Seguimiento de la erupción

La lava ocupa nuevo terreno en La Palma tras la reactivación del volcán

La fuerte actividad explosiva del domingo lanzó las bombas volcánicas a más de medio kilómetro del cono y algunas miden varios metros de diámetro

El cono del volcán de La Palma, que ya ha alcanzado los 1.124 metros de altura

El cono del volcán de La Palma, que ya ha alcanzado los 1.124 metros de altura / EUROPA PRESS / DELMI ÁLVAREZ

Isabel Durán

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La tendencia estable que presentó el volcán a lo largo de la semana pasada se ha visto alterada en las últimas horas. El domingo se confirmó un intenso pulso eruptivo que ayer por la tarde se avivó con una fuerte expulsión de ceniza, lava y piroclastos. Los científicos que monitorizan la actividad volcánica en la Cumbre Vieja de La Palma estudian ahora si estos episodios suponen un cambio en la evolución de la emergencia o son solo picos puntuales.

El volcán submarino Tagoro, que entró en erupción hace una década en aguas herreñas, también registró pulsos de intensificación semanas antes de finalizar su actividad, según recordó la portavoz del comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), María José Blanco, quien reconoció que «es difícil dar una única respuesta» sobre lo que significan estos cambios de pauta.

Los pulsos eruptivos del domingo, que se registraron entre las 12 y las 17.30 horas, elevaron el penacho volcánico hasta los 6.000 metros de altura y, entre las emisiones de piroclastos, hubo bombas que se desplazaron a medio kilómetro de distancia desde el centro emisor y algunas miden varios metros de diámetro.

El incremento de la efusividad conlleva un mayor aporte de energía a las coladas centrales, que fluyen con bastante caudal y han generado un desbordamiento en la zona de Las Norias, en Los Llanos de Aridane, donde la lava está arrasando nuevo terreno y destruyendo algunas edificaciones que permanecían aisladas entre las coladas 9 y 11, según detalló el portavoz técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende. El edificio principal del volcán ha sufrido nuevos derrumbes y se han agrandado el cráter superior y el cono secundario, situado en el flanco oriental.

La preocupación se centró ayer en el deterioro de la calidad del aire por la presencia de dióxido de azufre (SO2), una circunstancia que obligó al confinamiento de los vecinos de los tres municipios del Valle de Aridane –Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte– desde las 8.45 hasta las 13.00 horas, momento en el que se confirmó que los niveles de vapores tóxico habían mejorado. «Cuando se decretó el confinamiento es porque las personas dentro de sus viviendas, con puertas y ventanas cerradas, no corren ningún riesgo; si hubiera habido peligro para la salud de las personas, se habría tomado otra decisión», subrayó Morcuende.

Las coladas tienen una anchura máxima de 3.350 metros y ya han devorado 1.193 hectáreas, lo que supone el 1,68% de la superficie total de La Palma. La lava continúa alimentando el delta lávico primigenio, que crece desde el 27 de septiembre sobre la playa de Los Guirres, y este aporte de material se registra en el extremo sur, en la zona de Las Hoyas. Los equipos de científicos no han podido aproximarse al litoral para realizar nuevas mediciones de las fajanas debido a la intensa presencia de gases tóxicos. Por esto, el tamaño de la isla baja se sigue cifrando en 48,02 hectáreas, de las que 5,05 corresponden al delta lávico situado al norte, a la altura de Punta del Perdido.

Las últimas mediciones aportadas por los satélites Copernicus del programa europeo de vigilancia terrestre apuntan que los ríos de roca fundida han destrozado a 3.063 edificaciones, de las que 2.910 están destruidas y otras 153 están en peligro o parcialmente dañadas. La lava también ha afectado a diversas infraestructuras y cultivos de la isla. Según las últimas estimaciones del Cabildo de La Palma, hay 73.461 metros de carreteras destruidas. Además, han sido devastadas 364,4 hectáreas de plantaciones, de las que 228,58 eran de plataneras; 62,7, de viñas; y 27,43 de aguacates.

Tremor "muy inestable"

En las últimas horas el tremor ha registrado un comportamiento «muy inestable» con fuertes pulsos de intensificación. La deformación del terreno sigue sin tendencia en las estaciones cercanas al centro eruptivo y se mantiene estable en el resto de la red. Tanto la sismicidad a profundidades intermedias como la que se produce a profundidades superiores a los 20 kilómetros siguen en niveles bajos y se localiza en las mismas zonas. En la última jornada, entre las 20 horas del domingo y las 20 horas de ayer, se registraron 40 terremotos. El de mayor relevancia fue de magnitud 3,4 y se produjo a las 10.58 horas, a 11 kilómetros de profundidad, con epicentro en Fuencaliente. El nivel de sismicidad actual, apunta el Pevolca, sigue indicando que es posible que se produzcan más sismos sentidos, pudiendo alcanzarse intensidades superiores a las de los últimos días.

Blanco adelantó que las previsiones meteorológicas apuntan a un cambio de dirección del viento. Se espera que el régimen de brisas gire a oeste y que el penacho se oriente hacia el este, lo que podría complicar la operatividad aérea del aeropuerto de La Palma. Además, la entrada de calima contribuiría a incrementar la presencia de partículas menores a 10 micras (PM10) en el aire.

El número de personas albergadas en hoteles se mantiene en 547, de las que 396 están en Fuencaliente; 69, en Los Llanos de Aridane; y 82, en Breña Baja. A ellas se suman las 43 personas dependientes que son atendidas en diferentes centros sociosanitarios de la isla.

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