La educación en Catalunya

¿Por qué los centros de FP no cubren todas las vacantes para profesores de Informática?

Denuncian que con los nuevos grupos que se abrirán cara al curso 22-23 se necesitarán 90 docentes

En lo que va de curso, en ningún momento se han cubierto al cien por cien las vacantes

Un profesor y sus alumnos, en el Institut Tecnològic de Barcelona.

Un profesor y sus alumnos, en el Institut Tecnològic de Barcelona. / Zowy Voeten

Montse Baraza

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El Departament d'Educació enfoca el curso 2022-2023 con un aumento de la oferta de plazas de Formación Profesional (FP) continuada. Así, en esta preinscripción habrá 276 grupos más (128,5 de grado medio, 51,5 de grado superior y 39 de cursos de especialización) que situarán la cifra total en 5.318 grupos. Busca de este modo responder al aumento de la demanda por parte de los estudiantes, garantizar una plaza a todo el alumnado procedente de 4º de ESO y evitar la situación que se produjo en la preinscripción del curso 2021-2022, cuando muchas personas no pudieron matricularse de las especialidades deseadas. Pero los centros de FP que imparten grados de Informática están alarmados y muy preocupados. No tienen profesores para impartir esa disciplina. Este curso han trampeado como han podido. Y temen el curso próximo, en que habrá 38 grupos más de esta especialidad. Ello supone que se necesitarán 90 profesores más, a razón de dos y medio por grupo.

"La situación es muy grave. En Barcelona, el curso empezó con 19 plazas sin cubrir. Se han ido cubriendo pero nunca al 100%. Ahora quedan cinco vacantes. Hay centros que llevan entre tres y cuatro meses sin profesores de Informática y otros que no lo han tenido en todo el curso", expone Alberto Vila, director del Institut Tecnològic de Barcelona, uno de las escuelas de FP referentes. En su caso, tiene tres bajas.

La misma situación viven en el Instituto Joan d'Àustria, que imparten ciclos de Informática. "Nos faltaban dos profesores y medio. Una de las vacantes la hemos podido cubrir cuando se han relajado las condiciones de acceso y hemos podido contratar a titulados de Ciclo Superior. Desde noviembre, estamos sin un profesor y medio", cuenta Miquel Tarazona, coordinador de FP de este centro de Barcelona. Piensa con preocupación en el curso que viene. "Necesitaremos cinco profesores más porque el año pasado abrimos una línea nueva de primer curso que ahora pasará a segundo y también ofreceremos un curso nuevo de especialización en Big Data e Inteligencia Artificial. Según la normativa, son 2,5 profesores por grupo", expone inquieto.

Educació es conocedora de la situación e insta a los centros a que soliciten un profesor sustituto en la bolsa de docentes. El problema es que no hay inscritos en la bolsa. "El departamento abre grupos nuevos. Dice que para atender la demanda de alumnos y familias. ¿Pero con qué profesores? No lo sé", reflexiona Tarazona. Los centros no tienen respuesta de cómo va la 'conselleria' a afrontar este problema.

¿Y por qué no hay profesores? Básicamente por un tema económico. Los informáticos son profesionales muy buscados por la empresa privada, que ofrece importantes retribuciones. Un profesor de FP cobra unos 1.800 euros mensuales. "El otro día hablé con dos exalumnos de grado superior que acabaron hace dos años y están en la empresa privada. Cobran 3.500 euros netos al mes más complementos, teletrabajo incluido. No podemos competir con eso. Estamos fuera de mercado", resume Vila. "No se puede competir. Un ingeniero informático con experiencia puede cobrar 50.000 euros fácilmente. ¿Quién está dispuesto a rebajarse el sueldo hasta 30.000?. Los titulados de ciclo superior ya salen cobrando eso", remacha Tarazona.

Tampoco ha servido de mucho que, ante la falta de profesorado, Educació haya flexibilizado los requisitos de acceso. Idealmente se pide una licenciatura universitaria en Informática, el máster para ser profesor de secundaria y el nivel C-1 de catalán --en 2024 ya se deberá acreditar el C-2--. Estos requisitos se han rebajado: el máster ya no es obligatorio y están empezando a aceptar a titulados de grado superior una vez se ha comprobado que no hay licenciados universitarios. Pero ni así.

De hecho, profesores de FP lo están dejando para pasarse a la empresa privada, confirma Tarazona, que recientemente ha tenido un caso así en el instituto. Él mismo, además, se encontró hace poco con que, al contactar con una empresa para pedirles que le cedieran algún trabajador para el curso de Big Data, la empresa le hizo una oferta a él, que rechazó porque tiene vocación docente. Y aquí también hay otra preocupación entre las direcciones de FP: el perfil de las personas que se presentan. "Han de tener vocación docente", insiste Tarazona. Y es que algunos de los aspirantes llegan expulsados de la empresa privada, cosa que despierta suspicacias. ¿Cómo es que en un sector de alta empleabilidad, en que los profesionales van muy buscados, alguien es despedido?, ¿recurren entonces a la docencia como última opción?, se preguntan.

¿Cómo se organizan sin profesores? "Pues con la buena voluntad de los estudiantes. El trabajo lo asumen profesores de guardia y miembros de la dirección, pero esa no es solución porque sobrecargas al profesorado", explica Vila, que se ha negado a asumir ningún grupo de nueva creación el curso 22-23. "Me he negado porque este curso lo estamos pasando fatal por la falta de profesores", confiesa. En el Joan d'Àustria también han recurrido a eliminar desdoblamientos de grupos aunque intentan que la situación no repercuta en el alumnado.

"La situación es muy grave. No sé cómo piensa Educació solucionarlo", señala Vila. Él plantea establecer convenios con empresas para que cedan por cuatro horas a algún profesional. El problema es que, por norma, los centros públicos no pueden contratar profesorado por cuatro horas. "De todos modos, tampoco se puede planificar todo el curso en base a esto", opina Tarazona. Ampliar la jornada de los profesores y pagar horas extras tampoco lo permite la normativa que regula la función docente.

Jesús Martín, responsable de FP del sindicato UGT, subraya que la solución pasa por flexibilizar la contratación y buscar sinergias con la empresa privada. "El marco actual de contratación es tan restrictivo que la Administración es víctima de su propia normativa", señala. "Deberían hacer una normativa de excepcionalidad. Nos jugamos el futuro tecnológico de Catalunya", advierte. Otra opción es dignificar la profesión y subir sueldos. "Estamos a la espera. No tendremos profesores", dice Vila.

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