Pederastia en la Iglesia

Palomas, Bernadet, Pujol, Barbero y Hurtado: De víctimas de abusos a activistas

Barcelona 31/03/2022 Sociedad Plataforma Tolerancia 0 De izquierda a derecha, Manuel Barbero, VIcky Bernadet, Alejandro Maspalomas, Esther Pujol y Miguel Hurtado. Exterior del Col·legi de Periodistes de Catalunya. AUTOR: JORDI OTIX

Barcelona 31/03/2022 Sociedad Plataforma Tolerancia 0 De izquierda a derecha, Manuel Barbero, VIcky Bernadet, Alejandro Maspalomas, Esther Pujol y Miguel Hurtado. Exterior del Col·legi de Periodistes de Catalunya. AUTOR: JORDI OTIX / JORDI OTIX

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La película de Hook (Steven Spielberg, 1991) arranca con Robin Williams, encarnando a un Peter Pan que hace años que se olvidó de la isla de Nunca Jamás, que dirige un acto de homenaje a Wendy, en el filme una anciana que ha dedicado su vida a cuidar de los niños que no tienen padres. Comienza el discurso subrayando que todos los que han acudido a la gala no tienen nada en común, pero lo finaliza comprendiendo lo contrario, sí tenían algo en común y están en esa gala por ese algo: todos son huérfanos.

Algo parecido ha ocurrido este jueves en el Col·legi de Periodistes. Cinco personas que solo tienen en común que han sufrido abusos sexuales en carne propia o través de la carne de seres muy queridos, han creado una alianza para dejar de ser víctimas y presentarse como lo que algunos hace tiempo que ya son: activistas contra el encubrimiento de la pederastia.

Alejandro Palomas, un escritor galardonado con distinciones como el Premio Nadal, ha sido el último en dar el paso. Hace solo un par de meses se convirtió en el altavoz más potente al denunciar en cuantos medios de comunicación quisieron escucharle que fue violado por un profesor de La Salle de Premià de Mar. Su testimonio también permitió averiguar a través de una investigación de este diario que el mismo abusador también acorraló a alumnos del mismo centro y de otro al que posiblemente fue enviado para encubrir esos delitos. "Persigo el mismo objetivo que ellos. Habría sido muy extraño no sumarme", razonaba.

Manuel Barbero, el padre del primer denunciante del Caso Maristas, es el dueño de una pequeña empresa familiar y el responsable de la entidad Mans Petites. Barbero ha logrado que la orden religiosa indemnice a más de una veintena de alumnos que tenían delitos prescritos. Pero desde su denuncia en 2016, primer capítulo del trabajo periodístico de EL PERIÓDICO que condujo a la denuncia policial de 18 docentes de varios colegios, Barbero no ha conseguido que el Parlament de Catalunya haya acabado haciendo la comisión de investigación que varios partidos le prometieron. "Por separado no hemos podido, tal vez juntos lo haremos", explicaba Esther Pujol, una de las pocas mujeres que ha sufrido abusos en una parroquia catalana y que lo ha denunciado públicamente. El suyo no es un testimonio menor, apenas hay rostros de mujeres que hayan sufrido la pederastia de la Iglesia.

Miguel Hurtado es el que más tiempo lleva de activista. Cuando reveló a este diario que sufrió abusos en la Abadia de Montserrat, explicaba así militancia: "Me di cuenta de que si quería sacar estos hechos a la luz, tenía que esperar y hacerlo yo mismo. A lo largo de estos años me he formado como activista. Incluso fui a conferencias de SNAP (Survivors Network of those Abuse by Priests) [la mayor red de víctimas de abusos sexuales infantiles ocurridos en la Iglesia]. Y conocí a personas que me ayudaron como Barbara Blaine, su presidenta, y a Phil Saviano, el activista que colaboró con los periodistas del 'Boston Globe' para destapar el escándalo que se recoge en la película 'Spotlight'. Quería aprender todo lo necesario para sacarlo a la luz. Llevo casi toda la vida. Y ahora me siento preparado para llegar al final". Tres años después, Hurtado sigue con la misma convicción.

Vicki Bernadet es la presidenta de la fundación que lleva su nombre, la entidad más antigua que en Catalunya atiende y acompaña a las víctimas de abusos. Por sus cuidados discretos han pasado durante años víctimas de entornos religiosos, educativos, deportivos, familiares. También ella cree que ahora ha llegado el momento de que las autoridades tiren del hilo. "Para eso estamos nosotros, para hacer activismo que ayude a las víctimas", ha zanjado Hurtado.

Suscríbete para seguir leyendo