Seguridad vial

Catalunya usará la inteligencia artificial ante la sinrazón al volante

Las carreteras catalanas cerraron 2021 con un 22,3% menos de víctimas mortales que en 2019, pero con una salida de la pandemia que inquieta por la conducción "más temeraria e insolidaria". Mossos prueba una nueva tecnología para cazar a los que usen el móvil mientras conducen

siniestro tráfico

siniestro tráfico / Salvador Miret (ACN)

Carlos Márquez Daniel

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Los balances de siniestralidad arrojan una lluvia de cifras que permiten comparar la situación actual con los años anteriores y de este modo comprobar hasta qué punto la seguridad vial -la suma de la actitud ciudadana, el control policial, los radares, las campañas de prevención y sensibilización y las mejoras en los vehículos- ha ido a mejor, se ha estancado o incluso ha empeorado. En el horizonte, ese objetivo de víctimas cero en 2050, y, algo más cercano, el de reducir a la mitad en 2030 las cifra de víctimas (fallecidos y heridos) registrada en 2020. Pero al margen de esa evolución, que es positiva, con un 22,3% menos de fallecidos en la carretera que en 2019, siempre hay destellos noticiosos que definen muy bien el momento al margen de lo que siempre, lamentablemente, se repite, como la elevada accidentalidad de los motoristas. En este caso, se trata del uso de la inteligencia artificial para cazar a conductores que usen el móvil y del hecho de que la gente esté saliendo de la pandemia con más nervios. Seguramente fruto de las ganas de normalidad y libertad. Pero eso, el ímpetu y la impulsividad, son malos compañeros de viaje. De ahí que Mossos alerte de que en los últimos meses se han detectado conductas "más temerarias y más insolidarias".

Catalunya cerró el 2021 con 188 víctimas mortales en el conjunto de la red viaria (135 en zona interurbana y 53 dentro de los municipios). En 2019 fueron 242 y en 2010 perdieron la vida 339 personas. Es un 22,3% menos que hace dos años (en 2020 fueron 105 los muertos pero es un año que no puede cogerse de referencia) y un 45% por debajo que al inicio de la década anterior. En cuanto a los heridos graves, fueron 1.450, un descenso del 14,1% respecto al 2019 y una caída del 27,7% respecto al 2010. En esta categoría llama la atención que la mayoría (861, casi el 60%) se registraran dentro de los núcleos urbanos.

Perspectiva de género

Durante la rueda de prensa para presentar los datos, el director de Trànsit, Ramon Lamiel, acompañado del 'conseller' de Interior, Juan Ignasi Elena, se ha detenido en la perspectiva de género, en el hecho de que el 75% de las víctimas mortales sean hombres. El porcentaje asciende al 87,4% si se observa la estadística de personas fallecidas según su posición en el vehículo (conductores, en este caso). En cambio, la situación gira completamente al analizar los pasajeros: 14 mujeres y solos cuatro hombres. La situación de los colectivos vulnerables es otra de las principales preocupaciones de Trànsit.

El 47% de las víctimas mortales en carreteras interurbanas iban en moto (46 muertos, cifra que se mantiene estable desde 2010), a pie (14) o en bicicleta (4). Dentro de pueblos y ciudades, este porcentaje escala casi hasta el 70%. Con todo, si se tuviera que realizar un perfil aproximado de la víctima en accidente de tráfico en Catalunya, sería algo muy parecido a esto: hombre de entre 35 y 60 años que sufre un accidente por distracción en una carretera interurbana durante el fin de semana o en una operación especial de salida o regreso a casa.

"La gente ha salido de la pandemia más espitosa. Hay conducciones más temerarias e insolidarias"

Por todo ello, y para mantener a la baja la siniestralidad, el Departament de Interior tiene diversas medias entre manos. Primero, el uso -ya hay una prueba piloto en la B23 y en la C58- de inteligencia artificial para cazar a conductores que usen el móvil (las distracciones son la causa principal del 23,5% de los accidentes con víctimas, por encima del exceso de velocidad, un 17,4%, y la infracción de una norma, el 20,4%). Segundo, la introducción de tres motos de paisano que se unen a los 11 vehículos que ya hacen lo propio para vigilar las carreteras delicadas o el entorno metropolitano de Barcelona. Tercero, 18 campañas de prevención sobre los principales factores de riesgo. Y cuarto, la reubicación de 23 radares y la colocación de cinco nuevos radares de tramo.

Todo ello, tal y como ha explicado Andreu González, jefe de la división de Trànsit de Mossos, en un momento en el que se está registrando un preocupante incremento de las denuncias penales por alcoholemia, del número de conductores cazados sin carnet o con todos los puntos retirados o de la cifra de vehículos que abandonan el lugar tras causar un accidente. "La gente ha salido de la pandemia más espitosa. Hay conducciones más temerarias e insolidarias", ha resumido.