Los retos de la educación

La internacionalización de la universidad: del modelo de Madrid a las privadas

La Universidad Carlos III de Madrid ha sabido avanzar en la atracción de talento extranjero dentro del marco legal

La UPF es la única de las públicas catalanas que ofrece un grado con reserva de plazas para extracomunitarios

Entre las privadas, la Ramon Llull y la Harbour Space, 100% internacional, aprovechan el tirón de Barcelona

Ambiente de trabajo, fuera del aula, en la Harbour Space University.

Ambiente de trabajo, fuera del aula, en la Harbour Space University. / Manu Mitru

Montse Baraza

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La Universidad Carlos III de Madrid ha sabido, dentro del marco legal estatal, avanzar hacia la internacionalización. Barcelona y por extensión Catalunya tienen campo para correr en este ámbito. De entre las públicas, la Universitat Pompeu Fabra (UPF) es la que ya ha hecho incursiones con su grado de Global Studies. El resto se centran en los estudiantes europeos y los refugiados. Este vacío público lo están aprovechando las universidades privadas, que dan más facilidades a la hora de matricular a extracomunitarios. Entre ellas, la Universitat Ramon Llull (URL), con centros como Esade o Blanquerna, es la más aventajada. El atractivo de Barcelona y la captación de talento han hecho surgir también centros privados como la Harbour Space University. Son cuatro ejemplos del potencial de la internacionalización universitaria.

La Carlos III de Madrid, como modelo

Para Barcelona Global, el modelo a seguir es el de Madrid y el de universidades públicas como la Carlos III (UCM3), una universidad que lleva años trabajando por la internacionalización. Comenzó esta innovadora andadura en el marco de la Lomce o 'ley Wert' , común a toda España. Desde hace nueve años este centro hace una reserva de plazas del 8% para estudiantes de bachilleratos NO-europeos. Esto permite que los procesos de admisión de este colectivo, llamados 'early admission', en la UC3M puedan empezar antes y de forma continua (entre los meses de octubre a mayo como ocurre internacionalmente), y no tengan que esperar a julio (como ocurre en España) para saber si tienen o no plaza. Para estos estudiantes, el tiempo es importante porque tienen que decidir donde estudiar y gestionar con mucha antelación trámites como los visados y la residencia y eso es lo que les ofrecen las mejores universidades del mundo con la que la UC3M quiere competir.

Asimismo, la nota de bachillerato de estos alumnos pondera sobre 14 para acceder a un grado, por lo que no tienen que realizar aquí la selectividad (Evau). En Catalunya, se pondera sobra 10. De modo que si se quiere acceder a un grado cuya nota de corte sea superior a 10, el estudiante debe examinarse de dos asignaturas específicas de la selectividad.

Otro detalle importante es que la Carlos III permite que un alumno pueda empezar el grado aunque esté pendiente de la homologación del título de bachillerato y en muchos casos antes de que acabe el bachillerato, ya que la tramitación empieza en noviembre. Se les concede una admisión condicional basándose en las notas medias y de las asignatura propias del grado al que quieren acceder. Las de 1º de Bachillerato suelen ser un buen indicador de su nota media. Para los españoles que cursan el bachillerato en el extranjero y vuelven a España para ir a la universidad, este trámite de homologación, que depende del Ministerio de Educación, tarda un año sino más. Catalunya, siguiendo un modelo garantista, no permite a un joven que se matricule hasta que tenga su título homologado, con lo cual este estudiante, si no quiere perder el curso, se ve obligado a matricularse en alguna universidad privada o bien seguir estudios universitarios en otro país.

El ex-vicerrector de Relaciones Internacionales de la Carlos III y actualmente director de la Carlos III International School, Álvaro Escribano, niega que estas facilidades supongan rebajar las exigencias de entrada. "Solo admitimos a los mejores estudiantes. Hay un requisito de calidad. Tiene que tener notas medias superiores a las notas de corte del grado que quieren estudiar y también pagan más", afirma. La lógica es la de atraer talento: "La buena universidad a nivel internacional no es aquella en la que solo hay estudiantes locales o nacionales, sino aquella que es capaz de atraer talento internacionalmente y admite a los mejores".

"Las universidades privadas son las que se benefician de todas estas barreras", subraya Carlos Elías, catedrático de Periodismo en la Carlos III, que advierte de que "las trabas sumadas a la caída de la natalidad van a dejar a las universidades públicas sin gente".

La UPF: "Queremos competir para atraer talento"

La Universidad Pompeu Fabra es una de las públicas catalanas que apuesta por la internacionalización y asume convencida las demandas de Barcelona Global para tener más facilidades con las que atraer a universitarios extranjeros. "Las cuatro públicas de Barcelona (UPF, UB, UPC y UAB) estamos alineadas con esto y trabajamos juntas", explica Toni Luna, vicerrector de Internacionalización de la UPF, que advierte de que las barreras que sufre la universidad pública las está aprovechando la universidad privada.

Pone sobre la mesa la contradicción que supone que Barcelona sea una ciudad global e internacional pero que, en cambio, su universidad no lo sea. "Queremos competir para atraer talento. Da igual si es de aquí o de fuera. El talento es bueno para el país y se quedará si se le dan facilidades para echar raíces", defiende. "Queremos ser como la universidad de Leiden en Holanda o la de Aarhus en Dinamarca. Que cualquier estudiante pueda venir a estudiar aquí".

