Fin de las restricciones

La Generalitat abre las puertas de los geriátricos a los familiares

Los centros dejan de percibir ayudas económicas para mantener plazas vacías, comprar mascarillas y equipos de protección individual (EPI)

La Generalitat deja de invertir dinero público a las residencias para que atiendan enfermos covid y reduce el plan 'buffer' a las residencias 100% públicas

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Residencias / periodico

Elisenda Colell

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Uno de los mayores calvarios que ha afectado a las residencias de mayores durante la pandemia del coronavirus pasa a la historia. Terminan los planes de contingencia frente al virus, la sectorización y aislamientos a los residentes de geriátricos en sus habitaciones según ha podido saber EL PERIÓDICO. La medida, aprobada el pasado martes en el Consell Executiu de la Generalitat, pero que no fue anunciada en la posterior rueda de prensa, también prevé dejar de financiar las camas vacías previstas para la sectorización de casos, así como decaen las ayudas para comprar mascarillas y equipos de protección individual de los centros. Entre los directores, no se esconde el temor a nuevas infecciones, especialmente de cara al otoño, pero a su vez celebran el fin a unas medidas "ilógicas" y que provocaban "maltrato" a los mayores.

"Estoy para abrir la ampolla de champán, ¡y mira que soy abstemia!", celebra Montserrat Falguera, presidenta de la Federació d'Entitats d'Assistència a la Tercera Edat, la patronal de las residencias del tercer sector. "Ya era hora que acabara este calvario, tener que encerrar a los ancianos en sus habitaciones, cuando el resto de la sociedad hace vida normal... era una medida innecesaria e ilógica", señala Falguera. Lo dice releyendo, de nuevo, el nuevo decreto aprobado por el Govern el pasado martes que estipula de forma muy clara que terminan los aislamientos en las habitaciones y permite la libre entrada de los familiares dentro de los centros. "Nos parece lógico que se tome esta decisión, aunque los directores tienen mucho miedo, sobre todo pensando en el mes de otoño... si la situación se complicara no estaremos preparados porque nos pillará con todas las plazas llenas", sostiene Vicente Botella, director de la Unión de Pequeñas y Medianas Residencias (UPIMIR).

Actividades grupales para infectados

La única gestión que tendrán que hacer las residencias en cuanto detecten un caso positivo de coronavirus es comunicarlo al CAP de referencia. También siguen los cribajes con test de antígenos y PCR. Los familiares podrán entrar libremente en los centros (también en las habitaciones) y sacar a los residentes al exterior si consideran oportuno. Eso ocurre porque terminan los planes de contingencia, que obligaban los geriátricos a blindar a todo el centro y mover todas las camas para facilitar este encierro. El texto estipula que solo se harán aislamientos a los ancianos que se infecten del virus, y este aislamiento no será en sus habitaciones. "Podrán compartir actividades grupales en espacios comunes con otros casos confirmados y podrán recibir visitas de sus familiares con cita previa", añaden fuentes de Drets Socials. Una medida que ya seguía vigente desde el 28 de marzo. Terminan los aislamientos para los residentes que son contactos estrechos, que podrán hacer vida normal, recibir visitas y salir al exterior pero deberán hacerse dos test PCR o de antígenos los días posteriores. Tampoco habrá que sectorizar los centros ni mover a los ancianos a zonas covid delimitadas.

"Entendemos que se han terminado los planes sectoriales y por tanto las citas previas para ir a visitar a nuestros familiares", sostiene la portavoz de la plataforma de familiares Coordinadora 5+1, Maria José Carcelén. Una medida que no se hace efectiva del todo, porque los casos positivos solo podrán recibir visitas de dos personas con cita previa, mascarilla FFP2 y en un lugar individual. "Hace muchos meses que estábamos reclamando el fin de estas restricciones que, desde nuestro punto de vista, eran completamente ilegales e insostenibles", insiste Carcelén. Y es que, atendiendo a lo que estipula la resolución, los familiares pueden entrar en los geriátricos y llevárselo al exterior.

Adiós a las ayudas y las 'buffer'

Esta medida repercute en las ayudas que cobraban los geriátricos desde la aparición de la pandemia. Las residencias de la tercera edad mantenían vacías alrededor de un millar de camas en los geriátricos, que servían para aislar a los residentes y delimitar los diferentes espacios sectorizadas. Unas plazas que se pagaban al 80% del coste y que a partir de mañana se dejan de financiar. La medida podría haber inyectado más de 20 millones de euros. Además, el Govern también deja financiar la compra de mascarillas y equipos de protección individual. Los llamados centros 'buffer', creados para aislar ancianos enfermos de covid en otros geriátricos, se vuelven "residuales". El 'Govern' dejará de pagar por estas plazas, y sólo las destinará en los 17 centros que son 100% públicos. Una investigación de El Periódico desveló que los centros privados o concertados que prestaron este servicio cobraron más de 7 millones de euros por unas camas que quedaron vacías.

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