Consecuencias de la guerra

El Gobierno montará un centro de acogida a refugiados ucranianos en la Fira de BCN

El Ministerio de Inclusión negocia con la Fira y el Ayuntamiento de Barcelona para organizar un centro de día de 6.300 metros cuadrados

Fira de Barcelona

Fira de Barcelona / Ferran Nadeu

Elisenda Colell
Gabriel Ubieto
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El Gobierno Central montará conjuntamente con el Ayuntamiento de Barcelona y la Fira de Barcelona un centro de primera acogida para refugiados de la guerra de Ucrania. El espacio está previsto que empiece a funcionar a partir del viernes de esta semana, estará ubicado en el pabellón Victoria Eugenia de la Fira, de 6.300 metros cuadrados, y estará gestionado por Cruz Roja. Así lo ha avanzado este lunes el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luís Escrivá, en una visita oficial a Bruselas. 

El de Barcelona será el tercer centro de atención a refugiados que el Ministerio de Migraciones ha creado en todo el Estado. El primero, que ya está en funcionamiento, es un centro en Pozuelo de Alarcón (Madrid), en un inmueble de la Seguridad Social. Cuenta con habitaciones para la acogida y una área administrativa donde los usuarios cursan sus trámites legales para estabilizar su situación. El segundo, que también abrirá sus puertas el viernes, estará ubicado en la Ciudad de la Luz, en Alicante. 

Sin embargo, el dispositivo de la Fira de Barcelona puede que se convierta en el más importante, o el que reciba mayor afluencia del usuarios. Primero porque Catalunya alberga la mayor comunidad ucraniana en España. Ya está acogiendo a más de 4.000 refugiados. Segundo porque Barcelona ha establecido el Hub Ferroviario: los trenes que llegan de Francia con refugiados ucranianos se detienen en la estación de Sants, y las familias que quieren se mueven por el resto de la península.

Protección temporal

En el pabellón de La Fira, las personas refugiadas recibirán atención y servicios de identificación: se les tomarán los datos, su situación familiar y se les comenzará a tramitar los permisos de protección temporal (que dan derecho a trabajo y residencia durante un año, prorrogable a tres). También podrán acceder a comida caliente o atención psicológica. Luego se les derivará a plazas de acogida para estabilizar de manera semipermanente su residencia en España si así lo requirieren, pues algunas de los potenciales atendidos pueden llevar ya tiempo en Barcelona -el conflicto en las regiones orientales se alarga desde 2014- y disponer ya de un domicilio o familia de acogida. Es el modelo que ya funciona en el centro de Pozuelo de Alarcón.

Otras personas que pasen por el centro de distribución necesitarán alojamiento. Tal y como está planeado, el espacio no está pensado para acoger a nadie de forma permanente. "Podría usarse en casos de una o dos pernoctaciones, en caso que no hubiera espacios disponibles", explican fuentes de la Cruz Roja en Catalunya. A día de hoy, la entidad humanitaria ya está alojando a 1.451 refugiados en hoteles, pensiones y otros dispositivos creados expresamente por esta situación, aunque la entidad tiene una capacidad para 1.600 personas. "Seguimos buscando más plazas", asumen desde la oenegé. Pero es evidente que, en pocos días, la capacidad de acogida podría verse superada. 

Mesas territoriales

Ante este anuncio, la conselleria de Feminismes i Igualtat de la Generalitat ha querido insistir al ministerio que es el Govern quien está "coordinando" la acogida de refugiados en Catalunya. "Aunque el centro anunciado se abrirá en Barcelona, es necesario tener en cuenta que la población ucraniana llegará por todo el país", ha dicho la secretaria de Igualtat, Mireia Mata. El Govern dice que ha activado mesas territoriales de acogida y un operativo integrado. Lo cierto es que es el Ministerio de Migraciones quien está financiando el coste de las plazas de acogida que ya está usando la Cruz Roja y quien tiene la competencia del circuito de asilo. 

No es la primera vez que los pabellones de La Fira se transforman en refugios de emergencia. Durante el confinamiento, la Fira de Montjuïc se usó para alojar a las más de mil personas que duermen en la calle, con literas y comedores del ejército. "El perfil de refugiados ahora son madres con niños, creemos que replicar este modelo para estos niños no sería lo mejor", asumen desde la entidad, que prefieren usar habitaciones de hotel o apartamentos cercanos a la estación de Sants, donde llega el flujo principal de refugiados.