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El lotero de Sant Andreu que ha vendido un segundo premio: "Daría todos los millones a mi barrio"

El misterioso ganador del único décimo premiado que ha entregado esta administración pidió un número terminado en 69, sus lascivos motivos tendría, y se ha llevado 75.000 euros

Daniel Zapata, propietario de la ad. de lotería 232 en Sant Andreu, celebrando con cava la venta del segundo premio de la lotería del Niño.

Daniel Zapata, propietario de la ad. de lotería 232 en Sant Andreu, celebrando con cava la venta del segundo premio de la lotería del Niño. / JORDI COTRINA

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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"Si pudiera, repartiría todos los millones en mi barrio", asegura feliz Daniel Zapata, el dueño de la administración 232 del vecindario de Sant Andreu de Barcelona. Pero este 6 de enero ha podido entregar un único décimo del segundo premio de la Lotería del Niño. La suerte ha sido esquiva con Catalunya este 2022. Solo ha recogido algunas migajas. Si estas propinas han sido celebradas por el resto de loterías con el mismo entusiasmo que el de Zapata, que ha descorchado la botella de cava protocolaria y ha invitado a un sorbo a quien cruzara frente a su administración, bienvenidas sean en tiempos de pandemia. 

El único décimo que ha entregado Zapata ha sido "por máquina", lo cual significa que el afortunado acudió a la administración buscando cualquier décimo terminado en 69, sus lascivos motivos tendría. Pero cuando llegó, Zapata ya había vendido todos los décimos que repartió que acababan en esa cifra. Y lo que se hace en esos casos es pedirle "a la máquina" que te dé cualquier décimo con esa terminación que siga disponible. Le dio el 44469. Y le han tocado 75.000 euros. Nada mal. Pero nadie sabe quién es. “Sinceramente, no me acuerdo a quién se lo vendí”, admite Zapata.

El primer gran premio

"No creo que venga por aquí esta mañana, eso ya es dinero y cuando te tocan cantidades importantes te salen familiares de debajo de las piedras y la gente opta por la discreción", razona el compañero de Zapata que esta mañana le ha ayudado con la atención a los medios de comunicación. "Hace 8 años y 2 meses que llevo esta administración y es la primera vez que doy un premio tan grande de lotería", celebra sonriente aunque solo haya podido vender un décimo. Hasta este jueves, lo que había repartido habían sido botines importantes en quinielas y primitivas, lo que más entretiene a sus clientes. Pero de lotería nunca había podido dar un pellizco próximo a los 75.000 euros. "Me gustaría haber dado mucho más dinero a la gente de Sant Andreu pero de momento ha sido esto", reitera, satisfecho. 

"Lo que importa es la salud"

Antonio es uno de los clientes que merecería ser rociado con parte de la lluvia de riqueza que Zapata está seguro que dará algún día. Hace tres años tuvo un ictus del que se recuperó a medias: perdió visión. A pesar de que Antonio juega puntualmente en Navidad a un décimo que también termine en 69, esta vez no le tocado nada a él. No quedaba ninguno cuando vino a buscarlo y no pensó en pedirle "de máquina" como sí hizo el misterioso ganador confiando en su lujurioso instinto, o quizás en el año de su nacimiento. "No estoy puteado. Me putea lo del ictus. Lo de la lotería, no. Importa la salud. Ahora -en alusión no explícita a la pandemia- eso lo sabemos todos".

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