Espectáculo

Los delfines surcan la playa de Gijón en pleno invierno: "No es habitual"

Un grupo de la especie mular se adentró en la bahía para sorpresa de los expertos tras varios días por la costa asturiana

Delfines en la plaza de San Lorenzo en pleno invierno.

Delfines en la plaza de San Lorenzo en pleno invierno. / EMILIO VIÑUELA

I. Peláez

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Si primero fue la llegada masiva de arena a la playa de San Lorenzo, en Gijón, la visita este miércoles a la bahía la protagonizaron un grupo de delfines mulares –la más común y más conocida de la treintena de especies– que desde hace varios días están recorriendo la costa de Asturias, según detallan los expertos. “Es más fácil verlos en primavera o en verano, pero ahora han llegado en invierno y no sabemos por qué. Tenemos detectados tres grupos por la costa asturiana”, explica Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas (Cepesma).

La presencia de los delfines, que por la mañana estuvieron rondando la colina del Cuervo, por la Providencia, y que luego, en su viaje hacia el oeste, se adentraron en la bahía en varias ocasiones del día, extrañó a muchos habituales de San Lorenzo y el mundo náutico. “En verano es muy habitual verlos a una milla de la costa, lo raro es verlos a estas alturas del año”, reconoce Asier Rodríguez, de Cruz Roja del Mar.

Los delfines mulares son de los más grandes y pueden llegar a pesar hasta 600 kilos, explica Luis Laria. Verlos en zona de costa es relativamente frecuente y “son la especie que más se suele acercar a la gente, a surfear olas; son juguetones”, describe el experto del Cepesma. “Cuando navegas, les encantan jugar contigo”, confirma Asier Rodríguez. Son varios los surfistas habituales, o usuarios de las motos de agua, que también se han encontrado con delfines en los últimos años en Gijón.

Esta especie de delfín mular, además, es, “después de los seres humanos, la que mayor capacidad intelectiva tiene, por encima con mucho de algunos primates”, sostiene Luis Laria, que sospecha que o bien por juegos o bien por alimento se adentraron hasta la playa de San Lorenzo. “Le encanta jugar pero pudieron entrar por algún pescado”, reflexiona Laria, que lleva días siguiéndoles la pista. El martes, por ejemplo, un ejemplar se adentró en la dársena del puerto de Luarca.

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