150 cámaras

El VAR de la Guardia Urbana de Barcelona: cámaras para los incidentes más graves

El Ayuntamiento dota a sus agentes de dispositivos de grabación para las actuaciones más complejas, que pueden terminar en el juzgado en una investigación por mala praxis

Guardia Urbana de Barcelona estrena camaras para sus agentes

Guardia Urbana de Barcelona estrena camaras para sus agentes / Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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La Guardia Urbana de Barcelona (GUB) entregará este miércoles 43 cámaras unipersonales a otros tantos agentes. A partir de mediados de junio, y antes de los siempre turbulentos meses de verano, entregará otros 107 dispositivos de grabación de vídeo. La intención es que, en un futuro no lejano, todas las actuaciones complejas de los agentes municipales queden grabadas. "La medida responde a una petición de los propios agentes y también al compromiso de transparencia del Ayuntamiento de Barcelona", ha defendido el responsable de seguridad del consistorio, Albert Batlle.

En un contexto en el que la tecnología permite a los ciudadanos grabar vídeos con su teléfono móvil cualquier actuación policial polémica, que después se difunden a través de las redes sociales –también fragmentados o descontextualizados–, la Guardia Urbana ha decidido dotar a sus agentes de dispositivos para disponer de imágenes propias de sus intervenciones más difíciles.

Como ha sucedido con el VAR en el fútbol, que ha permitido a los árbitros revisar sus acciones con imágenes de las que ya disponían todos los espectadores, la policía municipal dotará de 150 cámaras a sus agentes, para garantizar los derechos de los funcionarios y también lo de los ciudadanos, subraya Batlle. Porque su contenido servirá como prueba en un juicio contra los ciudadanos y para contrarrestar supuestas denuncias falsas contra los policías, pero también para documentar un caso de mala praxis.

También como ocurre con el VAR, podrá revisarse cómo comenzó la jugada. El sistema de registro de estos dispositivos está siempre grabando, desde que el agente se la coloca en la pechera del uniforme, pero solo almacena las imágenes a partir del momento en el que este pulsa el botón. De esta manera, cuando se presiona 'play' la cámara puede guardar los últimos 30 segundos. Es decir, la secuencia incluye medio minuto anterior al instante en el que se ha creído necesario comenzar a capturar la realidad gracias a un sistema de 'buffering' por el que el Ayuntamiento se ha decantado después de una prueba piloto iniciada en 2019.

El episodio en el que un cabo de la Urbana abrió fuego contra un sintecho en Passeig Sant Joan –al que hirió de gravedad– en noviembre de 2020 sería una "situación paradigmática" en la que resultaría necesario disponer de imágenes, ha explicado el jefe de la policía municipal, el intendente Pedro Velázquez.

Casos excepcionales

Las cámaras, dispositivos que tienen el tamaño de un paquete de tabaco, se activarán únicamente en casos excepcionales, han subrayado tanto Batlle como Velázquez. "Su uso no será generalizado", ha explicado el edil. "Y siempre que resulte posible avisar, el agente debe transmitir al ciudadano que va a activar el dispositivo", subraya el intendente mayor. Será en situaciones que entrañan riesgo para los policías o para las personas, como un caso de violencia machista, una pelea en la calle, altercados o botellones. En sentido contrario, no usarlo en esas situaciones será algo que el policía deberá justificar porque está obligado a grabar, ha remarcado Velázquez.

Las primeras 43 cámaras las usarán agentes destinados en el distrito de Ciutat Vella –el más conflictivo de la ciudad–, de la unidad de Trànsit y de los agentes UREP –antes conocidos como 'antidisturbios'–. A partir de junio, las recibirán policías del resto de distritos de la ciudad.

El intendente Velázquez y la gerente de Seguretat, Maite Casado, han asegurado que el uso de estas videocámaras cumplirá con la normativa vigente. El policía solo puede encender o apagar la cámara pero no tiene acceso a las imágenes, que además están encriptadas. El objetivo es garantizar que los archivos no se manipulan ni alteran. Porque pueden acabar formando parte de una instrucción judicial o de una investigación de mala praxis por parte de asuntos internos de la Urbana. En cumplimiento de la legalidad vigente, las imágenes que no sean de interés, serán borradas a los tres meses.

Los agentes podrán grabar en la vía pública y también en el interior de domicilios siempre que exista permiso del dueño de la casa o estén presenciando un delito 'in fraganti', como ocurre con cualquier actuación.

Este proyecto ha costado a las arcas de Barcelona 386.000 euros. La cámara elegida es de la empresa VAMA.

Petición histórica de los Mossos

La noticia de que la Guardia Urbana va a dotar a sus agentes de cámaras unipersonales ha reactivado la petición de los sindicatos de los Mossos d'Esquadra, que reclaman de nuevo a la Conselleria d'Interior que tome la misma iniciativa.

Actualmente la policía catalana solo ha regulado el uso de videocámaras vinculado a las pistolas eléctricas. Cuando un agente debe recurrir al Dispositivo Conductor de Energía (DCE), que permite liberar sobre una persona agresiva --que por su actitud comprometa gravemente la seguridad del resto de ciudadanos-- una descarga eléctrica que provoca un fallo en su organismo y que se desplome al suelo para luego ser arrestado, tiene la obligación de grabarlo con un dispositivo de vídeo como el que tendrán ahora los policías de la Urbana. Es decir, el uso de las cámaras en los Mossos se reduce únicamente a las situaciones vinculadas a la pistola eléctrica. El resto de agentes no las usan. Tampoco los de orden público, a pesar de que la Brigada Mòbil (Brimo) cuenta con un grupo de atestados que dispone de cámaras para tomar sus imágenes. Sí cuenta con cámaras unipersonales alguna policía local como la de Sant Adrià de Besòs.