Diversidad sexual

Las quejas de una funcionaria impulsan las medidas de igualdad en una cárcel

Instituciones Penitenciarias activa acciones para el respeto de la diversidad sexual tras las protestas de la trabajadora ante la propia cárcel, el subdelegado del Gobierno y un juzgado

El centro penitenciario de Tenerife II.

El centro penitenciario de Tenerife II. / E. D.

Pedro Fumero

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La denuncia y las diversas quejas presentadas por una funcionaria de Instituciones Penitenciarias impulsan la adopción de medidas en la prisión Tenerife II para favorecer el respeto a la igualdad entre trabajadores por razón de su condición sexual. Fuentes penitenciarias confirmaron que tales acciones de protesta existieron y explicaron que, hasta el momento, se han adoptado una serie de medidas para tratar de evitar los episodios planteados por la mencionada mujer. En estos momentos, dicha persona está destinada en un recurso que no es el principal centro penitenciario de la provincia.

La funcionaria recordó en algunos de sus escritos que la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo para la Igualdad Efectiva extinguió las escalas femenina y masculina en el citado organismo dependiente del Ministerio del Interior, a la vez que creaba un único cuerpo. En la práctica, indica la trabajadora, eso permitió a las mujeres trabajar tanto en módulos femeninos como masculinos sin distinción por razón de sexo, como así exigía la Ley Orgánica. Desde el punto de vista de la denunciante, dicha medida fue recibida con hostilidad por parte "de los compañeros y la cadena de mando". Apunta que "existe una desproporcionada baja representación de funcionarias en todas las áreas, tanto en oficinas como en los puestos de vigilancia interior en los módulos de internos". Según expone la mujer en uno de sus escritos, "recibimos críticas hostiles continuas que atentan contra nuestra dignidad". A su juicio, "hay un discurso sexista que infravalora mis capacidades, con sistemáticos comentarios descalificadores y con carácter estratégico".

Respuesta insuficiente

Tras presentar diversos escritos, "tanto a la Dirección de Tenerife II (más de seis escritos que no recibieron respuesta ni promovieron ninguna medida de protección ni prevención ante las situaciones que denunciaba, como así lo exigía el protocolo frente al acoso sexual y por razón de sexo de la Administración del Estado, la funcionaria estima que "no he llegado a conseguir la protección que buscaba, sino que mis denuncias fueron difundidas por la cadena de mando entre mis compañeros". Supuestamente, el efecto de esa realidad fue generar una situación de hostigamiento colectivo hacia ella por parte de una parte de sus compañeros, aclara la denunciante. "Hace años recibí amenazas personales por parte de algunos compañeros y advertencias de ser expedientada por parte de algunos jefes de servicio", indica. Y así lo expuso en un texto al subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife en enero del 2020.

En otro documento dirigido por esas mismas fechas a la anterior directora de Tenerife II, advierte de que se le denegaba su derecho a expresar sus preferencias a la hora de la elección de la guardia; cuestión que atribuye a su sexo, "pues los porcentajes mínimos establecidos por el Real Decreto 1836/2008 no justifican de forma objetiva la limitación de ese derecho".

La trabajadora relata varios hechos concretos, como comentarios de su superior jerárquico de que "no quería más mujeres en su guardia" e "institucionalización de un discurso sexista hacia las funcionarias por parte de sus superiores, que, de manera sistemática expresan su rechazo a la presencia de funcionarias en los puestos de interior". Además, la denunciante expone que hay criterios sexistas en la asignación de los servicios, vacaciones y turnos libres por parte de los coordinadores de guardia y superiores jerárquicos, así como cambios aleatorios de servicio por los mismos motivos.

"Minusvaloran nuestras capacidades"

Otros hechos concretos narrados por la funcionaria son críticas excesivas, reprimendas, improperios y descalificaciones por parte de sus superiores ante situaciones que no generaban estas reacciones si las hacía un funcionario varón. También señala que había "sobrecarga de trabajo injustificada, afirmando que las compañeras son las machacas", así como "prácticas sexistas y humillantes por algunos jefes de servicio, como un rankin de los mejores pechos de Tenerife II entre las funcionarias". Explica que hubo momentos en que en las guardias no había más de una o dos mujeres en turnos de veinte funcionarios. Esta trabajadora comenta que algunos compañeros varones "minusvaloran nuestras capacidades y competencias y nos identifican como personas débiles, de pobre envergadura y fortaleza física". Fuentes penitenciarias explicaron que, desde hace meses, en dicha cárcel "se han impulsado acciones formativas en materia de igualdad para el equipo directivo". Además, "se ha creado una Comisión de Igualdad y se han establecido canales para garantizar tanto el acceso como la confidencialidad de las denuncias en esta materia", explicaron las fuentes. Además, en Tenerife II se ha difundido el protocolo de acoso sexual y por razón de sexo, que forma parte de la Instrucción 4.21 de Instituciones Penitenciarias".

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