Reacción a las restricciones

'Discos' de toda Catalunya se han despedido con las campanadas de Nochevieja

Locales de ocio nocturno celebraron la noche del miércoles sus últimas fiestas antes del nuevo cierre del sector

Algunos locales se llenaron, aunque el miedo al covid y el hecho de ser un día laborable dejaron otras convocatorias a medio gas

Cientos de jóvenes han salido a las calles de Barcelona esta medianoche del miércoles, la última en que abrirán las discotecas.

Cientos de jóvenes han salido a las calles de Barcelona esta medianoche del miércoles, la última en que abrirán las discotecas. / Manu Mitru

Patricia Castán

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Las 12 campanadas, sincronizadas con la insólita ingesta de gominolas u olivas en lugar de uvas, han resonado la madrugada de este miércoles en decenas de bares de copas, discotecas y salas de fiesta de toda Catalunya, que han querido adelantar la Nochevieja a la par que despedirse de su clientela con la última gran fiesta del año antes del cierre obligatorio. En algunos casos lo han hecho con pistas llenas, y en otros a medio gas, ante lo precipitado de la convocatoria, que avanzó El Periódico.

En la zona de ocio del Poblenou, los bares vivieron una noche concurrida, porque también se esperaba a muchos estudiantes celebrando su fin de examen. Pero salas como Razzmatazz explicitaron que su celebración sería una Nochevieja en toda regla (The Dirty Fake New Year's Eve 2021), agotando rápidamente las entradas anticipadas. Para asistir, Marta y Núria (23 y 24 años) tuvieron que recurrir a una web de reventa, donde había tanto comprador como vendedor, lo que demuestra que no todo el mundo tenía claro si lanzarse a la pista a despedir el año y los saraos, o resguardarse entre las sábanas a aguardar la Navidad en familia.

La discoteca Razzmatazz de Barcelona, la pasada madrugada

Cientos de personas engulleron 12 ositos de goma a las 3.00 horas, cuando se anunció la inusitada despedida del año, con nueve días de antelación. Las dos chicas apenas se quitaron la mascarilla y pensaban hacerse una prueba de antígenos antes de Navidad, pese a estar vacunadas. Otros muchos jóvenes bailaron como si no hubiera un mañana.

Emoción y tristeza

Ramon Mas, presidente del gremio de discotecas de Barcelona y propietario de la sala Wolf (también en Almogàvers), planeó una despedida doble, aunque el poco margen de preparación y el miedo de muchos noctámbulos arrojaron una entrada "floja, con caída de más del 50%" de lo esperado.

En pistas siempre concurridas, como en el Front Marítim o la calle de Tuset, fue una noche animada pero sin aglomeraciones. "La gente ha venido a despedirse, era una noche triste", señaló un responsable de sala.

En Sitges, donde se llevó a cabo la primera prueba piloto antes de reabrir el ocio nocturno hace unos meses, el público se volcó en las fiestas anunciadas contrarreloj en la calle del Pecat. El presidente de la asociación de bares musicales de la zona y propietario de Pachito y Everlasting Love, Damià Orts, cuenta que logró casi completar el aforo. "Ha ido muy bien, ha sido divertido y emotivo", ha explicado, enfatizando que en esta última sala --donde también suenan 'hits' de los años 80 y 90-- "la media de edad es de 40 años o más, un público responsable" que no entiende por qué se acabó la fiesta en Catalunya.

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