En Vilamòs
Un oso ataca a 200 metros de un área recreativa de la Val d'Aran
El animal ha matado a dos ovejas tras saltar una valla electrificada y zafarse de ocho mastines
Alba Casanovas Torre
Periodista
Una valla electrificada de más de un metro y medio de alto y ocho perros mastín resguardaban un rebaño de más de 1.000 ovejas en las montañas de Vilamòs, en la Val d'Aran. Sin embargo, ni eso fue suficiente para ahuyentar a los osos pardos que habitan en el Pirineo. Un cuadrúpedo mató dos animales durante la madrugada del viernes. Además, el ataque se produjo a 200 metros del área recreativa del pueblo.
Los pastores encontraron a las dos ovejas muertas a primera hora de la mañana del viernes y avisaron a las autoridades. Los agentes de medio ambiente del Conselh Generau d'Aran encontraron indicios de la presencia de un oso en la zona. Aun así, se llevaron los restos de los animales para corroborar la causa de la muerte.
Aviso a la población
"Pedimos a los vecinos y a toda la población que tengan cuidado si van a pasear por la zona", avisó el alcalde de Vilamòs, Oriol Sala. En la zona recreativa, que se encuentra en la entrada del pueblo, hay una pista de pádel y otra polivalente, así como un espacio para hacer barbacoas.
Sala ha cedido a este periódico varias imágenes del ataque, en las que se aprecian la fiereza del oso: ha destripado a las dos ovejas, pero a una de ellas apenas le ha dejado la cabeza, la piel y los huesos.
Séptimo ataque: ¿Ha sido Goiat?
Los agentes rurales del gobierno regional han informado que este 2022 ya han contabilizado seis ataques más. Los osos que viven en los Pirineos forman parte de un programa de conservación de esa especie en peligro de extinción. En la cordillera entre España y Francia existen aproximadamente 70 ejemplares.
Muchos de ellos llevan un collar GPS que permite a las autoridades rastrearlos y controlarlos, como es el caso de Goiat, el oso más voraz de la zona. Sin embargo, no ha trascendido si él es el responsable del último asalto.
El rebaño atacado en Vilamòs fue fotografiado este jueves. El alcalde también ha cedido la fotografía a este medio, donde se aprecia la valla electrificada.
Indemnización insuficiente
Como muchos municipios, Vilamòs cede sus montañas a la ganadería extensiva y, además, a la trashumancia. Así, se mantienen los pastos y el riesgo de incendio forestal es menor. El rebaño estaba formado por ovejas de ganaderos araneses, pero también de otros territorios. Los animales muertos procedían de Francia.
El alcalde ha lamentado que la pérdida de un animal supone una "gran pérdida económica" y que la indemnización que reciben por parte de la Generalitat "no compensa". "El precio que cuesta una oveja es el triple", ha denunciado. En este sentido, ha explicado que los ganaderos tienen que volver a comprar crías, que además tienen un precio más un ejemplar viejo, y esperar dos años a que sean adultas y puedan criar.
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