Las dificultades que tienen los extranjeros para acceder a grados están ya penalizando a las universidades públicas catalanas en los ránkings internacionales, donde uno de los factores valorados es el de la internacionalización. En la UPF, una de las que tiene más estudiantes extracomunitarios, estos apenas representan el 3% del total. "Y son unos héroes", afirma Luna, en alusión a las trabas del sistema. Actualmente la UPF tiene el grado de Global Studies abierto a estudiantes extranjeros, con un "éxito brutal". Por el atractivo de Barcelona y por la credibilidad de la universidad catalana, explica el vicerrector.

Luna celebra que el Departament d'Universitat i Recerca, con Gemma Geis al frente, comparta esta visión y confía en que pronto dará solución a esta problemática. "Me consta que están abiertos y que arreglaremos este tema", asegura. Augura que "quizás pronto" se permita una reserva de entre el 5% y el 8% de plazas para extracomunitarios. "Soy positivo porque captar talento y crear un hub de conocimiento en Catalunya es un tema de país. Y se ve que estamos en situación de inferioridad respecto a Madrid".

La URL ya tiene un 22% de alumnos foráneos

Un 22% del alumnado de la Universidad Ramon Llull (URL) es extranjero. De estos, casi la mitad son europeos. El resto procede de América Latina (32%), Asia y países árabes (10%), EEUU y Canadá (8%) y África y Oceanía (4%). Asiáticos y árabes son los que más han aumentado. Hace años que esta universidad privada sin finalidad de lucro decidió apostar por la captación de estudiantes internacionales y es una de las que tiene una tasa más elevada de este alumnado. "La natalidad está cayendo y dentro de dos o tres años la demanda local de universidad en Catalunya irá a la baja. ¿Qué hay que hacer? Captar alumnos fuera", expone Carlo Gallucci, vicerrector de Relaciones Internacionales y Estudiantes de la URL.

Subraya que también la cifra de alumnos internacionales de grado va al alza, prueba de que "la gente tiene ganas de movilidad y de buscar nuevos lugares donde formarse". El vicerrector subraya que la URL ha sido "muy proactiva" promoviendo su oferta en el extranjero y advierte a quien se plantee emprender este camino de que el resultado de este trabajo no es inmediato, sino que "da frutos a la larga". En esa promoción, no solo ofrecen una oferta académica internacional, sino un entorno de profesores y personal también internacional. "Una universidad no se internacionaliza solo porque tenga alumnos extranjeros. También por su profesorado y su personal. Y es lo que piden y valoran los alumnos internacionales. Quieren tener profesores que sean de otros países y que tengan experiencia internacional". Admite que ello requiere una gestión para equilibrar lo local con lo internacional.

Coincide en que "Barcelona es un gran activo si se gestiona bien" y que eso sumado al buen nivel de la universidad en Catalunya es una gran baza. Desde la URL, lo que piden es más agilidad a la hora de conceder visados. "Muchas veces no llegan a tiempo y ello hace que el estudiante no pueda iniciar el programa para el que se había preinscrito".

Anna Berga, secretaria general de la URL, explica que en esta universidad se requiere el bachillerato y/o selectividad del alumno extracomunitario, además del comprobante oficial de que la homologación del título está en trámite. Asimismo, cada facultad realiza unas pruebas específicas de admisión. Y se realiza una matrícula condicionada a la homologación del título. Berga subraya la lentitud existente en el proceso de homologación de títulos. "Puede tardar tres meses o un año. Como país deberíamos trabajar para agilizar estos trámites", defiende.

Harbour Space University: tecnología global

Barcelona es un reclamo de primer nivel para los estudiantes internacionales. Lo vieron claro Svetlana Velikanova, Kamran Elahian e Ingo Beyer von Morgenstern, los impulsores de Harbour Space University, una universidad privada ubicada en la Vila Olímpica que aspira a ser referente mundial en tecnología. Su prioridad es ofrecer calidad y captar talento. Velikanova, exalta ejecutiva financiera y CEO de la Harbour Space, recuerda que cuando tuvieron que decidir la ubicación de este centro no tuvieron dudas. "Barcelona es la mejor ciudad del mundo", asegura. Clima, ambiente, trayectoria de innovación y diseño la hacen la ciudad ideal.

Esta universidad empezó en 2015 y este curso acoge a 173 estudiantes de grados y máster de Informática, Data Science, Tecnología Financiera o Desarrollo Front-end, entre otros relacionados con la tecnología. El alumnado (quitando a cuatro catalanes que se han matriculado este año) procede de 55 países, mayoritariamente de Europa, Oriente Medio, Asia y Sudamérica. El idioma de comunicación en este universo internacional es el inglés, tanto para alumnos como profesores.

La Harbour Space se organiza también de forma diferente a otras universidades: en lugar de por cuatrimestres, imparte las 15 asignaturas de cada curso en tandas de tres semanas. Cada tres semanas los alumnos se zambullen en un módulo temático, al final del cual tienen que presentar un proyecto para superarlo. No se trata de memorizar para un examen, sino de tener talento y ser creativo. El curso académico se prolonga 12 meses con solo dos semanas de vacaciones. Asimismo, esta organización de las asignaturas permite que por las aulas pasen a dar clases profesionales del mundo de la empresa. Directivos de Amazon, Samsung, Microsoft o Google están entre el profesorado. "En tecnología, todo cambia muy rápido. Lo que vale hoy, quizás no valdrá mañana. No podemos tener un profesorado tradicional, alejado de la innovación", resume Velikanova, que exhibe como un plus la agilidad de adaptación y la orientación práctica de la Harbour Space.

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