Gestión de la pandemia

Antígenos, mascarillas y cuarentenas: las veces que España ha llegado tarde para regular la pandemia

El Gobierno se ha mostrado a remolque de otros países europeos y de autonomías en la toma de decisiones, tanto económicas como sanitarias, para luchar contra el coronavirus

Test de antígenos.

Test de antígenos. / EUROPA PRESS

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Tras regular el coste de las mascarillas, le toca el turno a los test de antígenos. Con la incidencia en máximos, el aumento de la demanda ha disparado el valor de las pruebas de autodiagnóstico del covid-19 durante estas vacaciones de Navidad, superando en muchas ocasiones los diez euros por unidad. Una vez acabadas las fiestas, cuando las reuniones con familiares y amigos disminuyen, el presidente Pedro Sánchez ha anunciado que se van a tomar medidas para tratar de reducir su precio. Una decisión que podría haberse tomado con antelación.

El pasado 21 de diciembre, el Consejo General de Enfermería pidió al Ejecutivo que regulara "de forma inmediata" el precio de los test de antígenos en farmacias "para evitar la especulación". Se unía así a las reclamaciones de distintas asociaciones de consumidores, que alertaban de variaciones de hasta un 102% en su coste, que en muchos casos superaba los diez euros la unidad. Así, según señala Facua, una familia de cuatro miembros tendría que invertir hasta 40 euros cada vez que tengan que realizarse estos test.

Tres semanas después de la petición, el Ejecutivo se plantea ahora comenzar a tomar medidas. En una entrevista en la Cadena Ser, Sánchez ha anunciado que su equipo se va a "meter con el control de los precios". La variante ómicron ha disparado los contagios durante estas Navidades, en las que muchos consumidores se han gastado su dinero para intentar asegurarse unas reuniones más seguras, alejados del virus.

En Francia y en Alemania, el precio de las pruebas de antígenos no puede superar los cuatro euros. Portugal limita desde abril el margen de beneficio del vendedor al 15% en productos como los autotests, el gel desinfectante y las mascarillas. Reino Unido reparte pruebas de manera gratuita.

España legislará una vez más a remolque de otros países europeos y tras la presión de algunas comunidades autónomas, que no siempre tenían las competencias necesarias. Estos son las otras situaciones en las que se llegó tarde.

Antígenos en farmacias

El control del precio no ha sido la primera polémica relacionada con las pruebas de autodiagnóstico del covid-19. Tras las reiteradas peticiones de los sanitarios para evitar la saturación de la atención primaria, el Consejo de Ministros finalmente aprobó la venta de test de antígenos en farmacias el 20 de julio del año pasado. La autorización llegaba meses después de que diversas autonomías, entre ellas la Comunidad de Madrid, lo solicitaran, tal y como ya se permitía en otros países europeos como Francia, Portugal, Bélgica o Alemania. En algunos de estos lugares, los test de antígenos también se pueden adquirir en las principales cadenas de supermercados, por lo que una mayor oferta de productos regula su precio, que no supera los 4 euros.

El IVA de las mascarillas

El precio de las mascarillas también supuso enfrentamiento entre consumidores, comunidades y Ejecutivo. El 11 de noviembre de 2020, ocho meses después del estallido de la pandemia, el Gobierno dio luz verde a la reducción del IVA de las mascarillas del 21 al 4%. Una medida que no se tomó antes porque se necesitaba una autorización oficial de la Comisión Europea, un requisito que obviaron la mayoría de países europeos, que al ver convertidas las mascarillas en un producto de primera necesidad se lanzaron a reducir su precio con más celeridad. Finalmente, Bruselas afirmó que no abriría procedimientos sancionadores por reducir los impuestos dada la situación excepcional causada por la pandemia.

Cuarentenas de siete días

Con tasas de vacunación superiores al 80% de la población adulta, el pasado 29 de diciembre la Comisión de Salud Pública acordaba por unanimidad la reducción del periodo de aislamiento de los positivos y contactos estrechos, disminuyéndolo de diez a siete días. La nueva evidencia científica señalaba que la mayoría de los contagios se producen al inicio de la enfermedad, en el primer y segundo día de aparición de los síntomas y dos o tres días después. Fue la Comunidad de Madrid la que más empujó para tomar esa medida, aunque pedían que fuera de solo cinco días, en en la línea de lo que ya aconsejaban los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

La app 'Radar covid'

En el caso de la aplicación para controlar los contactos, el retraso en la implementación no fue cosa del Ejecutivo, sino que fue culpa de algunas comunidades autónomas. Los distintos sistemas sanitarios no llegaron a tiempo para mandar los códigos asociados a los test que tenían un resultado positivo, por lo que la activación de 'Radar covid' tuvo que retrasarse con respecto a otros países europeos.

El inicio de la pandemia

Las primeras informaciones sobre una "misteriosa neumonía" procedente de China llegaron a Occidente a comienzos de enero de 2020. Si bien nadie podía imaginarse la situación que se viviría meses después, la reacción del Ejecutivo no fue la más rápida. La Comisión Europea y la Organización Mundial de la Salud dieron indicaciones para reforzar los sistemas de salud y adquirir con antelación equipos de protección individual (EPI) para los sanitarios, pruebas PCR para el diagnóstico del virus y respiradores en caso de complicación de las neumonías. El aumento de la demanda de estos productos con el avance de la pandemia hizo que la falta de acopio de materiales se notara durante la primera ola, cuando se desbordaron los centros hospitalarios.

Los casos de coronavirus se comenzaron a multiplicar en Italia a finales de febrero, pero no fue hasta el 15 de marzo cuando se decretó el confinamiento estricto. No todos los miembros del Gobierno se mostraron reacios a aplicar medidas para la contención del covid. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, presentó el 4 de marzo una guía con una serie de medidas a aplicar para evitar la caída del empleo y el cierre de empresas por covid, que por entonces fue tachada de alarmista.