Los centros de educación especial denuncian su exclusión del fin de las cuarentenas

El primer día sin cuarentenas, ni confinamientos ni protocolos covid se ha vivido este miércoles con alivio y alegría en las escuelas catalanas, que, el pasado enero sufrieron el embate de la sexta ola de la pandemia que las puso en una situación límite. "Las aulas están llenas y hemos recuperado la normalidad", contaba este miércoles satisfecha Marta Ortiz, directora del colegio Diputació. "La gestión de las cuarentenas supuso un problema organizativo. Lo ideal es que los niños vengan a clase", añadía. "Por fin las direcciones podemos dedicarnos a tareas de dirección", apuntaba Anna Micaló, directora del colegio Fructuós Gelabert, en alusión a esas semanas en que las direcciones estaban volcadas al 100% en la gestión de casos covid. "Da gusto ver las clases llenas y a los niños en el patio mezclados sin mascarillas", valoraba. "Ahora iremos recuperando las actividades, las salidas, que se dejaron de hacer por la pandemia", explicaba Maria Teresa Andreu, directora de Jesuïtes de Casp. "Ahora solo queda que retiren las mascarillas en las aulas", apuntaba.

Este escenario contrasta con el que viven los centros de educación especial, a quienes los departamentos de Salut y Educació han excluido del fin del protocolo covid escolar. En estos colegios siguen vigentes cuarentenas, confinamientos y seguimiento a contactos estrechos. Algo que ha sentado muy mal a direcciones y familias que acusan a Salut y Educació de discriminar a estos alumnos. "No tiene ningún sentido que se apliquen protocolos diferentes. Nuestro alumnado tiene los mismos derechos y deberes que el de las escuelas ordinarias, y dejarlos al margen de este proceso de desescalada y regreso a la normalidad es un agravio comparativo", ha denunciado Toni Garrich, miembro de Dincat, entidad que representa a 57 centros de educación especial. A juicio de Garrich, con su actitud el Govern "no hace más que estigmatizar al alumnado con necesidades educativas especiales".

El colectivo, a quien el anuncio de Salut y Educació cogió por sorpresa, ha lamentado que el Govern tome decisiones sin tener en cuenta la opinión de los profesionales y de las familias afectadas. "La discapacidad intelectual no es una enfermedad en sí misma, y si un alumno tiene patologías asociadas que le hacen más vulnerable ante el covid, la decisión de confinarlo la debe tomar un profesional sanitario y de forma individual, no de forma generalizada a todo el alumnado", ha defendido Garrich. Dincat ha enviado una carta a los departamentos de Salut y Educació para abordar juntos este asunto. De momento, no han recibido respuesta.

El fin de las restricciones cala lentamente en los niños. Aún son muchos los que en el patio siguen llevando la mascarilla, aun cuando ya no es obligatorio. "No ha sido automático. Poco a poco se la van sacando. Los que no, igual es por temor o por hábito; llevan dos años con mascarillas. Quizás es un proceso que necesita tiempo", valoraba Andreu. La respalda Ortiz: "Muchos niños siguen llevándolas. Están acostumbrados. Han vivido dos años estresantes". Y apunta: "Muchos profesores tampoco nos las sacamos. Costará".