Violencia machista

¿Qué es la violencia vicaria? Significado y en qué casos se aplica

La parte más visible es el asesinato de los hijos pero la coacción, el chantaje y la manipulación en contra de la madre también son formas de ejercerla

Los huérfanos son los grandes olvidados de la violencia machista

Los huérfanos son los grandes olvidados de la violencia machista / TRYM NIELSEN | UNSPLASH

Coral Fernández

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La violencia vicaria es aquella que tiene como objetivo final hacer daño a la mujer a través de la violencia extrema contra sus seres queridos, en la mayoría de casos llegando al asesinato de sus hijos.

Se llama violencia vicaria porque sustituye, en este caso, a la mujer por sus hijos para destruir la vida de la madre y causarle un dolor incurable, que en algunos casos ha llegado hasta el suicidio de esta.

Lacra de la sociedad

La violencia de género es una de las mayores lacras de la sociedad y se ejerce de muchas formas, algunas más visibles que otras. El acoso sexual, la gestación subrogada, agresiones físicas y psicológicas, violencia económica, brecha salarial y humillaciones son algunas de las múltiples maneras de ejercer violencia de género sobre las víctimas.

La violencia vicaria es una de las más crueles. En los casos más extremos, en los que se llega al asesinato, se deja a las madres muertas en vida, lo que para muchas es peor que su propia muerte.

Los hijos también son parte de la violencia de género, y el dolor que produce en sus vidas es es irreparable, sentenciados al sufrimiento y privándoles la libertad de ser y de vivir.

La parte más visible de este tipo de violencia es el asesinato cruel de las criaturas pero la coacción, el chantaje y la manipulación para poner a los hijos en contra de la madre también se consideran violencia vicaria.

El único objetivo final es poder controlar y dominar a la mujer, creyendo que es de su posesión y negándole cualquier oportunidad de vivir libremente.

46 niños asesinados

Desde que en 2013 se empezaron a contabilizar este tipo de asesinatos, en España han sido asesinados más de 40 niños por sus padres biológicos, parejas o exparejas de la madre, víctimas de la violencia contra ellas.

Entre los casos, destaca el del niño Jordi, de 11 años, que fue asesinado por padre en su casa de Sueca (Valencia) a pesar de que una condena por maltrato machista había prohibido expresamente cualquier régimen de visitas.

Beatriz Zimmerman sufrió la angustiosa desaparición de las pequeñas Anna (1 año) y Olivia (6) a manos del padre, Tomás Gimeno, en Tenerife en abril de 2021. El 10 de junio del mismo año, el asesinato de las pequeñas conmocionó a toda España. El brutal crimen despertó reacciones de repulsa desde todas las instituciones y puso de nuevo el foco sobre la gravedad de la violencia vicaria.

Martín Ezequiel Álvarez Giaccio asesinó el pasado agosto a su hijo Leo de dos años, en un hotel de Barcelona, para destrozar a la madre. Después de que los Mossos d'Esquadra montasen un operativo para buscarlo fue encontrado ahorcado en una zona boscosa cerca del aeropuerto de El Prat.

Este tipo de violencia también se ha hecho popular entre la ciudadanía tras la emisión del testimonio de la hija de Rocío Jurado, Rocío Carrasco, en el que denunció el uso de sus hijos por parte de su exmarido.

Durante el régimen de visitas

La sociedad patriarcal en la que vivimos contribuye a la perpetuación de la violencia ejercida sobre las mujeres y que, por consecuencia, también sufren los hijos. A menudo son cuestionadas, privadas de autoridad, juzgadas e ignoradas.

Según recoge un estudio realizado por la Asociación de Mujeres Psicología Feminista, balo el título 'Violencia vicaria: un golpe irreversible contra las madres', el 44% de los asesinatos de violencia vicaria se producen durante el régimen de visitas al padre biológico.

En los casos estudiados en este documento, en ninguno se registró una orden de protección hacia los niños y las víctimas suelen ser menores de entre 0 y 5 años (64%).

Niños invisibles

Además, las expertas destacan que en un 14% de la muestra los menores asesinados manifestaron síntomas de estar siendo maltratados, como cambios de conducta y quejas sobre la actitud del asesino. Sin embargo, en un 96% de la muestra no hubo una evaluación por parte de algún profesional sobre su estado o, al menos, según han indicado las autoras, no se deja constancia en las causas judiciales.

La autora principal del documento, Sonia Vaccaro, es también quien acuñó el término violencia vicaria hace ya una década. Ella y su equipo denuncian que los niños "son invisibles en estas causas" y no se les "considera" ni "tienen voz". Este es el motivo por el que, según Vaccaro, "falla la protección que el Estado en general y las instituciones en especial, deberían poder otorgarles".

El precedente

Lo mismo les pasa a las mujeres que denuncian esta violencia. Ángela González Carreño puso 51 denuncias para alertar de la violencia que sufrían ella y su hija, Andrea, que fue asesinada por su padre en 2003. El caso de Ángela González se convirtió en un precedente en España al demandar al Estado como responsable de la muerte de su hija por ser ignorada y permitir una visita sin vigilancia durante la que el padre mató a su hija. 11 años después del asesinato, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw) le dio la razón.

Desde entonces, es cierto que el sistema de protección ha mejorado incluyendo en el Viogen (Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género) preguntas para valorar el riesgo en el que se encuentran los menores, entre otras, pero aún queda mucho por hacer.

Legislación española

Además, el Gobierno Español incluirá la violencia vicaria como una forma de violencia de género en la legislación española a partir de este año.

En concreto, proponen una nueva disposición final que modifica varios artículos de la Ley Integral contra la Violencia de Género, e introduce en tres de ellos el término 'violencia vicaria', por ejemplo para garantizar que, dentro de la asistencia social, haya profesionales de la psicología infantil para la atención a hijos de víctimas de violencia de género, "incluida la violencia vicaria".

Cursos sobre igualdad

Del mismo modo, PSOE y Unidas Podemos proponen con su enmienda que jueces, fiscales y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado reciban unos cursos específicos sobre igualdad y violencia de género, teniendo en cuenta la violencia vicaria. También plantean que los protocolos de los servicios forenses para actuar en casos de violencia de género presten atención a este tipo de violencia.

La violencia vicaria es una de las muchas consecuencias del patriarcado, un sistema tan intrínseco en nuestra sociedad que a menudo pasa desapercibido.

El primer paso para combatirlo es que todos tomemos consciencia de que, efectivamente, vivimos en un sistema patriarcal. Si que es cierto que ya se están haciendo cosas, pero todavía muy lejos de lo que queda por hacer, hay que seguir el camino.