Comisión independiente

El encubrimiento de casos sobrevuela la investigación sobre los abusos en la Iglesia portuguesa

Obispos de algunas diócesis no han respondido a la petición de la comisión investigadora para entrevistarse con ellos

Los 290 testimonios recogidos hasta ahora son solo "la punta del iceberg", según el organismo 

Portugal regionalismo

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Lucas Font

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Tres meses después de su creación, la comisión que investiga los abusos a menores en la Iglesia portuguesa sigue adelante con su trabajo a pesar de los obstáculos. El equipo, impulsado por la Conferencia Episcopal lusa y liderado por el psiquiatra infantil Pedro Strecht, ha valorado positivamente la recogida de 290 testimonios hasta ahora -un elemento clave para la investigación- aunque reconoce las dificultades para conseguir captar a una parte de las víctimas, especialmente las más envejecidas y con menor acceso a la información. Paralelamente, los investigadores tratan de conseguir la plena colaboración de los obispos de las 21 diócesis del país, algo que todavía no han logrado en algunos casos.

"La contribución de los obispos de la Iglesia es fundamental”, ha asegurado la socióloga Ana Nunes de Almeida. “Hemos solicitado reuniones con ellos para conocer las características de las diócesis que coordinan, su comprensión sobre la relevancia del problema y la organización de los archivos de cada diócesis. Hasta hoy hemos entrevistado a 11 de ellos, cinco han mostrado su disposición y otros cinco todavía no han respondido”, ha recalcado. Algo que ha obligado al presidente de la Conferencia Episcopal, José Ornelas, a garantizar poco después que todos los obispos colaborarán con la investigación, según el medio 'Observador'.

La diferencia de sensibilidades sobre este asunto entre los obispos es algo con lo que la comisión ya contaba desde un principio, aunque a medida que ha ido avanzando la investigación se han acumulado los indicios de encubrimiento y ocultación por parte de algunos religiosos que siguen en activo, según los investigadores. Unos nombres que la comisión no ha querido hacer públicos. Los responsables de la investigación sí han confirmado la incorporación de un equipo científico para examinar los archivos de las diócesis, que serán fundamentales para ayudar a contrastar informaciones y a esclarecer los hechos.

Llegar al Portugal 'profundo'

De los 290 testimonios recogidos hasta la fecha, más de la mitad revelan la existencia de otras víctimas. Algo que ha llevado a la comisión a reconocer que el número de relatos será muy inferior a la cifra real. Esto se debe, según Almeida, a las reservas de una parte de la sociedad portuguesa, que sigue en una situación de “pre-modernidad”. "Hay personas que no tienen noción de que lo que sufrieron fueron abusos sexuales", ha explicado la socióloga. Los investigadores insisten en la necesidad de llegar a lo que califican como el 'Portugal profundo', en referencia a las zonas más envejecidas y rurales del país, para conseguir captar el máximo de testimonios posible antes de la publicación del informe, prevista para finales de este año.

A pesar de que el objetivo de la investigación no es la reparación de las víctimas por la vía judicial, la comisión está en contacto directo con la Fiscalía para enviar los casos que todavía no hayan prescrito. Por ahora, tan solo 16 han sido enviados al ministerio público, según el exministro de Justicia y miembro de la comisión, Álvaro Laborinho Lúcio, quien reconoce dificultades en la investigación judicial. "La mayoría de los testimonios que recibimos son anónimos, mientras que en otros casos los relatos son muy sigilosos. Esto hace que la Fiscalía tenga más dificultades, ya que en ocasiones no se sabe quién es la víctima, quién es el abusador o en qué fechas ocurrieron los hechos".

El perfil de las víctimas

A pesar de las dificultades, los representantes de la comisión aseguran que la metodología utilizada ha respondido a las expectativas planteadas al inicio del estudio. Entre los testimonios recogidos se encuentran personas de todos los niveles educativos -aunque las personas con mayor formación tienen una mayor representación-, el número de hombres supera al de mujeres, y los grupos de edades abarcan personas nacidas entre 1934 y 2009. Los abusos fueron sufridos entre los 2 y los 17 años e incluyen tocamientos, exhibiciones, penetraciones y el envío de imágenes y de mensajes por el móvil. 

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