En casación

El Supremo rebaja ligeramente la condena de Rodrigo Lanza, al quitarle la agravante de motivos ideológicos

Confirma que fue un asesinato, pero entiende que se desconoce si en la discusión final se incidió en los insultos iniciales

El acusado ve rebajada su condena inicial año y medio, al descartarse todas sus demás alegaciones

Rodrigo Lanza, culpable de un delito de asesinato

Rodrigo Lanza, culpable de un delito de asesinato / periodico

Ángeles Vázquez

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El Tribunal Supremo ha rebajado de 20 a 18 años y medio de cárcel la condena impuesta a Rodrigo Lanza por el asesinato a golpes de un hombre en Zaragoza, en diciembre de 2017, tras una discusión en un bar en el que ambos coincidieron. El Supremo confirma que fue un asesinato, porque aprecia alevosía, con la atenuante analógica de embriaguez, pero elimina la agravante de que se produjo por motivos ideológicos, como apreció el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

La Sala Segunda admite que cuando comenzó la discusión el acusado llamó "facha y fascista" a la víctima, del que le habían dicho que en ocasiones llevaba tirantes con la bandera de España, pero la resolución subraya que justo antes de la agresión hubo otra conversación entre ambos fuera del local, cuyo contenido se ignora, lo que impide, por el principio ‘in dubio pro reo’ (en caso de duda, a favor del reo), ratificar la motivación ideológica en la condena final.

El alto tribunal considera proporcionada la pena impuesta debido a la gravedad de los hechos, “teniendo en cuenta la reiteración de golpes y el móvil de la acción, que aunque no incorpore el presupuesto de la discriminación por ideología, si revela una motivación en el curso inicial de la acción que merece, por su abyección, una individualización superadora del mínimo previsto en la norma”.

Contundencia de los golpes

El Supremo rechaza los demás motivos del recurso de casación y destaca como el tribunal de apelación fundamentó de forma racional el ánimo de matar concurrente en el caso “a partir de la contundencia de los golpes y su intensidad", porque "la mayor parte de los golpes y patadas se produjeron cuando la víctima estaba semiinconsciente en el suelo, y se produjeron en la cabeza de la víctima, extremo que fue advertido por el dueño del establecimiento que dijo al acusado, en plena agresión, 'para que lo vas a matar'”.

La sentencia mantiene la alevosía, porque los hechos probados de la dictada en instancia señalan que "consta que Rodrigo volvió a entrar en el local de forma rápida, acometiendo por la espalda a la víctima, quien no tuvo ocasión de defenderse, golpeándole fuertemente con el puño la parte inferior trasera de la cabeza, y como consecuencia del golpe recibido, dio media vuelta, tambaleándose, y se cayó al suelo desplomado semiinconsciente, y estando en esa situación, Rodrigo Lanza le dio una patada en la cabeza, e inmediatamente se colocó encima siguiendo propinándole puñetazos en la cara y múltiples golpes, tras lo cual, le dio una patada muy fuerte en la cabeza, y se marchó”.

Zona antifascista

Según la resolución, el acusado fue informado en el bar por un amigo de la ideología de extrema derecha de la víctima, que le añadió también que, en ocasiones, llevaba unos tirantes con los colores de la bandera española. Añade que “el acusado profirió insultos a la víctima, que también responde, con una carga ideológica clara, le llama fascista, que estaba en una zona antifascista y que no quería nazis en el barrio, por lo que no era bienvenido”. Pero, pese a que no hay duda del motivo ideológico al principio de la discusión, el tribunal considera que no se puede saber con certeza si también lo hubo en el segundo y definitivo.

El Supremo confirma la indemnización de 200.000 euros para los familiares de la víctima: 50.000 euros para la madre, 50.000 para cada uno de sus dos hijos y 50.000 euros a distribuir entre los tres hermanos. Asimismo, deberá indemnizar al Servicio Aragonés de Salud con 5.620 euros, ya que tras la agresión la víctima fue atendida en el hospital Clínico de Zaragoza, donde falleció cuatro días después.