde 2004 frente al maltrato machista en el ámbito de la pareja.

Las medidas más conocidas de la ley son la eliminación de la distinción entre abuso y agresión sexual y el cambio de paradigma a la hora de juzgar los delitos sexuales, que tendrá que hacerse teniendo en cuenta el consentimiento; sin embargo, el texto legal abarca desde la prevención de las violencias sexuales a la reparación de las víctimas, pasando por la detección precoz, el castigo de los delitos y la atención integral a mujeres y niños y niñas afectados.

"El movimiento feminista nos dio un mandato muy claro a este Gobierno de coalición y era convertir el 'sólo sí es sí' en una ley que fuese capaz de proteger eficazmente a todas las mujeres frente a las violencias que sufren por el mero hecho de ser mujeres. (...) Con esta ley damos un paso verdaderamente decisivo para combatir las violencias sexuales y garantizar la reparación de las víctimas. Nos coloca de nuevo, como hizo la ley 1/2004, a la vanguardia internacional de la lucha contra las violencias machistas y la garantía de una vida libre de violencia para todas las mujeres", defendía Montero.

La titular de Igualdad ha reconocido la "deuda histórica" del Estado con las víctimas de violencias sexuales, a las que no ha dado la respuesta adecuada que debían tener, a pesar de los mandatos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y del Convenio de Estambul. "Hoy decimos a nuestras hijas, a nuestras amigas, a nuestras compañeras de trabajo que su presente y su futuro van a ser mucho más libres que nuestro pasado", incidía.

A pesar de que el contenido de esta ley ha sido un grito unánime del movimiento feminista, la ley no ha contado con esa unidad en el Parlamento -a diferencia de lo que sí ocurrió con la ley contra la violencia de género en 2004 o el Pacto de Estado contra la violencia machista-: el PP y la ultraderecha no sólo han votado en contra, sino que plantearon vetos para frenarla.

Montero ha criticado que reaccionarios y negacionistas hayan cuestionado siempre aquellas leyes y políticas públicas que "han servido de forma eficaz como poderoso instrumento para derrotar al machismo criminal".

Un debate delirante

El Pleno extraordinario del Senado en el que se van a aprobar nada menos que seis leyes comenzaba con un minuto de silencio por las cinco mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde la última sesión celebrada en la Cámara Baja y con el presidente Ander Gil preguntando hasta cuándo va a seguir creciendo la lista negra de feminicidios que desde 2003 suma amargamente a 1.154 víctimas mortales.

Minutos después de este gesto de condena, el negacionismo de las violencias machistas volvía a hacer acto de presencia en el Parlamento, de nuevo de la mano de Vox. Y esta situación, sumada a la decisión del PP de desligarse de la ley del sólo sí es sí han marcado el tono de la discusión en la Cámara Alta.

El debate ha sido, cuando menos, delirante. Las argumentaciones parlamentarias sobre la necesidad de hacer avanzar los derechos de las mujeres y, sobre todo, proteger la libertad sexual de la mitad de la población y de niños y niñas, se han mezclado con ataques al gobierno de coalición de lo más variopinto. El terrorismo de ETA, el embarazo de Adriana Lastra, el escándalo de las menores tuteladas de Baleares y hasta las brujas han hecho aparición en el debate. De Venezuela no se habló, pero sí que hubo lugar hasta para citar la última canción de Amaia Romero y Rigoberta Bandini, esa que dice que el "lunes antes de almorzar, una niña fue a lavar, pero no pudo lavar porque tenía que bailar". Cuatro horas de contienda dan para mucho.