Enric Morist: “Acogemos a los refugiados de Ucrania con calidad y calidez”

Desde que estalló el conflicto, Creu Roja ha alojado de urgencia en Catalunya a casi 5.000 personas en hoteles y albergues

Enric Morist, coordinador de Creu Roja en Catalunya

Enric Morist, coordinador de Creu Roja en Catalunya / Manu Mitru

Montserrat Baldomà

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La invasión de Ucrania por parte de Rusia está provocando un éxodo migratorio estremecedor. Más de 3,5 millones de personas, mayoritariamente mujeres y niños, han abandonado el país y la cifra crece día a día. La situación ha generado una gran ola de solidaridad de ciudadanos, empresas e instituciones, como Fundación ‘la Caixa’, que ha destinado 1,5 millones de euros a la Cruz Roja para atender a los desplazados internos y a los refugiados ucranianos. Enric Morist, coordinador de la Creu Roja en Catalunya, anima a seguir ayudando.  

-¿Estamos ante una crisis humanitaria sin precedentes?

-Sin duda. El último movimiento migratorio a consecuencia de un conflicto armado de estas dimensiones lo tenemos que buscar en la Segunda Guerra Mundial. Un dato: en la guerra de los Balcanes, Acnur habla de 2,5 millones de desplazados. Esta cifra ahora la hemos superado en 10 días. En Ucrania, además de los más de 3,5 millones de personas que han salido del país, tenemos 10 millones de desplazados internos, que se van moviendo a medida que se mueve el frente del conflicto. No lo habíamos visto nunca y no solo a nivel migratorio, sino también de la intensidad de la destrucción.

-Y en Europa. ¿Esto explica la gran ola de solidaridad?

-La reacción es enorme y, básicamente, por dos grandes motivos: primero, por la cercanía geográfica y porque nos vemos reflejados, vemos a nuestras familias en esas mujeres, niños y ancianos que cada día llegan en tren; y segundo, porque en Catalunya tenemos una comunidad ucraniana muy arraigada que, aparte de movilizarse y acoger a personas, ha hecho un trabajo de sensibilización muy grande.

-Y la crisis va para largo.

-Primero, se tiene que acabar la guerra. Ojalá fuera hoy mismo. Este el primer paso. Después, tiene que haber seguridad. Tras un gran conflicto, siempre vienen etapas de inseguridad importantes, ya sea porque hay muchas armas en el territorio, porque hay movimientos militares o desencuentros entre la población. Y, finalmente, la reconstrucción, de las viviendas y de las infraestructuras dañadas. Y no menos importante, el desminado, tarea que, por ejemplo, aún estamos haciendo en los Balcanes.

-Entonces, ¿dosificamos la solidaridad?

-Habrá muchos meses para trabajar y para ayudar. En un caso como este hay tres fases: la de contención, que es en la que estamos ahora, cuando cada día llegan a Catalunya unas 500 personas, la de estabilización y la de integración. Y ahí es dónde necesitaremos a todo el mundo, entidades, ayuntamientos, instituciones, ciudadanos… Y eso durará meses, años si cabe.  

"En las próximas semanas y meses necesitaremos muchas manos. Y eso se debe hacer con el voluntariado"

-Si alguien quiere ayudar ¿cuál es la mejor manera?

-Apoyar a cualquier entidad en la que se confíe, sea la Cruz Roja u otra. Nosotros, a nivel local, tenemos muchos equipos de voluntarios ya trabajando en esta fase de contención, pero en las próximas semanas necesitaremos equipos que, por ejemplo, acompañen a estas familias al centro de salud o a las escuelas, les enseñen catalán y castellano, hagan actividades de ocio con los niños... Necesitaremos muchas manos. Y eso se debe hacer con voluntarios, y no solo porque es un trabajo impagable, sino porque así llega con más calidez a las personas.  

-¿Cómo está ayudado Cruz Roja en Ucrania?

-La misión de la Cruz Roja es aliviar el sufrimiento humano, proteger a la población civil e intentar que tenga una vida digna. Y tenemos las capacidades y la experiencia para hacerlo. En Ucrania, la propia Cruz Roja del país está desarrollando tareas muy básicas para salvar vidas. Nuestra estrategia es reforzar la Cruz Roja Ucraniana y las de los países de su entorno, como Polonia, Eslovaquia, Rumania, Hungría, Moldavia e incluso en la Federación Rusa, que están recibiendo miles de refugiados cada día. Siempre que podemos, y gracias a las aportaciones de particulares o entidades, como Fundación ‘la Caixa’, preferimos transferir dinero a estas organizaciones que nos dan seguridad porque podemos comprar en el mercado local, reducimos los costes de transporte y aseguramos la eficacia y la trazabilidad de la ayuda.  

-¿Y la tarea aquí?

La parte más importante es el plan de contingencia para acoger a los desplazados que nos llegan diariamente. En Catalunya ya hemos alojado de urgencia a casi 5.000 personas en hoteles y albergues. Es una acogida con calidad y calidez. Calidad en el sentido de dignidad, de tener un techo, comida y salud; y de calidez por el apoyo emocional que prestamos. Han dejado en su país a personas a las que quieren y sufren por ellas cada minuto. Tenemos un gran trabajo emocional por delante.

Un futuro de oportunidades

EL PERIÓDICO y Fundación ‘la Caixa’ dan voz a los perfiles sociales, culturales y científicos que con su esfuerzo están creando una sociedad con más oportunidades para todos.